You, My Best Memory

Cuatro

Finalmente la noche había llegado y estaba a punto de salir de la casa de Seth, tome mi abrigo y mi bolso para dirigirme a mi casa, al salir de ella Seth se ofreció a llevarme, y puesto que ya eran las ocho y treinta pm. Acepte que me acompañara hasta allá.

Salimos tomados de la mano y caminamos algunas calles hasta llegar a mi casa. Las luces estaban encendidas pero aún era muy temprano para que mi madre llegara de su trabajo así que supuse que sería Ryan quien estaba en casa, me despedí de Seth y entre. Al apenas abrir la puerta note que la televisión de la sala estaba encendida pero no había nadie en el sofá, y tampoco en la sala.

-¡Ryan!- Grité para intentar localizarlo, pero nada -¡Ryan!- Grité aún mas fuerte pero nadie contesto, comencé a preocuparme, no había nadie en casa, y debido a las altas horas de la noche me pareció extraño que Ryan no estuviera en casa, decidí marcar al teléfono de mi hermano con la esperanza de que este contestara y así lo hizo.

-¿Ryan donde carajo estas?- Gruñí enojada por el teléfono

-Me quedare a dormir en casa de Mónica esta noche- Respondió él entre risas, Mónica es su novia, y por cómo contesto a mi pregunta no quiero imaginarme que estarán haciendo

-Claro, pero después no me vengas con que seré tía- Contesté irónica, escuché unas carcajadas de Ryan y colgué la llamada. Olvide preguntarle sobre por que la televisión estaba encendida al igual que algunas luces de la casa, supuse que estuvo aquí con Mónica así que lo deje pasar, apague la televisión y subí a mi habitación para prepararme.

Al llegar a mi habitación note a lo lejos que la luz de la misma estaba encendida, lo cual me extraño demasiado, di pasos lentos y asomé un poco mi cabeza por la puerta, vi a un chico extraño en mi habitación lo cual me dio un buen susto, lo observe detenidamente y note su forma de vestir, traía puesta una chaqueta naranja y unos jeans oscuros, tenía una cabellera castaña, y note que sus ojos eran azules, un azul realmente hermoso a decir verdad, me quede observándole un buen rato, y de pronto sentía como si lo conociera, no sabía quién era él ni que hacía aquí, solo tenía un extraño sentimiento, sentía que lo conocía, pero lo extraño era, que lo había visto antes, muchas veces en realidad. Cada vez que tengo «pesadillas», él está allí, en mi pesadilla, o tal vez no sea él, aunque su forma de vestir me llamo mucho la atención.

Él misterioso chico se había percatado de mi presencia y se acerco con pasos rápidos a la puerta, tan solo me tome un segundo para parpadear y sentí una presión en mi muñeca derecha, al tan solo abrir los ojos él chico estaba a tan solo centímetros de mí. Podía sentir su respiración pesada sobre la mía, me sobresalte y solté un suspiro tembloroso, me miraba con lujuria e instantáneamente aparte su mano de mi muñeca y me aleje de la puerta.

-¿Quién diablos eres tú?- Grité, él solo se limito a rodar sus hermoso ojos azules y río

-Eso no te importa preciosa, la pregunta aquí es ¿quién eres tú?- Su voz era increíblemente seductora, un poco grave y ronca al mismo tiempo

-Soy Rouse- Musité- Y lo único que quiero saber es quién eres y porque estas en mi casa

- Yo no hablaría en ese tono si fuera tú- Contestó él, en un frio movimiento me estrello contra la pared y puso un cuchillo en mi cuello -No sabes cuantos deseos tengo de asesinarte ahora mismo- Hizo una pausa -Pero no puedo- Me estremecí al escuchar eso -Por fin te eh encontrado...Rouse, y no te perderé tan fácilmente-

-¿A que te refieres?-Dije con un hilo tembloroso de voz

-Son muchas preguntas ¿no crees preciosa?- Hizo otra pausa, retiro el cuchillo de mi cuello lentamente y haló bruscamente mi brazo, lo volteo y en la parte posterior de el mismo comenzó a trazar con su cuchilla un circulo con una equis dentro, sentí el dolor correr dentro de mí al igual que el pánico, el chico fue enterrando la cuchilla cada vez más dentro de mí por lo que no pude contener un aullido de dolor, vi como la sangre caía al suelo, gota por gota, él retiro la cuchilla del brazo y lo soltó, lo tome inmediatamente y observe la herida sangrante, y por muy raro que suene esto, brilló, la herida recién abierta en mi brazo comenzó a brillar, era un brillo tenue que se detuvo en un instante, mire al chico con lagrimas en los ojos, sentía mucho dolor y confusión a la vez

-Así ya no podre perderte preciosa- Dijo haciendo un intento por que su voz sonara seductora aunque ya de por cierto, lo era- Te advierto muñequita que no será la última vez que me veras, solo espera, ya verás todo lo que va a suceder-

Hola chicos (as) aquí el otro cap. ¡¡Hasta el próximo viernes!! O... tal vez jueves... ¡Adiós!!

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