Capítulo 2

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—Mi sultana, permíteme ir a ver como está la señorita Hürrem. —Dice Mahidevran.—

—Yo también estoy preocupada, ve y averigua que sucede. —Dice la sultana madre.—

La sultana Mahidevran se levanta y se reverencia antes de dirigirse y salir por la puerta.

—Señor, tenerlo en mi hogar es el mejor regalo. Allah me otorgó ese deseo al fin. —Dice Ibrahim.—

—Me alegro estar en tu hogar esta noche, Ibrahim. —Comenta el Sultán.— Pero me parece que a mi madre no le gusta mucho, Ibrahim paşa.

—Mi señora, por favor discúlpeme cualquier deficiencia. —Dijo Ibrahim.—

—De que estás hablando. Hiciste todo bien. Que Allah te otorgue felicidad, siempre rezo por tu felicidad y rezo para poder vivir para poder ver a los hijos que vedrán. —Dice la sultana madre.—

Después de unos minutos la sultana Hatice junto a la sultana Mahidevran entran.

—¿Cómo está Hürrem, Hatice? —Pregunta el Sultán.—

—No se preocupe, mi señor. Está bien. Enseguida regresa. —Dice Hatice.—

Hümaşah pudo ver como la puerta se abrió y de ella podía verse la sultana Hürrem viendo al pintor. Lugo de unos segundos esboza un sonrisa y se encamina hasta la mesa.

—Hürrem, ¿cómo estás? —Le pregunta el Sultán.—

—Estoy bien, Sultán. —Dice tranquila.—

—Gracias a Allah. Ahora come. —Le dice feliz el Sultán.—

—Que Leo vaya mañana a mi palacio. —Le indica el Sultán a Ibrahim.—

—¿Para su retrato, mi señor? —Pregunta Ibrahim.—

—Sí Ibrahim. Quiero que pinte un retrato de Hürrem y yo. —Dice.— Leo, el pintor, hará un bello cuadro para nosotros.

—Es un gran honor dibujarlo. —Dice el pintor a duras penas.—

—Ahora ya te puedes ir. —Le ordenó el Sultán.—

El pintor se fue retrocediendo, pero sin quitar la mirada de la sultana Hürrem y viceversa, esa acción no pasó desapercibida para Hümaşah que lo miraba todo en silencio.

• • •

La sultana Hümaşah se encontraba saliendo de sus clases de violín, pasaba por el harem cuando eschucho que la sultana Hürrem iba a ser retratada junto al Sultán.

—"¡Cómo pude olvidarme!" —Pensó Hümaşah alarmada.—

La sultana Hümaşah desde el día que fue al palacio de la sultana Hatice, se interesó en el tema de la sultana Hürrem y Leo.

—Quiero ir a los jardines. —Dijo a su criada, Melek.—

—El Sultán esta junto a la sultana Hürrem, mi sultana. —Le dijo la criada.—

—¿Que más da?, quiero ir a los jardines. Y tu no me lo puedes prohibir. —Le dijo de manera directa Hümaşah.—

—C-claro, mi sultana. —Dijo sorprendida Melek.—  Malakşima, ve a prepara una carpa para la sultana. —Le ordenó a su otra compañera.—

—¡No!, no hace falta. Solo quiero pasearme unos minutos. —Dijo Hümaşah.— Traigan a la criada Rosetta. —Ordenó.—

—¿La rusa? —Preguntó dudosa Malakşima.—

—Sí. Rosetta la rusa. Quien más va a ser. —Dijo Hümaşah.—

• • •

La sultana Hümaşah quedó confundida por lo que le dijo la criada Rosetta.

—Pero, ¿sabereél qué? —Preguntó perpleja la sultana caminando por sus aposentos.—

Hace unas horas mando a llamar la criada Rosetta y le asignó la orden de espiar de cerca a la sultana Hürrem. Pero para su suerte no solo vió sino también escuchó la conversación corta que tuvieron.

Donde la sultana Hürrem le decía a el pintor que la deje de mirar y que pensaba que había muerto.

Esa conversación le había confirmado 100% que se conocían, solo le falta saber que es el pintor de la sultana Hürrem.

Decidió asignar a Rosatta como una de sus criadas, por que le serviría aprender un poco de ruso. Decidió cambiarle de nombre así que le puso Amine.

La sultana Hümaşah se encontraba escuchando las nuevas noticias del palacio.

En donde la sultana Mahidevran pensaba alojarse en los aposentos de la sultana Hatice, pero la sultana Hürrem se apresuró y se los pidió al Sultán y él se los permitió.

—Si sigues trayéndome noticias como estas tendrás recompensas mayores,Melek. —Dijo Hümaşah riéndose.

—Mi sultana, le traigo noticias. —Dice Amine entrando a los aposentos de Hümaşah.—

—Espero que sean buenas noticias, Amine. —Dice Hümaşah haciendo muecas.—

—Son buenas mi sultana. —Dice Amine mirando de reojo Melek.—

—Melek hatun, ve a prepararme los baños. —Le ordena Hümaşah.—

Melek se levantó del suelo y realizó una reverencia ante la sultana, y se fue.

—Sultana, he visto a la sultana Hürrem hablar con el pintor Leo en el jardín. Estaban hablando sobre encontrarse en el palacio de Ibrahim paşa. —Dice la hatun en cuanto ve a Melek desaparecer.—

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Hümaşah Sultan -El Sultán Suleiman-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora