Cap. 13

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—Abre... —pidió Taeyong con voz tranquila —Me enteré de lo que ocurrió.

El castaño vió la puerta siendo abierta ligeramente, así que terminó la acción y abrió por completo para poder adentrarse en el lugar.

Mark estaba allí, a solas y sentado en el borde de la tina blanca con brazos cruzados. Lucía pálido aún y cubría su cuerpo con su chaqueta verde a medio poner sobre su espalda; sus ojos estaban irritados y cansados.

—¿Estás bien? —preguntó el castaño, examinándolo de arriba a abajo.

—¿Por qué no lo estaría? —se apresuró a responder el rubio y limpió su rostro húmedo de mala gana.

—Mark, supe lo que ocurrió... Los chicos me dijeron —Taeyong dijo, acercándose un poco al otro —¿En qué estabas pensado? Pudiste haberte caído...

—¿Sabes qué es muy chistoso, Taeyong? —Mark encaró al coreano y se puso de pie; su voz sonaba completamente distinta y era casi imposible descifrar lo que escondía tras sus palabras —Hoy estuve a punto de morir, y tú no estabas por ningún lado... ¿Ahora vienes aquí con un aire de solidaridad y preocupación?

—Lo lamento —aclaró el castaño —¿Acaso cuando me dijiste que me alejara, pretendías que regresara al próximo día como siempre lo hacía y me disculpara yo, sin siquiera tener la culpa de nada? 

Mark rió con desdejo.

—Mira todo lo que provocaste, sólo por la tontería que sucedió aquel día en la cafetería...

—¡¿Yo lo hice?! —Taeyong soltó una carcajada irónica, indignado —Mark, esperé toda la semana a recibir una disculpa de tu parte y nunca llegó. ¿Por qué los demás debemos disculparnos contigo y soportarte de la manera que eres, cuando tú no eres lo suficientemente humano como para pedir una mínima disculpa?

—¿Qué tan bueno te crees tú? ¿Juegas
a mantener un perfil bajo simplemente para que no te noten, pero te aprovechas de la fama de uno de los mejores jugadores para poder salir de la miseria? —recriminó el rubio, saliendo del cuarto de baño hasta el living y siendo seguido por el otro —No actúes como un niñito inocente, Taeyong, cuando sabes muy bien con qué intención volviste a jugar...

—¿Realmente te piensas que lo hice porque quería afectarte?

—¿Por qué más entonces? Es eso o eres un hipócrita, considerando que siempre alegaste estar desinteresado por la final.

—Mark, realmente no sé cuándo sucedió todo esto... —Taeyong balbuceó, caminando tras él —No tenía en mente clasificar, fue por eso que no jugué ese tiempo, pero luego volvieron a retarme y yo... Necesitaba el dinero... Lo sabes.

—Tú mismo dijiste que nos enfrentaríamos en la final —recalcó Mark —Tú sentenciaste una guerra entre ambos. No prentendas actuar como la víctima y decir que, maravillosamente y sin hacer nada al respecto, llegaste al tercer lugar.

Taeyong resopló.

—Vine con la intención de poner fin a esto, pero tú continuarás... —dijo, bastante cansado —Ya entiendo que todas las tonterías que has dicho y hecho hasta ahora, eran verdad y no una consecuencia de tu obsesión absurda por Nerve.

Mark soltó una fuerte carcajada, aplaudiendo sutilmente.

—¡Excelente! —exclamó —Ahora es cuando yo quedó como el villano... El peor amigo que destruyó tu vida, y tú te vas con todos a tu favor, quedando como el héroe a quien todos aman, ¿no es así?

Taeyong bufó harto ya y sus puños se contrayeron.

Como ambos habían acabado en medio de la sala de estar, los presentes se quejaron y exclamaron ante la disputa, completamente anonadados y sorprendidos ante tal espectáculo.

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