14. - Cariño.

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Chiara echó el freno de mano después de aparcar, resoplando tras ello con un profundo nerviosismo.

-Cielo, ¿estás nerviosa? -Violeta acarició su mano con cariño sobre el volante.

-Yes. N-no. I don't know. ¡No lo sé! -Se restregó la cara con fuerza tras esa breve (y bilingüe) verborrea.

-Hey. -La abrazó, atrayéndola suavemente desde el cuello y besando su cabeza -. No tenemos que hacer esto si no quieres, ¿vale? Podemos venir otro día y esta noche nos quedamos en casa de Denna, si quieres. Como sigue en Madrid, el piso de Granada está vacío, y tengo llaves. O puedo reservar una habitación de hotel de última hora. Pero no te quiero obligar, Kiki.

-Vivi, es el cumple de tu padre. No podemos dejar tirada a tu famila así, de repente. Además, quiero hacerlo. De verdad. Solo... I'm pretty nervous. Necesito un minuto.

-Amor... -Suspiró el apelativo. Confiaba en su palabra, pero no quería que la inglesa pasara un mal trago solo por conocer a sus padres -. Ya sé, ¿damos una vuelta antes? Le digo a mi madre que había tráfico, paseamos un ratito, te relajas y subimos. ¿Te parece mejor eso?

La morena cerró los ojos para concentrarse en la propuesta que su chica le había hecho. Tras pensarlo unos segundos, sonrió mirándola.

-Sí, creo que sí. -Se acercó a ella para darle un fugaz beso -. Gracias, Vio.

-¿Gracias por qué, Kiki? -La volvió a besar, y después argumentó -. Si es lo que necesitas, no se hable más.

nefervivi 💅🏻
mamiii

vamos a tardar 1 poco

hay caravana 😫

aa mamá
Ok hija

Tened cuidado 😘

Qué ganas de veros !!

La motrileña sonrió con ternura al ver los mensajes de su madre, y guardó el teléfono en su bolso para inmediatamente después coger la mano de Chiara.

-¿Vamos?

-Sí.

Caminaron unos veinte minutos por el parque que había cerca de la casa de los padres de Violeta, disfrutando el sol de la mañana. Un agradable silencio las envolvía, y el ambiente tranquilizó un poco a la cantante, que a medida que avanzaba el tiempo se vio a sí misma capaz de subir por fin.

-Vivi, creo que estoy lista.

-¿Sí? -La miró a los ojos para comprobar que le decía la verdad. Ella asintió, reafirmando su decisión -. Entonces vamos.

Llegaron al tercer piso del edificio, aún tomadas de la mano, pues no se habían soltado en todo aquel rato. Salieron también abrazadas por la cintura del ascensor, y Violeta llamó al timbre. Sus padres abrieron la puerta en la misma posición que ellas estaban, sonriendo expectantes ante la presencia de su hija junto a la chica de la que tanto les había hablado.

-¡Cariño! -Susana, su madre, fue la primera en hablar -. Ven aquí que te achuchemos. Ahora llegará tu hermana, que ha ido a ver el partido de las amigas, o yo qué sé.

Los tres se abrazaron, y la balear se quedó de pie en el rellano, esperando su turno de presentarse. Violeta se giró, mirándola y volviéndola a tomar de la cintura en el acto, acercándola hacia sí.

May I have this dance?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora