Capítulo 06

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– Esto es una locura – soltó Gulf en tono agudo y detrás de la barra.

Honestamente ya no sentía esa confianza con la que había ingresado a este lugar horas atrás, ni siquiera era bueno en misiones de encubrimiento porque de hecho esta era su primera vez y temia fallar y terminar con una bala en medio de la frente.

Tenía que ser muy cuidadoso si no quería ser descubierto.

– Hey lindura, sirveme otro trago – un tipo alto y de piel morena se acerco a Gulf con una sonrisa lasciva que no le quedaba bien.

El menor intentó ignorar la forma en como este asqueroso le tocaba el brazo mientras terminaba de servir el resto de whisky. Le regalo una sonrisa de lado bajo una mirada sugerente y le giño el ojo con coquetería, esperando no vomitar en el intento.

Las luces neón de colores así como la gran capa de humo de nicotina en el aire irritaba momentáneamente sus ojos pero aún así lograba seguir cada movimiento de ciertos pandilleros en el lugar, pues según el dato que recibió de Kent, Polaris era una de las guaridas de los Bastarz; esos desgraciados tomaron este lugar como propio y lo convirtieron en una especie de club nocturno en donde solo los miembros de la pandilla tenían acceso y el personal que trabajaba allí sirviendo tragos y uno que otro servicio extra.

Entrar aquí no había sido tan difícil como creyó que sería, solo le basto una generosa suma de dinero para sustituir a unos de los bartender y comprar su silencio.

– ¿Eres nuevo?, nunca te había visto por aquí – lo increpó de pronto otro miembro de la pandilla, este tenía el pecho medio descubierto y podía ver el símbolo de los Bastarz, luciendolo como si fuera de gran orgullo.

– Es mi primera noche – respondió Gulf tratando de mantener la calma para no lanzarse sobre el cuello de este idiota. Lástima que en este momento tenía algo más importante y urgente que hacer que atrapar a un Bastarz, de lo contrario no dudaría en apresarlo.

Sin embargo, sabia que si lograba atrapar al líder de todos ellos, era cuestión de tiempo para que uno a uno fueran capturados. Los Bastarz podrían ser la escorias más grande que había conocido pero eran unos inútiles sin un liderazgo fuerte y firme. Necesitaban alguien que les diga que hacer todo el tiempo.

– Parece que muchos de aquí estan locos por ti – mencionó el pandillero, Gulf observo más allá en donde varios tipos tenían puesta una mirada lasciva sobre él y bufo, no podría importarle menos.

– No me interesa, sólo he venido a trabajar.

– Claro encanto, pero si en algún momento de la noche te apetece darte un descanso, puedes buscarme, estoy seguro que tienes cosas muy interesantes que ofrecer – comentó el tipo con cierto toque sugerente en su voz.

– Lo tendré en cuenta – dijo Gulf para quitárselo de encima.

¿Quien se creía este imbécil para distraerlo con su coqueteo barato?. Respiro profundo y trato de canalizar toda su concentración en su misión de emboscar a Sick tan pronto hiciera acto de presencia, ese era su único objetivo. Gracias a la información valiosa que le proporcionó Kent, supo que ese bastardo debía reunirse esta noche con algunos cabecillas de otras bandas, si de alguna manera lograba capturarlo como lo tenía previsto, lo torturaria hasta hacerle confesar que había matado a su hermano, sin embargo el reloj marcaba las once en punto de la noche y no daba ningúna señal de aparecer.

Comenzaba a creer que todo era una pérdida de tiempo y que tendría que recurrir a otro plan más desesperado para atrapar al líder de esos malditos pandilleros, no obstante, cuando pensó que la suerte no estaba de su lado, logró divisar la figura de varios tipos que ingresaban al lugar, para luego dirigirse hacía una de las mesas. Uno en particular fue quien llamo su completa atención, uno con el cabello platinado, con una mirada intimidante y llena de arrogancia. Ese era Sick y lo tenía a unos cuantos metros de él.

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