𝐕𝐈. ⊰ ۫

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SEGUÍAN EN SILENCIO,Sasaki dio un paso hacia atrás, mientras Jaekyung se daba la vuelta

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SEGUÍAN EN SILENCIO,
Sasaki dio un paso hacia atrás, mientras Jaekyung se daba la vuelta.

— Lamento haberte empujado —Se disculpo Sasaki.

— Hace mucho que no me ponían contra las riendas de esta manera — Explica Jaekyung— Nada mal, niño. Ahora, follame, tenemos un trato.

Sasaki solo desvío la mirada, hasta  que observo como el azabache comenzaba a quitarse la ropa, los ojos de Sasaki recorrieron el cuerpo trabajado de Jaekyung, que ya había visto más de una vez. Sasaki simplemente desabrochó su pantalón y saco su miembro de entre sus pantalones.

— Te perdonare, solo si soy el de arriba por esta vez —Le pidió Jaekyung.

— ¿Ah? —Sasaki abrió los ojos como platos.

— Mira que, es como una disculpa sabes. No tenías que haberme golpeado contra la pared —Jaekyung le miro con falso enojo— Merezco algo, ¿no?

— ¡Tienes razón! —Sasaki salto de inmediato— ¿Que mejor... Que ser abrazado por mi como siempre? No me digas que ya no te satisface.

— No dije eso... —El azabache desvío la mirada con vergüenza— pero yo pongo las reglas y tú obedeces, quítate la ropa ya.

— Uh... —Sasaki suspiro y rápidamente bajo sus pantalones y se dió la vuelta.

Los ojos de Jaekyung, vieron fijamente aquel durazno de carne que se mostraba ante sus ojos. Lo admitía, Sasaki tenía una buena retaguardia, ¿cómo no se dio cuenta antes? Sonrió casi como un niño al cuál le entregaron un dulce, y rápidamente alineó su miembro, contra la entrada de Sasaki.

La mano de Jaekyung se colocó dominante contra la cabeza de Sasaki, logrando que el rostro del rosado chocará contra la pared, soltó un leve jadeo al sentir la glande de Jaekyung chocar contra su anillo de carne. Era obvio que se pondría nervioso, no era un secreto para el, saber que el azabache escondía una bestia entre sus pantalones.

— Mmh, demasiado apretado —Se quejo Jaekyung.

Alejo su miembro y rápidamente acercó sus dedos, comenzando o más bien, intentando expandir sus pliegues, Sasaki comenzó a soltar leves quejidos, que provocaron una sonrisa en el azabache. No faltó mucho tiempo, cuando los dedos de Jaekyung lograron que la entrada del rosado se volviera suave.

         ;  𝐉𝐈𝐍𝐗.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora