4 | La dura realidad.

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Culiacán Sinaloa | Tiempo actual

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Culiacán Sinaloa | Tiempo actual

Ana Paulina.

— Paulina — Habló Ovidio tratando de llamar la atención — Morra.

Fingí seguir dormida.

— Te estoy hablando — Suspiro frustrado — Paulina — Se acercó a mirarme. Ambos conectamos nuestras miradas.

Sus hermosos ojos color miel me miraban fijamente y cómo negarlo, aún me seguía poniendo nerviosa.

— ¿Qué necesitas?.

— Ya está listo el desayuno para que bajemos. Quiero que desayunes conmigo.

— No, yo no tengo hambre — Dijo volviéndome a acomodar para seguir durmiendo.

— Paulina llevas días sin comer bien ni creas que no me he enterado. Ya me dijo Cleo que no has querido comer nada y que se lleva la bandeja llena.

— ¿Y, que más da? — El rodeó los ojos — Con este encierro no tengo ganas de nada.

— ¿Por qué contigo nunca se pueden hacer las cosas por las buenas? — Iba a responder, pero me interrumpió — Ni me digas, ya me sé tu respuesta.

— No voy a comer contigo, entiéndelo. Vete y déjame dormir.

— Yo solo quiero que nos llevemos bien, pero contigo es imposible.siempre estás a la defensiva.

— Nunca va a pasar, nunca voy a poder quererte porque te detesto y me das.. — Me interrumpió.

— ¡Ya, chingado! Me canse de tus reclamos. ¿Quieres que nos llevemos mal?, porque veo que es lo que te gusta. Pues eso vas a recibir, quieres mis malos tratos y eso es lo que te voy a dar.

— No me interesa nada que venga de ti.

— Como gustes. Yo voy a desayunar, me vale madres lo que tú quieras — Dijo y salió del cuarto.

Escuché cómo cerraba la puerta con seguro y me levante para impedirlo pero fue imposible. Me encontraba completamente encerrada.

— ¡Ey no! ¡Ovidio no me dejes aquí! — Golpee la puerta — ¡Sáquenme de aqui!.

...

— ¿Está segura que no va a probar bocado? — Asentí. Cleo bufo y tomó la bandeja de nuevo.

— ¿Me permite un consejo? — Asentí mirándola — No haga esto por berrinche, su salud esta de por medio. No se qué problemas tengan el patrón y usted, pero le aseguro que con amor todo se puede solucionar.

— Aquí el problema es que yo no estoy con él por mi voluntad.

— ¿De qué habla? — Dijo confundida.

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