¿Imaginas un día despertar en el infierno a causa de un minimo error?, Pues eso fue exactamente lo que le pasó a Madison,  y de todos los lugares a los que pudo llegar a parar en aquel abismo lleno de pecadores, cayo en las manos de nada más y n...
Desperté con el sonido de lo que parecía ser un cuchillo desgarrando carne húmeda y viscosa. Sobresaltada levanté mi cabeza que estaba apoyada en el alféizar de la única ventana que tenía la "mazmorra", como decidí llamarla. Alcé la vista hacia afuera en dirección al sonido y quede horrorizada con lo que vi: una criatura de aspecto demoniaco, acuchillando y despedazando el cadaver de lo que parecía ser otro demonio, y tirando los pedazos de carne que cortaba en un carrito de supermercado, súbitamente me aleje de la ventana espantada, y me senté en el rincón más oscuro de la mazmorra abrazando mis rodillas. Mierda, me había vuelto a quedar dormida. Me quede dubitativa intentando procesar que carajos acababa de ver, no sé qué es lo que esperaba, era el infierno, de seguro las masacres eran el pan de todos los días, este definitivamente no era un lugar seguro para dormir, que digo dormir, no es seguro para vivir... es que acaso podía tener más mala suerte?, mori, termine en el infierno y me secuestro un demonio, que me tiene encerrada en su sótano como si fuera un perro, completamente vulnerable y a su merced, por suerte para mi ese maldito no había regresado, quien sabe quizás ya hasta se había olvidado de que tenía a una chica encerrada en su casa. Quizás hable demasiado pronto porque empecé a oír pasos acercándose y la llave abrir la puerta, y allí estaba... el demonio de ojos rojos entró y cerró la puerta atrás de si, y comenzó a acercarse a mi, yo me quedé petrificada cuando se quedó de pie mirando el suelo donde estaba sentada.
- Vaya, aquí estás Madison- dijo mirándome con atención.
-Mierda- dije para mis adentros
- Y... dime querida ya consideraste mi propuesta?- dijo mirándome atentamente con su interminable sonrisa macabra, mientras apoyaba sus manos en su micrófono cuyo extremo inferior tocaba el suelo. Por suerte para mi ya había pensado exactamente que le iba a decir.
Yo... estuve pensándolo bien y...
-Y?- el demonio ladeó su rostro mientras me miraba esperamdo una respuesta.
-Si aceptaré tu propuesta- dije poniéndome de pie fingiendo seguridad.
-Grandioso- dijo el demonio girando su micrófono en su mano.- tomaste la decisión correcta madison-afirmó con entusiasmo- sígueme querida... es hora de que conozcas donde dormirás esta noche...- dijo el demonio caminando hacia la salida de la mazmorra haciendo un ademán para que lo siguiera. Abrí la puerta y me condujo por varios pasillos que tenían paredes de piedra al igual que la mazmorra, realmente parecía una prisión, habían varias celdas pequeñas y los pasillos estaban iluminados con antorchas, finalmente llegamos a una puerta distinta a las demás está era de madera pero tenía un aspecto más fino, el demonio la abrió y me hizo seña para que entrara, cuando entré me quede boquiabierta, el lugar en el que estábamos ya no se parecía nada a una prisión, era un enorme salón lujosamente decorado con detalles rojos y negros y lujosos muebles y cuadros al mejor estilo de una mansión antigua de la década de los 20, hice un intento por disimular mi asombro, al parecer este psicopata si tenía buen gusto. Sígueme por aquí Madison- dijo el demonio entrando a un pasillo por el cual lo seguí.
Luego de caminar varios pasillos y escaleras finalmente llegamos, Alastor empezó a abrir una puerta pequeña de madera, luego me invitó a pasar, la habitación era acogedora, tenía una cama acolchada y mueblería en buen estado, aunque era mucho más modesta que la opulencia que vi en el resto de la casa.
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