CAPÍTULO DOS

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¡POR LA LIBERTAD DE FAT NUGGETS!

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¡POR LA LIBERTAD DE FAT NUGGETS!

Luego de haber celebrado el día de muertos, era momento de los habitantes del Edén en continuar con sus rutinas, con los adultos trabajando arduamente y los niños yendo al colegio, la cual era ni más ni menos que la iglesia central del pueblo.
Los estudiante empezaban su horario temprano, desde las 5 de la mañana debían estar ya todos listos dentro de sus salones, hasta la 1 de la tarde era que terminaban su horario de clase pero, en este caso; la iglesia fue piadosa y dejó libre este día a sus estudiantes, a fin de cuentas tenían que terminar unos preparativos del día de muertos, había gente mayor (ancianos específicamente) que les gustaba culminar esa celebración yendo a la iglesia a rezarle a Dios por protección o salud tanto a los vivos como a los muertos, por lo que ocupaba la mayor parte del tiempo de las monjas que se encargaban de enseñar por ir a ayudar a las demás hermanas.

Y ahí estaba nuestro trío: Lucifer, Vox y Alastor, corriendo en las calles de Edén procurando no hacer demasiado desorden en las estrechas calles del pueblo. Realmente ninguno estaba teniendo mucho cuidado a por dónde iban o con qué llegaban a chocar, pues los tres tenían un solo objetivo en mente: "Encontrar a Fat Nuggets", el amado cerdito de la familia Morningstar¹.

Lucifer había llegado donde sus amigos lo esperaban para emprender una nueva aventura, o travesura; pero los planes se vieron interrumpidos al ver como Lucifer, con su cara más roja de lo normal, llena de lágrimas y mocos explicaba que ya no estaba el cerdito de su papá Anthony. Parece ser que después de que Lucifer se haya ido de la casa de Alastor, olvidó cerrar la puerta de mascotas haciendo que Fat nuggets escapara.

— ¡Soy un idiota! ¿Cómo siquiera pude olvidar en cerrar su puerta? —maldecía por lo bajo Lucifer buscando en la plaza central cualquier rastro de su rosado amigo.

— Vamos Lulu, no te culpes, tal vez Fat Nuggets olió algo que le hizo dar hambre —trató de animar Alastor mirando en unas cajas sin éxito alguno.

— O tal vez algo lo olió creyendo que Fat Nugget podría saber bien —bromeó Vox, quien tan pronto hacer la broma escuchó como Lucifer soltaba un hipido lastimero.

— ¡Vox! -regañó Alastor al mencionado, quien atinó a sonreír con pena.— Es tratar de animarlo, no empeorarlo.

— Pero Ali ¡piénsalo!, es un cerdo pachoncito, de ahí salen unas buenas costillas —susurró Vox hacía el castaño, manteniendo la conversación para ellos dos, ya que si Lucifer los escuchaba, seguramente rompería en llanto nuevamente.— Además, aquí en el pueblo no se lo han comido por temor a Husk.

Alastor no dijo nada, negando con una sonrisa siendo más una mueca ante las ocurrencias de su amigo por la mención de que, seguramente Fat Nuggets ya se encuentre en el estómago de alguien más. Vox simplemente se encogió de hombros continuando con la búsqueda junto a Lucifer. Hasta que en la cabeza de Alastor procesó la información.

EL LIBRO DE LA VIDA (AppleRadio-RadioApple) (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora