Capítulo 8

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Un ruido ensordecedor me hace despertar. Noto algo distinto. Ya no estoy en la arena, estoy de nuevo en alguna sala. No hay gran cosa en la habitación, por no decir que solo estoy yo y la silla que en la que estoy sentado. Pero tampoco hay que ser muy inteligente para adivinar que me han sacado para traerme de nuevo al Capitolio.

Trato de levantarme, una perdida de tiempo, sin duda. Mis manos y mis pies están atados a una silla. Que innecesario.

-¡No tengo pensado escaparme, no hacen falta las ataduras!-Espere a una respuesta, pero nadie entró.-¡Eh! ¡Vamos es obvio que hay alguien tras esa puerta!- Intente de nuevo.

No necesite decir nada más, rápidamente se abre, dejando ver la sombra de alguien conocido.

-Ya está consciente, ya iba siendo hora.

-Que rápido acude, señorita Everdeen.

-¿Sabe? Pensaba que en la arena no duraría nada, sin embargo, consiguió ser de los últimos.

¿Porqué me habéis sacado?

-Todos murieron, pero tú, no sé ni como, conseguiste escapar, así que te hemos traído aquí, para acabar con esto de una vez.

-¿Va a matarme?

-¿No crees que ya has vivido demasiado? ¿Que ya has quitado suficientes vidas?

Me asombra la manera en que me habla, no recordaba que fuera tan fría. Que solo quisiera cobrar su venganza. Decido callarme, por una vez, tiene razón, he vivido demasiado.

-Creía que tendría una respuesta para eso. ¿Que le pasa? ¿Ahora tiene miedo?

-Algunas veces, es mejor no decir nada.- Quería no exponer mis pensamientos, pero ya no importaba- Aunque si tanto insiste, sí, he tenido suficiente con mi vida.

-Te dejaría aquí para que te murieras de hambre, igual que dejaste que miles de personas lo hicieran en los Distritos, pero tampoco quiero parecerme a alguien tan...-Calló por unos segundos sin saber que decir.- Ni siquiera sé como llamarte.

-Tengo un último trato que hacer. Te propongo que dejes que yo decida mi muerte.

-¿Porque haría eso?

-Es mi último deseo en esta vida, no quiero morir asesinado como si no fuera nadie. Solo necesito un arma.

Katniss hizo una señal al guarda que había en la puerta, este se acercó, y antes de entregarme su pistola me desató las manos.

-No cargarás con la culpa de asesinar a otra persona, realmente es un favor, señorita Everdeen.

Quería decir algo pero se lo calló, tan solo me miró con desprecio, con odio.

-No lo quieres ver.-Me puse el arma en la sien.-Pero realmente, Katniss, no somos tan distintos.-Dije, como mis últimas palabras. Y apreté el gatillo.

FIN.

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Hola, siento mucho no haber escrito esto antes, no he tenido unos buenos meses. Pero no quería dejarlo sin un final, por si realmente alguien lo estaba leyendo. Así que aquí esta. No es gran cosa y también lo siento por eso, pero algo es algo.

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Los Juegos del Hambre: El después con Coriolanus SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora