Capítulo O4

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Hacía tres días que el pretexto de la tormenta se había acabado, y tanto él como Sungmin seguían en la casa de Jungkook ya que el alfa logró convencerlo de quedarse un par de días, es por eso que Jimin decidió que el día siguiente sería el último en la casa del alfa, por más que no fuera eso lo que su corazón deseara.

Pensó en los últimos días, y como parecía vivir y disfrutar de esa realidad que habitaban, pero el omega no era tonto. Esa no era su realidad, ellos estaban de prestado ahí y eso estaba bien, porque así era la vida.

Pero por supuesto, no puede negar que los días en la casa de Jungkook fueron, lejos, los mejores del último año. Y es que el alfa es simplemente maravilloso, es amable y cuidadoso, tanto que a veces Jimin tiene ganas de llorar, porque nunca nadie antes le había tratado de esa manera tan delicada, tan cuidadoso. Tan amoroso, y él no se merece eso.

No merece ser amado por nadie.

¿Será eso lo se siente que alguien te quiera? Ese algo que se mueve dentro suyo, lo que sintió cuando Jungkook los despertó a ambos, padre e hijo, para un desayuno súper casero y elaborado, lleno de tes y cafés, muffins y tortas de limón. Dónde comieron hasta que les dolió el estómago, y lo mismo paso el siguiente, y el día de hoy tan solo no había sucedido porque Jungkook tenía que ir al consultorio.

O cuando les preguntaba que deseaban cenar, o cuando se ofrecía a jugar con Sungmin y él, como si fueran una familia real.

Jungkook iba al consultorio desde la mañana a la tarde, le explicó que así se manejaban en el hospital, y había insistido en que confiaba completamente como para dejarlos solos en su apartamento hasta que volviera, cosa que sucedería en cualquier momento.

El alfa genuinamente disfrutaba jugar con Sungmin en sus momentos libres, y claramente Sungmin le había tomado bastante cariño y es por eso que Jimin tomó la decisión de irse, porque claro...su pequeño bebé iba a llegar a amar a Jungkook, y eso estaba muy mal ¿Por qué? Simple, ellos no pertenecían con él. Estaban de paso, y sabía que llegaría un momento en que Sungmin se va a apegar demasiado al alfa, lo conoce mucho.

Y quiere evitarle ese sufrimiento, porque tarde o temprano Jungkook le pediría que se fueran, o quizás porque era demasiado educado y bondadoso no, pero ciertamente se cansaría de cargar con un omega y un cachorro que no son suyos, y también se trata de evitar sufrir él porque a quien va engañar, más de una vez se pintó teniendo una vida con Jungkook, en ese lugar, siendo al fin felices, quizás con otro cachorro del alfa y una marca en su cuello, pero eso no iba a pasar.

Nunca.

De alguna forma u otra, siempre Jimin termina abandonado por la gente que quiere, Taehyung primero y luego sus padres, y no quería que Jungkook se convirtiera también en uno de ellos, quería guardar en su memoria la suave y profunda sonrisa del alfa, su hoyuelos y ojos marrones, también así su voz profunda y grave, quizás guardar estos recuerdos para cuando este ahí afuera y eso logre calentarle un poco el alma, sabiendo que hay gente realmente buena en el mundo.

—Sungmin, es hora de tu medicamento amor —Sungmin llegó corriendo desde la habitación de huéspedes, la cual había sido suya esos días.

Se sentó a su lado en la mesa, y Jimin le sirvió un vaso de leche para acompañar al medicamento, así como un budín de banana que Jungkook preparo para ellos.

—Papi, feo —hizo una mala cara, negando con la cabeza.

—Ya sé amor, pero es el último. Mañana iremos al hospital a que te revisen, pero Jungkook dice que ya casi estás curado —le dijo, alegre.

Sabía que a Sungmin no le gustaba tomarse el antibiótico, pero no quedaba de otra. Se quejó, pero bebió todo.

Jungkook había revisado a Sungmin y ciertamente parecía estar mejor, pero para determinar necesitaba hacer algunos exámenes en el hospital y era por eso que el pequeño tenía una cita el día siguiente. Por supuesto que el alfa iba a atender al pequeño.

a christmas baby 𐙚 kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora