Entrada 4

28 2 1
                                    

Sujeto de transcripción de memoria: Gobernadora Tarva, de la República Venlil

Fecha [hora humana estandarizada]: 12 de Julio del 2136

Si yo podía creer en los datos de los sensores, los buques de guerra de la Federación estaban abalanzándose hacia Venlil Prime a una velocidad vertiginosa. Sus llamadas parecían urgentes, incluso frenéticas; estaban reenviando la solicitud de comunicación cada pocos segundos. Nunca había visto una respuesta tan insistente, pero tenía sentido.

Venlil Prime gozaba de una ubicación estratégica enclavada en el brazo exterior de la galaxia. Estaba a una distancia considerable del espacio arxur, por lo que les resultaba difícil ejecutar un asalto sorpresa. Sin mencionar que era una ruta de suministro clave para nuestras tropas y un punto de partida para las patrullas perimetrales. Perder tal puesto de avanzada sería un gran golpe para la Federación.

Cuando aceptamos la llamada, me sorprendió reconocer un rostro en la pantalla. Era el Capitán Sovlin, de la poderosa Unión Gojidi, galácticamente famoso por liderar una valiente carga que rompió el asedio de los arxur en su mundo natal. En cualquier escenario, la Federación sólo enviaría a los activos disponibles más cercanos, pero esta vez habían conseguido a alguien más que competente.

—Gobernadora Tarva —Saludó Sovlin, con un alivio evidente en su rostro por darse cuenta de que estábamos vivos—. Estamos aquí para ayudarles. ¿Cuál es el motivo de su angustia?

Los humanos estaban parados a los costados de la sala, fuera de la vista de la cámara. Vi a Sara anotando algo en su libreta; sospeché que estaba dibujando al nuevo alienígena que tenía delante. Una punzada de culpa me apuñaló el pecho cuando me di cuenta de que mis instintos todavía estaban en pleno apogeo. Verlos por el rabillo del ojo me ponía la piel erizada. La forma en que los dos estiraban la cabeza para mirar la pantalla... me repugnaba.

—Veo que la Federación envió a uno de sus mejores —le dije al capitán—. La República Venlil expresa nuestro más sincero agradecimiento por su respuesta. Desafortunadamente, han venido hasta aquí sin ningún motivo.

—Por ley galáctica, esa señal sólo debe usarse para un evento de nivel de extinción. Nos debes una explicación; una buena —gruñó el gojid—. ¿Resolviste el... problema por tu cuenta?

—No hubo ningún problema.

Sovlin parpadeó varias veces.

—¿Disculpa?

—Fue una falsa alarma. Nuestros sensores no funcionan correctamente debido a una actualización de software.

—¿Qué creyeron haber visto?

—Pensamos que era una nave depre... um, una nave arxur que saltó al rango orbital.

—¿Y descubriste que eso era falso porque...?

—No hay nada visualmente arriba, capitán. Nuestros sensores de respaldo tampoco detectaron nada. Sin mencionar que todavía seguimos vivos.

El gojid me miró con los ojos entrecerrados y me di cuenta de que no se estaba creyendo mi historia. Los fallos de funcionamiento de los sensores se hacían evidentes muy rápidamente debido a la falta de pruebas que los corroboren. Él sabía que deberíamos haber rechazado los datos defectuosos mucho más rápido que en unas pocas horas. El brillo agudo en sus ojos me dijo que tenía la intención de descubrir la verdad.

—Kam, estás terriblemente callado —señaló el oficial de la Federación—. ¿Tienes algo que añadir?

—No tengo ganas de hablar —mi asesor militar respondió, luego hizo una pausa; su mirada no estaba enfocada en la pantalla, así que supuse que estaba estudiando a los humanos a los bordes en su periferia—. De todos modos, no hay nada que agregar. Tarva lo dijo todo.

La Naturaleza de los DepredadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora