𝟎𝟐| 𝙻𝚒𝚗𝚎𝚊 𝚒𝚗𝚟𝚒𝚜𝚒𝚋𝚕𝚎

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La luz de la ventana entraba por las orillas de la cortina, provocando un amargo despertador. Tom gruñó, no quería abrir los ojos porque era un fastidio hacerlo cuando despertaba con la resaca, pero la luz del día tampoco lo dejaba seguir durmiendo. Y cuando por fin los abrió soltó un suspiro largo al encontrarse solo. Por alguna razón era lo que quería porque no sabía cómo llevar el control de la situación si hubiese abierto los ojos y se diera cuenta que Bill estaría a su lado. Se levantó sintiéndose miserable una vez más, esto era rutinario y empezaba a ser una porquería de vida, tomó el grifo y el agua fría cayó por sus hombros desnudos, hasta mojar cada centímetro de su piel, se enjabono el cuello y no dejaba de fruncir el ceño por el gran dolor que sentía en la sien. Al salir tomó sus pantalones y salió con la toalla en las rastas. Suponía que Simone no estaba en casa y que seguro Bill ya había ido al colegio, pero para su sorpresa al entrar a la cocina su hermano menor estaba allí, haciendo un par de waffles

—Estás despierto—Hablo Bill cuando le vio entrar con el abdomen desnudo y semi mojado

—Y tu estas aqui—
—Me dió pena dejarte solo que preferí quedarme a hacer el des...

—No tenías porque quedarte—Le interrumpió—Estoy mejor solo—

Bill apretó los labios avergonzado. Sacó una taza, sirvió un poco de café y se lo extendió a su hermano. Tom se lo pensó un segundo, la mejor idea para él en este momento era salir a la calle y volver con los amigos, pero sus tripas no decían los mismo, por lo que se vio obligado a sentarse frente a la taza

—¿Necesitas una Aspirina?—Preguntó Bill—Seguro tienes un dolor infernal en la cabeza—

—Puedo con ello—
—Pues si lo necesitas aquí está—
—Sé dónde están, Bill—

Bill se quedó callado, también sirvió un poco de café para él, luego puso los waffles en medio de la mesa, Tom tomó uno y lo llenó de mucha mermelada. Mientras que Bill lo llenó de mucha miel

—Así que también comes en el dia—Hablo Tom tratando de desvíar la tensión

Pero al contrario, Bill no respondió por lo que la tensión aumentó. Tom empezaba a ver qué Bill tomaba grandes porciones de Waffles y se lo pasaba sin la necesidad de masticarlo, como si tuviera la urgencia por terminar y tomar más. Tom terminaba uno y Bill ya iba por el tercer waffle

—Si sigues comiendo así, no vas a dejarme nada más que migajas—

—Lo siento esque yo...—Titubeo—Me gustan los Waffles—

—Claro, y en vez de disfrutarlos prefieres atragantarte como un cerdo—

Se quedó sin respuesta, se llevó las manos al abdomen y enterró sus uñas sobre él sintiéndose como un cerdo. Cuando Tom se dió cuenta de ello, culpo a Bill para no sentir culpa de lo que había dicho. Bill levantó la mirada hacia su hermano y este parecía de los más normal comiendo, como si fingía no haber visto nada, empezó a relajar el cuerpo y seguir comiendo, fingiendo que no había pasado nada al igual que Tom

—¿Cómo te has enterado?—Indago Bill—El que esté con Hellen digo.—

—El colegio—
—Si he regresado con ella es porque Hellen me ama—

—Hellen no te ama y todos nos damos cuenta menos tú. Recibes migajas y todos se dan cuenta menos tú—

—Hellen no me da migajas—Tom estaba apunto de refunfuñar

No quería darse cuenta porqué veía y sentía que Hellen era su única oportunidad de ser feliz, y creía que si renunciaba a ella le invadiría la desesperación. Tenía un apego emocional, tenía miedo de quedarse y sentirse solo toda una vida

𝗔𝗹𝗺𝗮𝘀 𝗥𝗼𝘁𝗮𝘀;  Bill and Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora