Era pasada las doce de la noche, lo cual significaba que oficialmente era el cumpleaños número 21 de Jimin.
Tanto él como Jungkook se encontraban en la escueta cama que habían estado compartiendo los últimos días, la oscuridad los rodeaba por completo. Una pequeña luz se adentraba por la rendija de la puerta, y el único sonido que se oía era sus respiraciones junto con sus voces susurradas.
—Feliz cumpleaños, omega —susurró Jungkook, tenía en frente suyo el rostro de Jimin. Una de sus manos acariciando su suave mejilla, la otra servía se almohada al omega, mientras que delineaba la delicada línea de la espalda del chico—. Te deseo felicidad, desde mi corazón quiero que seas feliz porque eres el ser más precioso que conozco.
Jimin todavía no se acostumbraba a la manera en que Jungkook le hablaba y las cosas preciosas que salían de sus labios para con él, pero ciertamente no le costaba oírlo.
Se inclinó un poco, sus frente pegadas una a la otra. Sus narices a un palmo de distancia y sus pequeñas manos en el pecho del alfa.
—Gracias, alfa. Tú también eres lo mejor que pudo pasarme, y por ser todo lo que alguna vez soñé —murmuró viendo la silueta dibujada del hombre que poco a poco había robado su corazón con nada más que amor y cuidados.
Jungkook sonríe, y acorta la distancia para dejar un delicado beso en los labios del omega. Los besa una y otra vez, hasta que siente sus pulmones arder por la falta de oxígeno. Si no fuera por ellos, lo besaría por el resto de la eternidad.
—Tengo un regalo para ti —exclamó, todavía intentando recuperar el aliento.
Jimin se sorprendió, negando con la cabeza como si ello pudiera detener a Jungkook.
El alfa se empezó a reír por la reacción de Jimin, pero aún así beso una vez más sus labios antes de levantarse de la cama, con su remera holgada, pijama y descalzo salió de la habitación para volver a los pocos segundos con un enorme paquete envuelto.
Se acercó a la cama, dónde Jimin ya se encontraba sentado todavía sin poder creer que Jungkook le hubiera conseguido algo por su cumpleaños.
—Es un regalo que tiene dos partes —comenzó a explicar Jungkook, depositando en la cama el paquete envuelto—. La otra parte estará en casa, para cuando volvamos.
—Jungkook... —susurró Jimin, todavía incrédulo, pasando una mano por la envoltura azul brillante y acariciando suavemente—. No era necesario un regalo.
Jungkook chistó con la boca, e hizo un ademán quitándole importancia.
—Tuve que pedir varios favores para poder conseguirlo a tiempo pero...espero que te gusten —Jungkook se encontraba sentado a su lado, en cuclillas. Jimin se rió por la emoción del alfa, que saltaba en su lugar, ansioso.
—Lo que sea que me hayas dado es más de lo que pudiera pedir, alfa —susurró Jimin.
Jungkook sonrió, viendo el brillo especial en los ojos ajenos por más que hubiera oscuridad. La poco luz que entraba era suficiente para distinguirlo.
—Ábrelo, Minnie. Ábrelo —lo instó, casi mordiéndose las uñas.
Jimin suspiró hondo antes de proceder a hacerlo. Desató el moño con cuidado y rompió el papel, que según dicen trae suerte.
Dentro había una caja de madera tallada, de buen tamaño. Se encontraba cerrada, entonces el omega buscó tirar de la cubierta hacia arriba encontrándose con una pila vertical larga. Frunció el ceño sin entender, hasta que metió un par de dedos y sacó una de la pila.
Respiró con fuerza, sorprendido, cuando lo vió. Entonces, sacó otro. Y otro, y otro. Hasta que varios estuvieron apilados en su regazo.
Tenía las manos cubriendo su boca, completamente anonadado.
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a christmas baby 𐙚 kookmin.
RomanceEn la pirámide de una sociedad sexista, los omegas son el último escalafón de la cadena. La sociedad religiosa de Busan pondera el alfa y omega bien casados y marcados, donde no hay lugar para la inmoralidad. El alfa Jeon Jungkook, médico pediatra...