↳ ‧₊˚┊Datos curiosos:
☪·̩͙ Sakiko: Literalmente, significa «prosperidad».
(__) había salido finalmente de su escondite y decidió dejar atrás sus miedos. Observó cómo los hombres iban dejando comida en las madrigueras que ella había creado.
Por la noche, sintió la necesidad de un buen baño y un cambio de ropa.
—Antes de hablar, necesito darme un buen baño y cambiarme —les informó a los hombres.
No tuvieron más opción que obedecerla. Su vientre estaba notoriamente más pronunciado.
El agua en su piel le brindó un gran alivio. Lavó cada parte de su cuerpo con cuidado y se secó meticulosamente.
—Lo siento si fui inmadura. Esto está siendo difícil para mí y necesitaba tiempo para adaptarme —les dijo una vez que se unió a ellos junto a la fogata.
—¿Y crees que no lo es para nosotros? No es como si hubiéramos buscado embarazarte y aparearnos contigo —le reprochó Alhacén.
—Lo sé. Si no fuera por la maldición, nunca habríamos llegado a esta situación —respondió (__) tratando de ser considerada.
—Sea obra de la maldición o no, estás embarazada ahora y debemos hacernos responsables hasta que se sepa quién es el padre de los cachorros —declaró Tignari seriamente.
Cyno se mantuvo sereno y decidió escuchar a (__).
—He decidido quedarme en Sumeru. No puedo separar a los cachorros de su progenitor, especialmente sabiendo que podrían nacer humanos —suspiró con angustia.
Los tres hombres sintieron un alivio al escuchar esto. Al menos, uno de sus problemas se había resuelto.
Ahora solo quedaba rendir cuentas a su arconte y averiguar quién era el padre de la camada de cachorros.
—Lo siento si soy una molestia para ustedes. Si me quedo en Sumeru, planeo estudiar para convertirme en erudita. No quiero depender económicamente de ustedes ni abusar de su confianza —se sinceró.
—Si deseas convertirte en erudita, puedo presentarte a alguien que estará encantada de ser tu maestra —sugirió Cyno.
Doña Faruzán sería una excelente opción para guiar a (__) en su aprendizaje, aunque le llevaría años comprender todos los avances científicos.
—Gracias, me encantaría —respondió ella con una sonrisa cálida.
—El dinero no será un problema para Cyno o para mí, pero para Tignari, quizás sí lo sea. No debería preocuparte demasiado —agregó Cyno, molestando al guardabosques.
Aunque sus ingresos no se comparaban con los de los otros dos hombres, Tignari no estaba en una situación de necesidad extrema.
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Raíces [Alhacén, Cyno, Tignari x Lectora]
Fiksi PenggemarEn la estela de la restauración de la paz en Sumeru, una oscura sombra cae sobre la tierra cuando varios jóvenes de belleza sobresaliente desaparecen misteriosamente. El guardabosques, el escriba y el gran juez, cada uno dotado de habilidades únicas...