Las dos niñas se habían peleado y alrededor de unas dos semanas Jane no regresó al refugió. Jul por su lado, día tras día venía desde temprano hasta que se pusiera el sol o la oscuridad de la fría noche viniera sobre ella.
Dentro de Jul había un sentimiento inexplicable para ella, con lo primero que lo asoció fue con el amor que sentía por Jane, pero, tal vez no era eso.
Jul observaba el cielo nublado, otra vez se encontraba en el refugio esperando con esperanza volver a ver a Jane, poder observar nuevamente la cabellera rubia de Jane y admirar esos hermosos ojos azules que poseía.
Jul se acurrucó a ella misma con sus brazos, sentía mucho frío y realmente, no tenía ganas de regresar a su «casa». Ese hombre había dejado de asistir al trabajo y estaba más tiempo en la casa, era como si se quedara para monitorear cada cosa que ella hacía.
Sintió las ganas de llorar, pero, se reprimió recordando que a Jane le molestaba eso. Y talvez si ella dejara de ser una llorona Jane regresaría.
Cuando el cielo comenzó a oscurecerse, Jul se levantó y cogió el bolso en donde había traído su diario y la comida que antes había comido.
Lo primero que recibió al entrar en su casa fue una bofetada por parte de su madre, Jul la observó sorprendida. ¿A que se debía ese trato?, se preguntaba Jul.
—Ya he tolerado esto demasiado tiempo, ¿Dónde has estado?
—Paseando. —Jul le respondió cortante a Juliana. Y no esperó ser regañada más tiempo y subió a su habitación, luego de entrar cerró con llave y movió un mueble frente a la puerta, era una manera de protegerse a si misma. Escuchó por unos minutos las quejas de juliana hasta que se quedó dormida en el suelo. Se suponía que estaría despierta haciendo guardia, pero al parecer no se pudo resistir ante el sueño y el cansancio.
Un mes después.
Jul debía regresar a clases y ella obviamente no estaba de ánimo para hacerlo.
Durante todo ese tiempo pasado, las cosas del pueblo parecían calmadas, sin embargo, por alguna razón el grupo de amigas estaban muy distanciadas. Janette no iba a las reuniones debido a su nuevo trabajo, y de la cual no le explicó a nadie. Por otro lado, Estefanía le daba su tiempo a su hija Lucy y Abigail seguía yendo pero, no tan frecuente como antes. Hasta la misma Juliana estaba ausente en el grupo. Obsesionada con su rostro, que lamentable.
Ellas tenían una amistad de años y era la primera vez que el grupo se dividía de tal manera. Raquel se sintió extraña debido a ello. Al parecer desde el momento que llegó Jane a ese pueblo, todas las cosas estaban yendo pésimas.
Raquel miró por la ventana de su casa, no había nada afuera pero, desde hace unas dos horas se sentía rara por alguna extraña razón. Ella no era tan fanática de las creencias pero, no podía negar que sentía un poco de miedo al sentirse observada desde esa maldita ventana.
—¿Qué haces mami? —La voz de su hijo hizo que diera un salto, vaya susto se había dado.
—¿Sí hijo? —Ella dejó de observar y se puso de cuclillas a la altura de su hijo. —Mami te escucha.
Parece que no había escuchado la pregunta de su hijo.
—¡Mira! —Él le mostró a Raquel un dibujo. Raquel miró el dibujo intentando descifrar que era.
—¿Qué es eso? —Ella observó la imagen dibujada. Eran muchas líneas pero, no quería dejarse engañar por su mente.
—Papá y el vecino. —La cara de Raquel hizo una mueca de asco y sintió ganas de vomitar.
Al mismo tiempo ella sintió como si le clavaran una puñalada por la espalda, ¿Por qué?, se preguntó a si misma, sin encontrar respuesta alguna. Raquel dejó salir sus lágrimas en silencio.
¿Qué sitio sería tu refugio?
En la casa de Juliana, ella se encontraba molesta debido a que, Jul no quería asistir a clases, ni salir de esa maldita habitación.
—Jul, abre la puerta. —Ella habló con bastante autoridad y sin flaquear en sus palabras.
—No voy a ir. —Jul respondió desde el otro lado. Ya había pasado una semana desde que la puertas de la escuela abrieron y Jul seguía con la terquedad estúpida de no querer asistir, eso pensaba Juliana.
—Si no abres la estúpida puerta, la derribaré a hachazos. —Jul arrugó las cejas molesta al escuchar tal amenaza. —Jul, abre. —Jul suspiró, se levantó y mordiéndose el labio de la impotencia, abrió la puerta.
Y sin que pasara un segundo luego de abrir y permitir el acceso, la mano de Juliana golpeó fuertemente el rostro de Jul. Últimamente, le estaba pegando demasiado a Jul, la razón era obvia, pero, según ella era porque Jul estaba siendo muy malcriada, por supuesto.
—Irás ahora mismo a la escuela. —Jul saboreó el sabor de la sangre en su boca y luego respondió fríamente.
—Ya es demasiado tarde. —Jul le dijo y Juliana arqueó una ceja.
—No me importa, irás ahora mismo. —Tomó el brazo de Jul y comenzó a jalarla agresivamente.
Ni siquiera permitió que Jul se aseara, la obligó a ir de ese modo, y con el cabello desordenado. Cuando Jul entró al aula todos pusieron la atención sobre ella, aunque, solamente fue por un momento porque otra maestra trajo a una estudiante al aula.
Jul se giró para mirar y quedó sorprendida al ver una rubia parada frente al pizarrón, no podía equivocarse, jamás lo haría y además, ¿Quién podía compararse con la belleza de Jane?
Jul quería correr y saltar encima de Jane pero, eso era algo imposible y tampoco sabía si Jane ya la había perdonado.
—Preséntate. —La maestra le ordenó a Jane y esta miró a la mujer de una forma horrible y luego dirigió su mirada a los estudiantes.
—Soy Jane. —Y todos se quedaron esperando más información pero, Jane no dijo nada más y la maestra la mandó a sentarse en el fondo. Jul no paraba de mover la pierna con ansiedad, ella quería ir hacia Jane pero, no podía, no debía.
—Bien chicos, hoy estaremos compartiendo entre todos nuestras aventuras durante las vacaciones. —Jane apoyó la mano bajo su barbilla y bostezó debido a la tediosa clase y la voz de la maestra le pareció fastidiosa.
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Caníbal
Mystery / ThrillerTodos los del pueblo le temían a una niña de ocho años, muchos dijeron que poseía una aura que no parecía de este mundo. ¿Pero todos los del pueblo son ovejas sin manchas?