Primera vez

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Dicen que los malos recuerdos hay que cambiarlos por unos nuevos que sean capaces de sanar nuestra alma y hacer sonreír nuestro interior al acudir a nuestra mente, para así hacernos sentir de manera única y borrar ese amargo remordimiento. La primera vez que hacemos algo es especial, es el momento de descubrir que acaba con las expectativas y especulaciones, y solo a veces, con el temor a lo desconocido. La primera vez es única, o eso se supone, porque, hay veces, que una primera vez de una experiencia, se puede revivir de tal manera que nos hace borrar la primera real y se convierte en la verdadera primera, aunque a efectos prácticos no lo sea. Cambiamos ese mal recuerdo por una nueva sensación que grabamos a fuego en nuestra mente, borrando cualquier momento vivido que pueda tener una lejana similitud.

Marta iba de camino al hotel para encontrarse con Fina, miles de situaciones vividas a lo largo de su vida recorrían su mente. Ella había esperado muchas veces sobre el colchón para tener un encuentro íntimo, pero nunca se había sentido de esta manera, ni siquiera la primera vez, en su primer encuentro, ese que fue breve y a la vez realmente incómodo. Ahora que ese recuerdo frustrante había acudido a su mente no podía sacarlo de allí, intentaba negar con la cabeza, deseando que el movimiento se llevase esa imagen que se había quedado grabada y ahora recreaba en bucle sin poder evitarlo.

Inevitablemente venían a su mente también los comentarios de sus amigas de la alta sociedad, que afirmaban satisfacer a sus maridos plenamente. Marta nunca se sintió así, se limitaba a mantener la compostura y sonreír cuando era preguntada, excusándose para no dar datos de algo tan íntimo, alegando que era un tema únicamente de pareja, esquivando así las sucesivas cuestiones que recibía. Marta era consciente de que no satisfacía a Jaime, estaba lejos de cumplir las fantasías sexuales que aquel hombre pudiera tener en mente, e incluso, en ocasiones, deseaba que su marido tuviese encuentros íntimos con otras personas para perder así las ganas de buscar tenerlos con ella.

Recordaba las veces que su marido había puesto las manos sobre su cuerpo, y lo que no eran las manos, no habían sido muchas, pero sus sentimientos eran demasiado lejanos a los que esas mujeres afirmaban tener. Ella ni siquiera se sentía bien, después de cada encuentro se metía en la bañera intentando que el agua limpiase su cuerpo, y de paso su alma.

El sexo nunca antes había despertado su curiosidad, nunca le pareció eso tan increíble de lo que hablaban, nunca la dejó sin habla, más bien era algo que le hacía sentir abrumada, mal, sucia, insegura, pequeña, insuficiente. Tenía mil dudas, pero era consciente de que Fina no esperaría eternamente, pese a su gran paciencia, pues ella no debía ser tan diferente que el resto de personas que buscan un encuentro íntimo con una mujer y sabía que tenía sus necesidades. La diferencia es que está vez no quería que Fina buscase fuera, ella quería saciar esa necesidad física que sabía que tenía, quería entregarse a ella en cuerpo y alma.

Esperaba y deseaba a partes iguales estar a la altura para Fina, ni siquiera pensaba en cómo se sentiría ella, su mayor preocupación era complacer a esa mujer y hacerla sentir bien. En su mente no cabía aún la manera en la que sería capaz de hacerlo, pero no quería esperar más porque la incertidumbre por el desconocimiento de tener esa primera vez de nuevo la vencía.

Había cogido una botella de champagne de la boda de su hermano, de la que se había fugado para tener un encuentro clandestino con Fina, dicen que el alcohol hace más fáciles esos momentos, aunque ella había probado a beber en alguna ocasión con su marido y lo único que había conseguido con ello había sido quedarse dormida y tener un gran dolor de cabeza a la mañana siguiente que había arrastrado todo el día. Marta esperaba que esta vez fuese diferente, no quería dormir, quería sentir a Fina, y no solo sus abrazos, eso ya lo había tenido en su anterior encuentro a solas en el hotel, ahora quería más, necesitaba más, quería que este encuentro marcase la diferencia.

Pasión en libertad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora