Personalmente a Gulf no le gustaban estos sitios, lo encontraba deprimente y solitario, sin embargo si estaba aquí es porque tenía una razón de más peso para hacerlo. Como en las veces anteriores, lucia un traje negro bien arreglado, unos zapatos de cuero fino del mismo color que se encontraban algo húmedos por el rocio del césped de esa mañana y cargaba entre sus brazos un ramo de flores de temporada sujetas por el tallo con un lazo amarillo. Lo dejó sobre el frío mármol y un suspiro involuntario escapo de sus labios.
– ¿Mamá fue una mala persona? – le preguntó el menor a su lado.Gulf lo miro y le sonrió.
– No, ella solo cometió muchos errores – agarró la pequeña mano del niño y la apretó con sutileza.
Gulf sabía que desde muy jovencita que su madre no ha hecho más que escoger caminos equivocados y uno de ellos fue el de la adicción de cierta manera siempre supo que terminaría muriendo de sobredosis y con una jeringa clavada en el brazo. Sin embargo no había estado preparado para la noticia ni enfrentarse a ella.
Todavía podía recordar cuando fue notificado de su muerte, era de madrugada cuando se despertó con una llamada de su capitán diciéndo que habían encontrado a la mujer muerta en el lugar en donde la había visto por última vez. En ese momento había sentido como su mundo se caía alrededor, y no porque sintiera algún tipo dolor por su muerte, si no porque sabía que Tay aún guardaba la esperanza de volver a verla y lo que menos quería hacer era lastimarlo cuando se prometió que lo protegería de todo.
¿Como iba a decirle que ya no tendría la oportunidad de ver a su mami?. No obstante, tuvo que buscar el momento adecuado para hacerlo y esperar que no se le rompiera el corazón de su pequeño hermano.
Y a tres años de su muerte, Tay seguía haciendole la misma pregunta y él dandole la misma respuesta. No podía decirle otra cosa ni muchos menos hablarle mal de la madre que ambos tuviera la desdicha de tener, no era la imagen que quería que Tay tuviera de la mayor, aún si sabía que era correcto decirle la verdad, que ella jamás los amo y que siempre estuvo arrepentida por traerlos al mundo.
– ¿Quieres que vayamos por una rebanada de pastel? – le preguntó al niño.
– No, quiero ir a casa y que mamá me prepare chocolate caliente – respondió el infante sin despejar los ojos de la lápida de mármol. Momento después solto la mano que sostenía y se inclinó sobre la lápida para poder dejar una rosa blanca – Adiós, mami – se despidió él y se echo a correr hacia el auto que lo esperaba a unos cuantos metros de donde estaban.
Gulf sin en cambio, se quedo allí contemplando un poco más la tumba de la mujer que le hubiera gustado tener en su vida si la situación hubiera sido diferente, si ella no le hubiera encerrado en ese maldito lugar siendo tan solo un niño y del cual tuvo que escapar para poder sobrevivir, si tan solo ella le hubiera cuidado y amado como una verdadera madre, estarían juntos y siendo esa familia que tanto había deseado tiempo atrás.
Pero de nada servia pensar en eso, las cosas se dieron por una razón y asi estaban bien, de lo contrario no habría conocidos a tan maravillosa familia y no habria tenido la oportunidad de ser un hermano mayor para Tay. Volvió a leer el nombre de su madre en lapida sin ningún tipo de sentimiento, no sentía nada. ¿Estaba equivocado al no sentir pena ni lastima por este final que tuvo?. Era una pregunta que se hacía con regularidad estos últimos días.
Antes de marcharse, se despidió el silencio y sin una promesa de volver a este lugar, al menos que Tay quisiera hacelo y él estaría acompañandolo como siempre lo hizo, siempre a su lado.
– ¿Estas bien? – le preguntó el hombre mayor cuando subió al auto de copiloto.
– Si, es solo que sigue siendo extraño para mi visitarla – dijo Gulf colocadose el cinturón de seguridad.
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Lo que nos une
RandomY puede que a pesar de todo, les seguirá uniendo un mismo objetivo. (MewGulf)