Admiraba una y otra vez la profunda herida que me había dejado aquél chico misterioso, estaba casi segura de haberlo visto antes, pasaban un millón de cosas por mi cabeza en ese momento, ¿a que se refería aquél chico sobre todo lo que iba a suceder?... ¿quién me estaba buscando?. Cada una de sus palabras no tenía el mínimo sentido para mí.
No sabía que hacer en ese momento, la sangre goteaba lentamente desde mi antebrazo hasta el suelo, seguía en un pequeño estado de Shock sin la menor idea de que hacer. Cuando logre desbloquearme comencé a correr por toda la casa buscando utensilios con que limpiar toda la sangre antes de que mi madre llegara. Había olvidado por completo que a la mitad de la noche debía ir a la casa de la señora Clarisse con los demás para jugar, limpie toda la escena rápidamente y escuche la puerta cerrarse, y seguido a eso la voz de mi madre gritando mi nombre. Entre a mi habitación y le coloqué seguro a la puerta. Me cambie rápidamente con una holgada blusa negra, unos jeans ajustados y unas Vans, peine mi larga cabellera negra y la deje suelta, apliqué una capa de máscara en mis largas pestañas y permanecí así hasta las doce pm. Mi madre no sospechaba nada, luego de tocar mi puerta un par de veces fingí estar dormida.
Al acercarse la hora recibí una llamada de Alex, contesté rápidamente y comenzamos a hablar.
-Hola linda, ¿iras a jugar cierto?- Saludó él con voz ronca
-Ya estoy lista pero no sé cómo llegare hasta allí, el auto esta frente a la casa, pero mi madre está aquí. No sé que hacer- Respondí en medio de susurros
-Estoy a punto de salir ¿quieres que pase por ti?-
-Sería maravilloso, gracias Alex- Respondí- Bajare y te esperaré afuera-
-De acuerdo- Y colgué la llamada.
Abrí lentamente la puerta tratando de que no hiciera su típico chirrido insoportable. Salí y comencé a caminar en puntillas tratando de hacer el mayor silencio posible, con pasos lentos pero cuidadosos me fui acercando hasta las escaleras, bajando de puntillas cada uno de los escalones hasta llegar a la sala de estar. Al llegar finalmente a la puerta me dirigí con el mayor cuidado y gire la llave poco a poco, cuando finalmente la abrí salí tan rápido como pude y de inmediato pude diferenciar un auto azul metalizado, supe que era Alex.
Caminé rápidamente hasta el auto y abrí la puerta del copiloto, subí y cerré la puerta.
-Hola linda- Saludó Alex dándome un beso en la mejilla al cual correspondí
-Hola - Respondí risueña-¿Nos vamos ya?-
-Vale- Dijo él y arrancamos
Nos faltaba una calle para llegar a la casa de la señora Clarisse, y mientras recorríamos todo el trayecto desde mi casa, no pude evitar sentirme sumamente observada, sentía que alguien nos seguía.
Finalmente habíamos llegado, y estábamos buscando un lugar donde aparcar el auto de Alex, encontramos un lugar junto a la casa y no dudamos en aparcar allí. Bajamos y de inmediato vimos a Sussan, Caroline, Lucy y Sarah esperándonos en la entrada de la casa, nos acercamos y Sussan levantó la tabla de la Ouija agitándola, siempre hacia lo mismo. Caminamos y entramos juntos a la casa.
Al abrir la puerta lo único que se alcanzaba a ver era oscuridad, dando pasos cuidadosos caminamos y encontramos un apagador, lo presionamos varias veces, arriba y abajo, pero no encendía.
-¿Y que vamos haremos ahora?-Musitó Lucy en un tono enojado-¿vamos a jugar a ciegas o que?- Resopló irónica
-Yo traje unas velas- Respondió Sussan-¡Sarah, dame los cerillos!- Gritó, Sarah volteo y le arrojó una pequeña caja, Sussan la atrapó y encendió uno de los cerillos, prendió fuego a las velas, una por una y las colocó en un circulo a lo largo de la desalojada sala de estar, observamos la casa con la poca iluminación que había, era algo tétrica y espeluznante...
Nos sentamos todos dentro del círculo y colocamos el Oráculo sobre la tabla, con nuestras manos al rededor del mismo fuimos haciendo preguntas al azar, cada vez el ambiente se tornaba más pesado y tenebroso, no podíamos apartar nuestras miradas de la tabla.
La verdad no me sentía para nada bien, luego del inesperado ataque de aquél chico estaba pasmada, además de todo eso aún sentía una sensación muy alarmante, sentía una mirada pesada que solo estaba posada en mí, a los quince minutos de haber comenzado a jugar llevábamos hechas solo cuatro preguntas, a las que nadie había contestado y por mi parte estaba comenzando a decepcionarme un poco, y al parecer no era la única.
-¡Esto es una farsa!-Gritó Lucy-¡No hay ningún estúpido demonio!- Tomo la tabla de la Ouija y la estrelló contra el suelo, el Oráculo voló por los aires y aterrizó en mis manos, Sussan de inmediato se levanto y recogió la tabla.
-¡Lucy estás loca! no tienes idea de lo que esta tabla significa para mí- Reclamó Sussan enfurecida-Esta maldita tabla es de mi abuelo ¿sabes lo que me harían si descubren que la usé?-
-Sussan por favor cálmate- Suplicó Alex
Sussan miraba a Lucy fijamente, ambas se enviaban dagas con la mirada. Tomé la tabla de las manos de Sussan y la volví a poner en su lugar, posé el Oráculo sobre la tabla, Lucy y Sussan se sentaron en el círculo de nuevo y nuevamente comenzamos a jugar, comencé a dirigir el juego yo así que pregunté.
-Bien, ¿hay algún espíritu que desee comunicarse con nosotros esta noche?- Pregunté y acto seguido cerré mis ojos, un segundo después los abrí de nuevo y coloqué mi mano sobre el Oráculo al igual que los demás, este comenzó a moverse libremente sobre la tabla marcando letra por letra, las fuimos leyendo y uniendo en voz alta hasta que dejo de moverse y formo una frase respondiendo
«Estoy aquí presente»
Una ambiciosa sonrisa se formó en los labios de todos, menos en los míos, nos miramos pícaramente entre todos y Sussan habló
-¿Te molesta la presencia de alguno de nosotros?- Dijo con total firmeza y seguridad-Dinos quién es y se retirará de inmediato- Agregó
El Oráculo se movió nuevamente y letra por letra respondió con dos nombres, Caroline y Sarah, estas se sobresaltaron y de inmediato salieron de la casa.
-¿Sucederá algo trágico con alguno de nosotros próximamente?- Preguntó Lucy, me estremecí al escuchar su recurrente pregunta y di un largo suspiro de terror, pero con la esperanza de que dicho ente con el cual nos comunicábamos no deletreara mi nombre, el oráculo no deletreo nada, solo se limitó a moverse hasta la parte superior de la tabla donde marcaba la respuesta «Sí», me sentía aliviada por eso, pero no del todo, él había marcado sí, solo que no había dicho para quién sería el sí.
-¿Podrías decirnos a quién?- Preguntó Alex, el oráculo aún no se movía y eso era algo bueno, pero para cuando lo hizo no pude estar preparada para lo que sucedió. Se movió violentamente por la tabla deletreando rápidamente Rouse, mis ojos se abrieron como platos y salí rápidamente del círculo, el oráculo volvió a moverse por sí solo de nuevo, tardo un poco al deletrear una frase tan larga pero en cuanto termino de hacerlo quería haberme desmayado. Había formado la frase
«Sí supieras todo lo que te espera querida Rouse»
Los pocos presentes que se encontraban se espantaron al igual que yo. Alex no pudo soportarlo y dio por terminado el juego, cuando quiso tomar la tabla para guardarla e irnos de aquí algo empujó a Alex haciéndole caer al suelo, inmediatamente intentamos ayudarlo a levantarse pero... no podíamos, intentamos e intentamos pero simplemente no era posible. La tabla cayó al suelo junto con su oráculo y deletreo algo realmente perturbador
«Por fin te encontré querida, y ya no te volveré a perder jamás... Rouse»
Caí al suelo luego de haber leído eso, la cortada en mi brazo comenzó a arder como el infierno, jadee un poco y a los pocos segundos seso, tentativamente mire mi brazo y ahora no era una herida, era una simple cicatriz seca con el mismo dolor de antes.
Hola queridos (as) eh aquí el capitulo de la semana, espero les guste, voten y comenten me ayuda mucho. hasta el próximo jueves (o viernes) Bye!
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You, My Best Memory
FanfictionA veces no sabemos diferenciar entre sueños o pesadillas, no creo en las pesadillas, más bien creo que son nuestros recuerdos, o quizá alguna pista de nuestro destino, ¿Acaso soñar algún recuerdo podría ser una pista de nuestro futuro? ¿Podría soñar...