CAPÍTULO CUATRO

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ADIÓS ALASTOR

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ADIÓS ALASTOR

Tan pronto como había caído la noche y a primera hora de la madrugada, el gallo de la vecina cantó, todos sabían lo que significaba ese día en específico.

Alastor se va del Edén.

Los tres amigos, se separarían.

Ese era el gran día, el día donde Alastor debía partir para estudiar en el extranjero a convertirse en todo un caballero debido a sus pequeñas travesuras.

Todos los del pueblo estaban presentes para poder despedir a Alastor, a final de cuentas es el hijo del general y no solo eso, todos vieron al pequeño crecer, desde que era un bebé. Realmente el pueblo le tenía un gran amor y cariño al infante.

— Cuídate Alastor —habló la monja Verosika, con una suave sonrisa mirando al castaño.

— Gracias —fue lo único que dijo Alastor, en lo personal él no la odiaba, no era culpa de ella que su padre fuese un tarado.

Y hablando del rey de roma, este no se había presentado en la despedida de su propio hijo, algo que llamó la atención de los presentes empezando a hablar de aquella desastrosa familia, ¿cómo era posible que el general no haya estado presente en ese día importante? ¿Siquiera le importaba su hijo? Muchos sabían de la mala relación que tenían, y les fue confirmada con la pelea que tuvieron con el incidente de los cerdos, pero aquello no justificaba el no aparecer.

Para Alastor, aquello le daba totalmente igual, no quería ver a Adam pasearse por esos lados ¿y cómo hacerlo? Si el último intento de llevarse bien con su hijo terminó en una cachetada y con las lágrimas de Alastor ante las duras palabras que le lanzó. Sí, mejor para ellos el no verse nuevamente.

— Ten mucho cuidado Alastor —habló Husk, quien acompañó a Lucifer en su despedida.— Lamento que tu partida sea por un accidente con Fat Nuggets.

— No se preocupe, creo que, así es mejor.

— Entiendo —le sonrió el mayor.— Cuídate por favor.

Alastor asintió con una gran sonrisa igual que Husk, quien se separó del grupo y decidió esperar a su hijo cerca de la salida de la estación del tren. No lo admitiría, pero habían veces que el castaño le producía un gran escalofrío y por algún motivo sentía una presión en el cuello, como si algo lo encadenara¹. Pero solo era en algunos momentos, más que todo cuando sonreía, pero en general, Husk creía que Alastor era un buen niño, a pesar de los problemas familiares Alastor era bastante educado y tranquilo (solo cuando se lo proponía), esperaba que todo le fuera bien a ese niño con su viaje y cuando regresara, fuera una nueva persona con una nueva vida, una donde Lucifer siguiera siendo parte de él, pues quería lo mejor para su hijo, y si su niño rubio estaba enamorado del rarito de la sonrisa, lo mejor que haría como padre es desearle su buena suerte.

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⏰ Última actualización: May 14 ⏰

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