Capítulo 05

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Observo el papel una vez más verificando que la dirección fuera la correcta. El vecindario no era nada diferente a otro sitio que no haya visitado y sin embargo había una sensación en su estómago que no le dejaba tranquilo, era un sentimiento extraño que le hacía estar constantemente en alerta. Todo le resultaba sospechoso desde el instante en que encontró este pequeño papel sin remitente encima de su escritorio.

Apretó la hoja entre su mano y se acercó hacia la entrada de la casa con pasos firmes, golpeó un par de veces la madera vieja hasta que escucho unos pasos acercándose. Segundos después la puerta apenas se abrió puesto que la misma era detenida por un seguro.

– ¿Nadie te siguió? – pregunto la persona del otro lado. Boss fruncido el ceño pero negó después. Él siempre procuraba ser muy cauteloso.

El seguro de la puerta fue quitado y el dueño de la  vivienda se asomo con cautela hacia la calle apenas iluminada con los faroles, era de noche y tenía que cerciorarse de que nadie más estuviera espiandolo por algún rinco. No podía confiar en nadie en su situación, después regresó hacia el interior, cerró la puerta nuevamente con el seguro y vio como el recién llegado inspeccionaba todo el lugar.

– Es la casa de un amigo, es el único lugar en donde se que estare seguro – hablo Kent obteniendo la atención del detective.

Entonces Boss lo miro y fue cuestión de segundos para estrellar el cuerpo del tipo contra la puerta y apuntar su arma contra su garganta. Sin embargo, Kent no estaba asustado por ese arrebató, de alguna manera lo había previsto, por lo que estaba preparado para lo que fuera.

Desde la muerte de Zan era conciente del dolor y del enojo que había en el corazón de aquellas personas que eran importante para él.

– Bastardo, así que es aquí en donde estuviste escondido todo este tiempo, maldito cobarde – escupio Boss con la furia recorriendo todo su ser – No sabes las ganas que tengo de materte, en verdad que lo haría si no fuera porque ahora eres fundamental para nosotros – le soltó de mala gana y guardo el arma detrás de su espalda.

– Si esta vez todo sale mal, te dejaré hacerlo – dijo Kent con total sinceridad – ¿Trajiste lo que te pedi?

Boss saco un sobre del bolsillo de su gabardina y se lo lanzó.

– ¿Esto será suficiente?

Kent inspección le cantidad de dinero en dicho sobre y asintió.

– Será suficiente, a ese imbécil le gusta mucho el dinero, tanto que sería capaz de entregar la cabeza de su propia madre para obtenerlo.

Por supuesto, Boss no dudaba de que así fuera. Honestamente no le gustaba la idea de acudir a delincuentes para llevar a cabo la misión, pero el tiempo corría en su contra y era la única carta que jugaba a su favor.

– No importa el dinero, sino que la información que nos brinde sea cien por ciento segura.

– Es segura – hablo el tipo alto y de cabello azul que salía de la cocina – Dame el dinero.

Kent fruncio el ceño y apartó el dinero. No era ningún estúpido, conocía a Yohan y sabía lo traicionero que podía ser aveces, porque de hecho cualquier Bastarz lo era. Ese bastardo había sido un grano en el culo en todo ese tiempo que estuvo en la pandilla, lo hostigaba y siempre buscaba la manera de llevarlo al límite con su paciencia, sin embargo nunca trato de ceder a sus provocaciones.

– Primero la información – exigió Kent.

Yohan bufo y se cruzó de brazos.

– Mañana por la noche, el jefe se reunirá con algunos cabecillas de otras bandas para formar alianzas ahora que la situación se agravó para él, su objetivo será buscar todo el apoyo que pueda – explicó él.

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