; 𝐉𝐈𝐍𝐗.©

𝐗𝐈𝐕⊰ ۫

DE IMPREVISTO, TANTO DAN COMO
Jaekyung fueron de viaje a Estados Unidos. Sasaki hubiera querido acompañarlos pero obviamente no pudo por su escuela. Estaba apunto de terminar, y eligió también algo de fisioterapeuta como Dan.

Pero, algo no estaba bien, y podía notarlo. Jaekyung estaba de muy mal humor últimamente, incluso para el sexo ya no se dejaba dominar ni nada por el estilo, lo que provocaba dolores de cadera en Sasaki constantemente. ¿Por qué el cambio repentino? Se pregunto, y pues, al parecer había un par de rumores sobre unos artículos etc. Sasaki prefiere no leer eso, el cree que si lo lees te enganchas y simplemente es un estrés que no quieres en tu vida.

Por otro lado, Jaekyung tenía un pequeño tirón en el hombro o una lesión común en los altetas, ¿no? O eso le dijo Dan. Esperaba que no suavizara las cosas solo para intentar no alarmarlo.

Es así, que tras el regreso se enteró de un par de cositas que sinceramente no le gustaron.

— ¡¿Le vertiste un refresco encima?! —Preguntó Sasaki, con enojo.

— ¿Y a ti que mierda te importa? Esos inútiles solo estaban haciendo ruido sin parar. No podía dormir —Rodo los ojos— ¿Te lo dijo ese idiota, no? Siempre queriendo que Sasaki lo defienda. Por favor, que se comporte como alguien de su edad.

— Mira Jaekyung, no está bien que trates a Dan como si fuera una basura. ¿Cuántas veces no te ha salvado de cosas por sus masajes?

— ¡Ya cállate! ¡Si solo piensas sermonearme no quiero escucharte! ¡Estoy harto de ti, y de querer pensar que puedes decirme lo que debo hacer! —Se levantó enfadado— ¡Ambos deben entender que yo les pago a ustedes! Les doy techo, comida, agua, lo que sea. Así que será mejor, que cierres tu maldita boca.

Sasaki iba a abrir la boca, pero simplemente negó con la cabeza, agarrando su mochila y saliendo del departamento dando un portazo.

Así de tensas estaban las cosas. Al menos el cumpleaños de Jaekyung sería más calmado, ¿no? El azabache necesitaba tranquilizarse.

— Si, yo... Le compré esto como disculpa por hacerlo pelear con usted —Explica Dan, mostrando un bonito y caro llavero.

— Es muy hermoso, ¿es por eso que te habías desvelado tantas veces? Además, no es tu culpa —Sasaki le acaricio una mejilla y Dan se sonrojó, asintiendo— Es... Un lindo gesto, seguramente le encantará.