Los siguientes 3 días a la conversación que tuvieron Jungkook y Jimin en el consultorio fueron muy similar a las anteriores, cómo cuándo recién habían llegado a la casa del alfa, bueno exceptuando que ahora compartían pequeños besos cuándo Sungmin no los estaba viendo, o se quedaban después de que el pequeño se durmiera mirando un película y abrazados bajo una manta.
Jimin supo entonces que el cuerpo del alfa era muy cálido, y perfecto para abrazarlo. Sus brazos fuertes y largos lo sostenían cerca suyo, y cada vez que le hablaba cerca y bajito, el interior del omega vibraba.
Jungkook tenía una manía por besarle el rostro y el cuello, y hacerle cosquillas en la pancita. Esos pequeños momentos eran únicos, mejor de lo que alguna vez imaginó y se encontró acostumbrándose muy rápido a ellos, y eso le causaba un poco de miedo. Miedo de que se acabe, que el alfa se despierte y se de cuenta de que él no vale la pena.
A la hora de dormir era todo igual que siempre, Jimin dormía en su habitación con su hijo y Jungkook solo en la suya, porque aún era muy pronto y no podrían tampoco explicar a Sungmin lo que estaba sucediendo entre ellos, porque a decir verdad ellos tampoco sabían qué eran.
¿Eran pareja? ¿Amigos que se besaban? No sabían, y no importaba ponerle título, al menos por ahora.
Pero, hablar de eso con Sungmin era otra cosa. Jimin no quería confundir a su hijo y por supuesto que Jungkook lo respetó en todo momento.
Luego de salir del hospital 3 días atrás, Sungmin estaba muy contento de volver a la casa de Jungkook y así también Jimin. Todavía no paraba de sonreír al pensar en Jungkook, y la alegría que vió en sus ojitos cuándo aceptó quedarse de forma permanente con él. El alfa parecía no creerlo, pues antes de que ambos salieran en dirección al departamento, le hizo prometer de que cuándo llegase más tarde ese día ellos estarían allí, que no le mienta porque su corazón se rompería en mil partes, Jimin sintió la sinceridad en sus ojos y también la tristeza al pensar eso.
Le aseguró de que los encontraría allí cuándo volviese ese día, pero no fue hasta que el alfa realmente los vió con sus ojos al llegar que pudo respirar tranquilo, y desde ahí todo marchó viento en popa.
—¿Minnie, que haces? —Jungkook entró a la cocina.
Era su día libre del hospital, así que estuvo todo el día con ambos y simplemente era hermoso. Pasar tiempo con Jimin y Sungmin llenaba su corazón de una forma en la que jamás nadie más lo hizo.
—Estoy lavando los trastes, alfa —contestó Jimin, y enseguida sintió el cuerpo cálido del alfa apretarse en su espalda.
Sonrió cuándo los labios de Jungkook besaron su nuca, y después su cuello y mejilla.
—Deja eso, omega y ven a tomar una siesta conmigo. Hueles tan bien —susurró Jungkook, atrapando al más pequeño entre sus brazos.
Jimin suspiró bajito ante el tacto sutil del alfa. Jungkook siempre era suave y delicado con él.
Se dió la vuelta, después de secarse las manos, y arrojó sus brazos en el cuello del más alto. Jungkook sonrió mirando hacía abajo, viendo los cachetes colorados del menor.
—Sungmin... —susurró, preocupado.
—Se encuentra durmiendo, recién acabo de verlo. Incluso roncaba un poquito —ambos rieron. Jungkook besó su nariz, y después acarició la contraria con la suya. Amaba la pequeña nariz de Jimin. Sus manos en la cintura pequeña—. Por favor, aunque sea acuéstate a descansar conmigo. Te puedes levantar antes que Sungmin.
Jimin lo pensó un momento, y luego asintió. Le gustaba mucho la idea. Demasiado.
Capturó los labios suaves y cerezas del alfa, y éste lo tomó por las piernas y lo enredó en su cintura. Jimin rió cómo loco, y abrazó más fuerte a Jungkook.
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a christmas baby 𐙚 kookmin.
RomanceEn la pirámide de una sociedad sexista, los omegas son el último escalafón de la cadena. La sociedad religiosa de Busan pondera el alfa y omega bien casados y marcados, donde no hay lugar para la inmoralidad. El alfa Jeon Jungkook, médico pediatra...