¿ʀᴇᴅ ᴏʀ ʙʟᴜᴇ? - ʜᴀᴏʙɪɴ [pausada]

-ahop- 𝘛𝘩𝘦 𝘱𝘶𝘳𝘱𝘭𝘦 𝘮𝘢𝘯

"¿Quién es el hombre morado?"

Preguntaron con curiosidad Hanbin y Hao al mismo tiempo desde la paralelidad de sus universos.

La leyenda del "Hombre Morado" es bastante propular en el lugar, muchos libros infantiles relatan su historia y es usado como lectura de niños de 7 años en las escuelas. La mayoría de los ancianos aseguran que es verdad y son los más creyentes de su existencia, incluso casi al mismo nivel de Dios.

-Se dice que hace años existían dos jovenes de mundos contrarios, sus nombres eran Han Jisung, proviniente de un mundo azul y Lee Minho, proviniente de un mundo rojo. Las diferencias entre ambos lugares eran muchas, pero ¿Qué los unió? Ambos creían que habían emociones de las que la justicia delimitaba, deseaban escapar de sus mundos cargados de males e ir a un lugar donde pudiesen sentirse libres y felices. Asi que por el llamar de una mariposa tintada del color contrario al sus mundos, terminaron conociendose, pero pronto se vieron involucrados con una conocida pero a la vez curiosa emocion: El amor .

Entonces el universo mismo les concedio un deseo, solo uno para los dos, uno que les permitiera decidir entre una eternidad juntos alejados de todo lo que conocían, ó, el poder reencontrarse cada noche en sus sueños, con el pesar de nunca poder estar juntos fisicamente pero junto a su familia y amigos.

No lo pensaron mucho, su amor era más fuerte que la relacion con cualquier otra persona de sus mundos, fue que crearon así un mundo morado, llamado así como el color que se logra al convinar sus auras tan contrarias, un lugar donde todos podrían ser tal y como quisieran, sin agresiones, sin violencia, sin suicidios y sin insuficiencias. Además que con este venía una pequeña sorpresa, un pequeño niño que deberían cuidar para así poblar este nuevo lugar en el que ahora vivían. 

Así fue como habría nacido"El hombre morado" y desde entonces este viaja a los mismos mundos en busca de personas que se sientan atrapadas y sueñen con hacer cambios, que se cuestionen sus realidades y deseen sentir más que lo que es "normal"-

Esto es, cierta parte, algo que se puso sobre la mesa demasiadas veces. Muchos jovenes entre 17 y 20 años, a lo largo de la historia desde que surgió esta leyenda, han desaparecido sin ningun tipo de rastro. Incluso no se pudieron encontrar las pertenencias o ropa que hubiesen llevado en sus últimos momentos, haciendo solo que la historia tome más fuerza.

SI existe tal hombre o no, es algo incierto, pero al parecer no imposible.

-¿Crees que sea real?-

-¿Hay otra razón más acertada y poco ficticia del por qué nos encontramos aqui?- Carcajeó el pelirrojo  -¿Un mundo azul y uno rojo? ¿Hombre morado?- Aquella leyenda había fomulado más preguntas sin respuesta de las que en un principio tenían, pero hasta ahora, resultaba ser una de las razones más propables que tenían.

Justo ahora, Hanbin y Hao se encontraban una vez más en aquel edificio oscuro en el cual se conocieron, ¿Cómo?, ambos se habían quedado dormidos al mismo tiempo, a pesar de la distancia y la separacion de mundos, tal era que podían tener un pequeño momento para platicar incluso siendo en sus sueños. Hao, recostando su cabeza sobre el hombro del pelinegro, se sentía seguro y comprendido mientras escuchaba el sonido retumbante del corazón dentro de su pecho, Hanbin por su parte, mantenía la espalda recargada contra una de las paredes y una de sus manos reposaba en la cintura del pelirrojo, oliendo el suave aroma que desprendía su cabello.

-¿Crees que realmente haya un mundo tan bueno?- Preguntó, Hanbin siempre estuvo curioso sobre porque las personas tenían la costumbre de sentirse vacios por dentro, quería ayudarlos muchas veces, pero terminaba sintiendose igual por la sobrecarga de emociones ajenas ¿Había un mundo donde se pudiese ser realmente feliz?

-No lo se Binnie- Respondió con sinceridad, moviendo su cabeza como un pequeño gato frotandose contra su dueño.

-¿Binnie?- Sonrió ante el apodo. A pesar de seguir siendo como dos desconocidos, podían sentir que se conocían desde hace mucho tiempo, la manera en la que ambos coincidían, como el silencio no era incomodo y como el más pequeño tacto los hacía sentir en casa. Como dos almas gemelas destinadas a escontrarse sin importar los limites o las dificultades.

-Un diminutivo lindo, para un chico lindo- Hao parecía de lejos una persona muy introvertida y reservada, pero aún le sorprendía la capacidad que tenía para hablar y decir cosas como esa con tanta facilidad. Las mejillas de Hanbin acabaron tintandose de un leve color carmín, sintiendo los latidos de su corazón acelerarse, siendo captados al instante por el pelirrojo -Te gusta...-

-Tú...También eres lindo- Al contrario, aunque Hanbin pareciera ser más extrovertido naturalmente, al estar al lado del pelirrojo llegaba a notarse tímido y facilmente se quedaba sin palabras en este tipo de situaciones -Ahora me siento avergonzado de no tener un lindo apodo para tí- Puchereó, haciendo reír a Hao.

-Ya se te ocurirá alguno, no lo fuerces, deja que fluya- Explicó mientras se separaba ligeramente y posaba ambas manos en los hombros del contrario. Su entorno lentamente iba desapareciendo, dadoles a entender que pronto el sueño iba a terminar y volverían a estar separados -Si existe algún lugar donde podamos ser felices, no me importa dejar todo atrás... Solo si puedo ir ahí contigo- Dicho esto tímidamente se acercó y dejó un suave beso en su mejilla.

Por más que Hanbin quisiera responder, antes de que cualquier palabra saliera de su boca todo comenzó a esfumarse, incluyendo la silueta rojiza de Hao.

-Igual yo...- Alcanzó a decir en un susurro.

horario de actualizacion: todos los miercoles (espero)