La vida de una estrella de rock no resultaba ser nada fácil. Siempre debían ir de un país a otro para ofrecer conciertos, asistir a entrevistas, relacionarse con importantes figuras del medio artístico y así obtener mayor reconocimiento, recibir galardones por su arte y, lo más importante, convivir con sus admiradores. Megumi amaba hacer música; era su forma de expresar sus emociones. Sin embargo, había ciertos detalles que en realidad odiaba. Desde que alcanzó la fama en un tiempo relativamente corto, no tenía privacidad; lo seguían a todas partes, tomándole fotos sin su consentimiento y luego las publicaban en revistas del espectáculo.
Si por alguna razón, el moreno decidía salir con alguien como un mortal más, la prensa rosa asumía que estaba en una relación. Se empeñaban en contactar a cualquier persona que fuera parte del círculo de Megumi, o hacían creer al público que en verdad se comunicaban con gente que aseguraba conocerlo para obtener un testimonio ridículo, y así vender una falsa narrativa en los programas de entretenimiento. A Fushiguro le molestaba en demasía tener que desmentir rumores sin sentido en sus cuentas oficiales. Cada palabra que decía a través de vídeos era analizada con lupa por la multitud, tratando de rebatir sus argumentos.
Megumi decidió tomarse un descanso de tres meses para atender su malestar y cuidar de sí mismo. El constante ritmo de las giras mundiales había comenzado a afectarlo tanto física como mentalmente, a pesar de tener solo veintidós años. Por eso, regresó a su ciudad natal, Saitama. Al llegar al aeropuerto, logró pasar desapercibido entre el gentío, hasta que notó a un extraño adolescente de cabello rosado que lo observaba con atención. El joven no tuvo reparo en caminar hacia donde se encontraba, mientras Fushiguro estaba seguro de que nadie lo reconocería, ya que optó por vestir ropas distintas a las habituales.
—¡No puede ser! ¡Tú eres Fushiguro Megumi! —expresó el chico con emoción una vez que estuvo frente a la celebridad—. Me llamo Itadori Yuji y sigo tu trabajo desde que publicaste tu primer EP.
—¡Baja la voz! No quiero que sepan que estoy aquí —susurró Megumi, mirando a su alrededor por si alguien los veía.
—Lo siento, no fue mi intención incomodarte —murmuró Yuji, bajando avergonzado la cabeza—. Nunca imaginé encontrarte aquí.
—Solo vengo de vacaciones —respondió el moreno, ajustándose su mascarilla—. No pensé que alguien se daría cuenta. Creí que funcionaría estar cubierto de pies a cabeza.
—Eres inconfundible. No es común ver a un japonés con ojos de color esmeralda y pestañas tan tupidas —dijo Itadori con una sonrisa—. ¿Podrías regalarme un autógrafo?
Si no fuera por el barbijo que cubría la mitad de su rostro, Megumi habría dejado ver un notable sonrojo, debido al halago de Yuji. Intentó aclararse la garganta tosiendo, para disimular los nervios que le provocaba la presencia del chico. Aunque siempre fue un tipo serio, Fushiguro no podía negar que entre sus filas tenía admiradores atractivos.
—Tú también eres bastante llamativo —habló el cantante, haciendo un gesto con los dedos para indicarle a Yuji que lo siguiera hacia un lugar más solitario—. ¿Quieres una foto?
—Si ese es el caso, espero haber causado una buena impresión en ti, Megumi —contestó Yuji, coqueteando descaradamente—. ¡Por supuesto que me encantaría tener un recuerdo con mi cantante favorito!
—¿Sueles ser tan atrevido con todos? —preguntó el de ojos verdes, acercándose al más bajo para posar ante la cámara.
—No, solo soy así con los hombres que me gustan —indicó con seguridad Itadori, mientras veía cómo Fushiguro firmaba su libreta—. Después de todo, lo correcto es ser honesto con los sentimientos.
La estrella de rock soltó una risa suave ante las palabras de su seguidor. Sin duda, Yuji había captado su atención. Hacía mucho que Megumi no salía con nadie y el chico de ojos marrones era muy diferente a él. Quizás podría surgir algo entre ellos más adelante.
—Aquí lo tienes, espero tu llamada —recitó Fushiguro, devolviéndole el cuaderno a Itadori—. Parece que me siento atraído por los admiradores audaces, como alguien que acabo de conocer.
Yuji entendió la indirecta del artista y estaba dispuesto a ir más allá con Megumi si este se lo permitía. Era una oportunidad que no pensaba desaprovechar, ya que su sueño siempre fue conocerlo y tal vez tener un romance con él.
ESTÁS LEYENDO
FushiIta Week
FanficSerie de drabbles y one-shots con la pareja FushiIta, que serán publicados durante la última semana del mes de abril con diferentes temáticas. ✯Reto organizado por la página de Facebook: @Itafushi 虎伏