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‎‧₊˚✿ ❝𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐞́𝐥 𝐦𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫 𝐩𝐫𝐨𝐭𝐞𝐠𝐢𝐝𝐨❞ ✿˚₊‧

17/15 años

Kim Taehyung

Nadie podía tratar de calmar a Taehyung hoy. El omega castaño había tratado de evitar este día a toda costa pero finalmente había llegado, y éI no podía hacer más que maldecir su suerte, ojalá hubiese nacido beta o alfa, su vida sin duda sería un millón de veces más fácil.

Pero no era el caso, habia nacido omega, y un omega no querido, un omega irrelevante, una vergüenza, ¡Y si todo eso no era poco hoy tenía que presentarse ante toda la manada!. Así es, hoy era el día de la ceremonia, Taehyung había cumplido diecisiete años y era hora de mostrarse ante la luna como un omega y -por supuesto- ante toda la manada. Esto era una vieja tradición para que así cada lobo de la manada obtuviera el reconocimiento de la luna y así fuera libre de cortejar a su pareja. Claro que esto ahora era una simple tradición, ya que los omegas son cortejados antes de incluso presentar.

Claro, todos excepto Taehyung.

No quería salir de su cama, se negaba rotundamente a hacerlo, sentía protección entre sus cobijas, y aunque no tuviese sueño y su lobo estuviera aburrido no se iba a levantar, no, no iba a poner un pie fuera de su habitación. Aunque sabía que en algún momento Seokjin vendría a sacarlo quisiera o no de su habitación, y todo porque este era amante de esos eventos y amante de poner en ridículo a Taehyung probándole trajes que él mismo había hecho. ¡Pero de igual manera lucharía! Y no le importaba tener que llamar a Namjoon para que controlara a su omega.

Sacó su cabeza de entre las sábanas y miró el reloj colgado en su pared, aún era temprano, demasiado temprano. Y quiso llorar, porque no sabía como pasar todo el día solo encerrado en su cuarto, pensando en lo patética que es su vida y, obviamente, en Jungkook.

Oh, Jungkook.

Se había vuelto un alfa carismático y gentil, pero estricto cuando debía serlo, y tan solo tenía quince años. Y ni hablar de su hermoso aspecto, el rubio le quedaba de maravilla, sus hermosas facciones ya más crecidas y aún con su preciosa sonrisa de conejito hacían temblar el pobre corazón débil de Taehyung. Era incluso más famoso que antes y se había convertido en el alfa más deseado, muchos omegas iban tras él regalándole cosas y robando su atención, cosa que a Taehyung no le gustaba para nada, pero no podía hacer nada, solo sentarse callando sus celos por sus estúpidos sentimientos unilaterales.

--¡¿Dónde estás pequeño Tae?! -Gritó Seokjin al otro lado de la puerta, Taehyung se levantó de inmediato y tomó unos zapatos dispuesto a huir, afortunadamente en su habitación había una ventana con vista al patio trasero donde tenía sus girasoles.

Corrió hacia la ventana cuando escuchó los pasos del fastidioso omega acercarse a su puerta, abrió la ventana con rapidez y seguidamente salió por esta para luego esconderse entre sus girasoles. Agudizó su oído para escuchar a Seokjin en su habitación.

--¿En dónde se habrá escondido ese pequeño?. -Escuchó al rubio rebuscar en su habitación, agradeció que se había escondido entre sus girasoles para que su olor pasara desapercibido.

Un gruñido se escuchó detrás de Seokjin. --Pensé que habías venido a verme a mí.

Escuchó a Seokjin bufar, el rubio se asomó por la ventana abierta y Taehyung trató de esconder su cabeza castaña entre las flores, pero fue inútil ya que había sido capturado por los ojos rastreadores del omega de su hermano mayor.

--¡Te vi, Tae! -Exclamó con mucha emoción, Taehyung suspiró resignado y salió de su escondite.

Seokjin y Namjoon fueron hacia él, que estaba parado con los brazos cruzados y aún en su pijama de dinosaurios. El omega rubio corrió hacia él y Taehyung solo frunció el ceño, Seokjin era un omega molesto y Namjoon no servía para nada.

𝐇𝐄 𝐒𝐌𝐄𝐋𝐋𝐒 𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐒𝐔𝐍𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒 🌻 𝐤𝐨𝐨𝐤𝐯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora