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No sabe si es miedo de tenerlo frente a ella y que se hayan topado en un momento tan incómodo o fascinación de verlo nuevamente. ¿Cómo era posible?, ¿El era el jefe de Ji-hyo? ¿Pero como?.. muchas preguntas invadieron su cabeza causándole confusión, pero ninguna tenía sentido. Era él, jamás podría olvidarlo.

- ¿Tu.. - el pelínegro estaba tan desconectado igual que ella, no comprendían como es que se habían encontrado nuevamente cuando eso no debía suceder.

Tenía que ser una broma, pero estaba segura que en Seúl no existían dos hombres como el. Sin embargo Ji-hyo estaba saliendo con el y el con su amiga, mierda..

La impresión de verlo le afecto demasiado que un fuerte mareo hizo que se desmayara.

Más tarde cuando abre sus ojos y su mirada borrosa se topa con el techo de su habitación, la voz de la pelirroja se escucha desde la puerta.

- Por fin despertaste. ¿Cómo te sientes? - pregunto, pero no sonaba nada contenta.

La castaña trato de asimilar la situación y como pudo se sentó hasta recargar su espalda en la cabecera de la cama, para seguido mirar a su amiga.

- ..¿Que fue lo que pasó?.. - todavía sentía los espasmos musculares en su cuerpo y tenía ganas de vomitar.

Ji-hyo tenía una expresión seria sobre ella y estaba cruzada de brazos.

- ¿En serio no lo recuerdas? - cuestionó con cautela, ocultando su enojo. La castaña negó y ella solo pudo reír vacilando - Estoy tratando de convencerme de que no hiciste esto a propósito para arruinar mi cita - dijo entre dientes, acusándola.

- ..¿Que?.. - había escuchado sus palabras, pero no entendía porque se lo estaba diciendo. ¿Por qué se estaba comportando así?. - No se de que hablas - y era así, simplemente una cosa no tenía que ver con la otra. La castaña se había desmayado por ver nuevamente al pelínegro, no porque quisiese estropear su cita, pero eso no lo sabía ella.

No, Ji-hyo no conocía ese capítulo que ambos habían tenido y el cual los unía. Simplemente estaba ahí parada y molesta con una idea errónea en su cabeza.

- Te echaron de tu trabajo, estas desempleada, tu vida es una mierda. ¿Y a mí que? - reprochó sin medir las palabras y el daño - ¡¿Yo también tengo que cargar con las malditas consecuencias de tus desgracias?!.

La pelirroja estaba siendo muy injusta al culparla de cosas que no había provocado, escupiendo palabras hirientes sin medirse.

- Basta, Ji-hyo. No tienes porque ser así - le exigió, pero eso la hizo enfurecer más.

- Jamás lo espere de ti, ___. Eres una maldita envidiosa y egoísta - se fue.

La castaña quería explicarle que estaba confundida, que las cosas no eran así como ella pensaba, rápidamente se levantó de la cama y fue en su búsqueda, pero incluso se había ido del departamento porque la puerta de entrada estaba abierta. Justo antes de salir un inmenso dolor en su vientre la hizo caer al suelo y torcerse.

- ¡Ji-hyo! - la llamo para que la auxiliara, pero no volvió.

Supo que algo andaba mal cuando sintió y vio sangre entre sus piernas, el dolor aumento hasta hacerla llorar y rasgar el suelo en busca de alivio.

Los brazos de un extraño abrazaron apresuradamente su cuerpo y la llevaron hacia el sofá, recostandola con cuidado y supo que era el pelínegro cuando lo escucho hablar por teléfono a emergencias.

Lo vio guardar el aparato en el bolsillo de su saco y acercarse a ella con preocupación.

- La ambulancia viene en camino. Vas a estar bien - la castaña asintió para sentir como el pelínegro entrelazaba sus manos en señal de apoyo mientras con la otra cubría su frente.

ꜱᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏꜱ ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀᴅᴏꜱ.. [ Kim Seok Jin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora