Raíces [Alhacén, Cyno, Tignari x Lectora]

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(__) había encendido una modesta fogata y había reunido una selección de alimentos para sus invitados, quienes aún se encontraban debilitados. Les negó la posibilidad de aventurarse en busca de alimento, temerosa de que pudieran desmayarse en el camino o extraviarse en el espeso bosque circundante.

—Parece que tienes experiencia en situaciones como esta —observó el pelinegro, lo que provocó que (__) se encogiera ligeramente de hombros.

Su habilidad para sobrevivir había sido forjada por la necesidad, tras haber perdido el favor de su creadora. Fue un experimento fallido, al igual que aquella marioneta.

—Supongo que sí. Lamento profundamente los inconvenientes que he ocasionado. Si me lo permiten, intentaré asistirles para llevar a cada uno de los jóvenes de regreso a sus hogares —se disculpó (__).

—¿Por qué no pediste ayuda antes? —inquirió Cyno, mostrando cierto escepticismo hacia las palabras de la homúnculo.

—Me dominaba el miedo —respondió (__), dejando escapar un suspiro de tristeza—. Mi creadora me dijo que este era el lugar idóneo para cumplir mi penitencia. Aseguró que si cumplía con mi parte del trato, tarde o temprano me reuniría con la marioneta de mi pasado. Entonces sería libre de decidir mi destino.

—Si tu creadora te liberó con una maldición semejante, también es responsable de tus actos y deberá responder por ello —afirmó el pelinegro mientras aceptaba un cuenco de sopa que le ofrecía (__).

—Creo que la culpabilidad recae únicamente sobre mí. Anhelo reencontrarme con la marioneta, así que, sin pensarlo, entoné algunas de nuestras antiguas canciones y, de manera inadvertida, atraje a esos jóvenes con el poder de mi maldición —explicó (__), expresando cierto desacuerdo hacia el albino.

—Tu maldición atrae a los hombres con facilidad, incluso si no hubieras cantado. No sabemos si eres inmortal o si podrías revivir de alguna manera, por lo que no podemos tomar una decisión precipitada sobre tu destino —declaró Alhacén, mostrando evidente exasperación ante la situación.

—Lo mejor que podemos hacer es investigar este asunto y poner en conocimiento de la arconte para que ella tome una decisión respecto a tu futuro —agregó Tignari.

Aunque el escriba se mostraba reacio, era evidente que era necesario involucrar a la arconte en este asunto. La presencia de (__) sobrepasaba la comprensión que tenían de los seres inferiores.