Jungkook se encontraba despierto hacia ya un buen par de minutos, pero no había hecho ningún movimiento para no despertar a Jimin quien se encontraba durmiendo pacíficamente sobre su pecho, su suave respiración golpeando su pecho desnudo. Su omega lucía radiante con la luz del sol pegando en su rostro.
Su omega.
Aún no puede creer que esto esté tan cerca de ser real, que ya se siente así. La pasada noche parece irreal, nunca había pensado que tan intensidad de emociones y sensaciones era posible pero así era. Las cosas que Jimin le dijo tenían mucho significado para él, que confiara no solo con su historia sino con Sungmin que era la vida entera del alfa.
Aspiró su familiar aroma, haciendo que su alfa interno se mueva y estire en su interior, satisfecho de tenerlo entre sus brazos.
Todo era perfecto.
Levantó la mirada cuando oyó antes de ver un par de pequeños pies corriendo en dirección a su habitación y por supuesto que sonrió cuando la pequeña figura revoltosa de Sungmin apreció por la puerta, corriendo a toda la velocidad que sus piernitas le permitían.
—¡Papi! —gritó, chocando contra el borde de la cama hacia la que Jimin se encontraba dando la espalda.
Jimin abre de repente los ojos, más azules que Jungkook jamás vió, y hace todo lo posible para no reírse ante la cara de pánico que se pintó en su rostro cuando Sungmin, muy hábilmente, se encuentra trepando hacia su padre.
—Papi, papi, papi —recita el pequeño.
Jimin intenta taparse instintivamente, cuando Jungkook se apiada del pobre omega.
—Tranquilo, tienes ropa puesta —y es cierto porque se da cuenta de que trae puesto pantalones de pijama.
Dios bendiga a Jungkook por haberlo vestido.
Entonces Jimin sonríe, y en un movimiento ayuda a Sungmin a ubicarse en medio de ambos cuerpos.
—Ben' día papi —ríe histérico el pequeño, ahora atrapado entre Jungkook y Jimin—. Ben' día Jungguk.
—Buen día, cachorro —se acerca y le planta un beso en el cachete al tiempo que Jimin hace lo mismo.
—Buen día para mis bonitos chicos —murmura Jimin, acomodando su cuerpo en el pequeño espacio.
—¡Papi, feli' cumpeaño'!
—Oh, gracias mi pequeño cachorro —corresponde el omega, acaricia la pequeña barriga de Sungmin.
Jungkook hace lo mismo, y se acomoda de costado así su mano sostiene su cabeza y una mano la coloca sobre la de Jimin en la barriga del pequeño.
—¿Tienen hambre? Podemos ir a desayunar a ese lugar que tanto te ha gustado el otro día Sungmin ¿Que dicen?
Los ojitos de Sungmin se vuelven grandes y brillantes, al recordar ese lugar lleno de juegos que tanto le había gustado el otro día.
—Si, papii, vamos —demanda el pequeño.
Jimin se ríe, tomando el rostro de su hijo con su mano y llenando sus cachetes y frentes y ojos de todos los besos posibles que caben en pocos segundos.
—Está bien, iremos. Ve y busca la ropa que quieres ponerte, amor.
Por supuesto que sabe que Sungmin hará un desastre con ellas y no elegirá nada acorde, pero no importa.
Jungkook lo levanta por el aire, entonces, y en cuestión de segundos el pequeño desapareció en dirección a su habitación.
—Hola, alfa —murmura Jimin cuando están solos nuevamente.
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a christmas baby 𐙚 kookmin.
RomanceEn la pirámide de una sociedad sexista, los omegas son el último escalafón de la cadena. La sociedad religiosa de Busan pondera el alfa y omega bien casados y marcados, donde no hay lugar para la inmoralidad. El alfa Jeon Jungkook, médico pediatra...