5.🍁

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Los días pasaron rápidamente, la nueva secretaria de nombre Lee Ji-hyo se había acoplado al ritmo de trabajo, sorprendiendo. No iba negar que era linda, pero Seokjin solo tenía cabeza para una desconocida de pelo castaño por la que terminaba regresando al bar donde se habían conocido.

Se sentía embaucado y hechizado por esa mujer que quien sabe donde estaría.

Ver el brillante sol sobre Seúl era una maravilla, pero apostaba que afuera hacia un calor de los mil demonios.

Todo el día había estado distraído, no podía concentrarse en las propuestas o firmar un papeleo sin estar al tanto, pero su cabeza no daba para más. Tenía una jodida migraña y la corbata lo estaba asfixiando.

Estar hundido en sus pensamientos no lo llevarían a nada, ni siquiera a encontrarla. Era lamentable, pero si el destino no quería juntar una vez más sus caminos debía aceptarlo y darse por vencido, continuar.

- ¿Que está pasando conmigo? - llevo con impaciencia sus manos hacia su rostro, realmente se estaba comportando como un adolescente caprichoso. - Es muy tarde, debería ir a casa - susurro cuando vio la hora en el reloj que adornaba su muñeca.

Así que hizo la misma rutina, apagó la laptop, dejo todo en órden. Antes de salir verifico su una vez más y salió, pero las luces de la oficina de su asistente personal estaban encendidas, algo que lo desconcertó pues era demasiado noche para seguir en la empresa.

- ¿Ji-hyo?. ¿Que hace trabajando tan tarde? - le dijo cuando se asomó al borde de la puerta.

La pelirroja estaba concentrada acomodando su escritorio con expedientes aún lado y tres botellas vacías de Coca-Cola, su aspecto algo desalineado.

- ¡Ceo.Kim! - la mujer volteo rápidamente quedando a medio metro cerca de el pelínegro, apenada y reacomodo su cabello. - Solo terminaba de revisar algunos papeles y programaba la junta de pasado mañana - asintió dudoso.

El lugar se volvía cada vez más tenso y pequeño.

- Ji-hyo, agradezco tu eficiencia laboral y admiro que alguien como tu este trabajando para mí, pero creo no deberías sobre exigirte a tal magnitud. Hoy fue un día muy atareado, no me gustaría que tengas problemas de rendimiento - dijo firmemente, esperando de alguna manera que la pelirroja tomara su consejo.

Pero únicamente pudo ver cómo ella enderezaba su postura demostrando su poderío y llevaba su cabello tras su espalda de manera coqueta. Aunque no sabe si los primeros cuatro botones de su blusa se habían abierto accidentalmente cuando volteo o a propósito para mostrar descaradamente las curvas de sus senos.

- Así como tu, yo también agradezco que valores mi trabajo. Realmente te admiro - pudo percatarse de la sonrisa coqueta en el rostro contrario. Quizás se había sobrepasado al decirle eso y había confundido sus palabras. Han pasado dos semanas y la confianza entre ambos como para titubearse era obvia - No me lo tomes a mal y tampoco deseo que esto afecte nuestra relación laboral porque eso es muy aparte, pero eres un hombre muy guapo e inteligente - Seokjin sonrió irónicamente por lo que estaba sucediendo.

Sabía perfectamente que estas horas extras de trabajo no eran para nada casuales y eran planeados con un fin. Ya no le sorprendía, tiempo atrás había sucedido lo mismo con su anterior asistente con quien habría tenido una aventura entre sábanas, pero nada serio. Sin embargo, la mujer quería una relación estable y a él no le interesaba eso por eso ella terminó renunciado voluntariamente después de mandarlo a la mierda.

Pero.. ¿Quién le dijo que no puede divertirse?, hace tiempo que no tiene un buen polvo y estar a altas horas de la noche solo con esa preciosa mujer, era tentador.

ꜱᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏꜱ ᴇɴᴄᴏɴᴛʀᴀᴅᴏꜱ.. [ Kim Seok Jin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora