El frío viento de la mañana azotaba las hojas de los árboles mientras Tom caminaba con la mandíbula tensada y el ceño fruncido hacia el colegio, esta vez había salido con rapidez sin intenciones de que Bill caminara detrás de él a unos cuantos pasos como de costumbre. Sus pensamientos estaban enredados, atrapados entre el recuerdo del beso con Bill y la necesidad de escapar de esa intensidad.
Agny como de costumbre antes de entrar a la preparatoria solía sentarse afuera y fumar un cigarro, su cabello se movía con gracia al compás del viento, sus labios no tardaron en mostrar una sonrisa al ver llegar a Tom, esfumó el humo de sus labios para después tirar la colilla, Agny abrió la boca para saludarlo
—¡Hey....
Tom la interrumpió, se detuvo en seco frente a ella, la sujetó de la cintura con fuerza y sus labios no tardaron en encontrar los suyos en un beso apasionado. Fue un acto impulsivo, una forma de escapar de la tormenta interna que lo atormentaba.
Agny no se sorprendió, solía tener sexo con Tom qué un beso no era nada, pronto se dejo llevar por la intensidad del momento. Agny se apartó de Tom, sus labios aún húmedos, su mirada alterno entre diversión
—La próxima vez podrías intentar algo menos dramático. Asustas a mi demás ligues— Vaciló Agny
Tom sujetó el brazo de Agny con firmeza y la condujo apresuradamente al baño de hombres, un lugar donde solían refugiarse para aliviar su deseo en más de una ocasión. Agny miró a Tom furtivamente mientras este cerraba la puerta, ella aprovechó para desabotonarse sus jeans, cuando Tom se giró a ella, la acorraló hasta la pared cubierto de azulejos fríos. Sus labios se apoderan de ella como un demonio agresivo y sus manos se entierran contra su cintura, se siente desesperado por mantener lejos sus pensamientos, pero los labios de Bill siguen presentes, como una sombra persistente.
Lucha por mantenerse en el presente con Agny, pero los labios de Agny no logran borrar la imagen de Bill, cada roce de sus labios se convierte en una batalla interna, pero se aferra por olvidarlo, sin embargo Agny empieza a sentirse sofocada
—Tom...
Tom está tan concentrado por sentir placer en los labios de Agny que no se molesta a detenerse, sus manos se siguen aferrando a su cintura como una bestia
—¡Mierda Tom!—gruñó
Tom se detuvo, la miró y sus ojos marrones, normalmente llenos de seriedad, ahora reflejaban una intensidad de miedo, Angy lo miró con preocupación
—¿Tom?...—Susurró ella al verlo asustado. Tom se mordió el labio inferior, sus ojos marrones reflejaban una tormenta de emociones, ni siquiera intentó ocultarlo
—No es que no quiera, pero mierda. Déjame un poco aire siquiera—Vaciló para calmar la tensión
Él sonrió, Agny siempre sabía que decir en momentos de silencios, eso era lo que le gustaba de ella. Su respiración volvió a la normalidad, y la desesperación se desvaneció al igual que los pensamientos de Bill. Tom se deslizó hasta el lavamanos, y de un brinco se sentó sintiendo la superficie fría.
—¿Que?¿Ahora te haces la que no te gusta?—
—Bueno pero tampoco es para tanto, no somos unos vírgenes hambrientos, cálmate un poco—
Agny con una sonrisa traviesa, metió la mano en el bolsillo trasero de sus pantalones y sacó un cigarro. El aroma a tabaco llenó el aire mientras encendía el extremo con un mechero.
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𝗔𝗹𝗺𝗮𝘀 𝗥𝗼𝘁𝗮𝘀; Bill and Tom Kaulitz
Fanfiction𝗔𝗟𝗠𝗔𝗦 𝗥𝗢𝗧𝗔𝗦 | Ser amado en el presente le trae el recuerdo de todas las formas en que no lo amaron en su infancia. No hay bastante amor que pueda compensar o hacer desaparecer el dolor de la niñez ─Un refrigerador no puede destrozarme el c...