Criminal Minds²

XXXIV

Los agentes miraban la pantalla confusos, en ella estaban proyectados los datos personales de Yosuke Haru, junto a la carta de recomendación de otra institución que, definitivamente, había ayudado a su contratación en aquella residencia privada.

- No hemos logrado encontrar ninguna queja, ni agresión hacia trabajadores o pacientes, ni sospechas, solo cumplidos.

- Pero aún así puede ser el culpable, ¿No?

Los hackers miraron con interés a los investigadores, en busca de una respuesta a la cuestión que acababa de plantear Shirabu, pero solo se toparon con un muro de serios rostros. Oikawa - que había logrado incorporarse antes de tiempo a la investigación gracias a los ojitos de cachorro que le había dedicado a Iwaizumi - miró a su amigo en busca de alguna perspectiva sobre el caso, pero se encontraba igual de perplejo que el resto.

- ¿Deberíamos infiltrar a alguien como trabajador?

- Podríamos, pero ninguno aquí tiene los conocimientos necesarios para hacerse pasar por enfermero. Incluso las personas que tienen un puesto en la entrada lo son.

- ¿Y si alguien se postulara a conserje? Pasaría más desapercibido.

- Me parece bien, más tarde iré a pedir permiso y podremos organizar nuestro plan de infiltración. Atsumu, ¿En qué piensas?

- No quería decir nada ahora que tenemos una pista, pero...

- No te parece que Yosuke sea el culpable.

- Así es.

- ¿Por qué piensas eso? Ya hemos tenido asesinos en el pasado que no tenían nada destacable en sus perfiles.

- Lo sé, pero tengo un presentimiento...

Daichi miró a su subordinado, normalmente tenía bien en cuenta sus teorías pero no podían darse el privilegio de hacerle caso a un presentimiento sin fundamento. Exhaló un suspiro y les indicó al resto de agentes que esperaran aquí mientras él iba a pedir los permisos necesarios para la infiltración, cuando sintió un suave toque en su hombro, seguido por aquel perfume que ya había empezado a teñir sus almohadas.

- ¿No deberías descansar un poco?

- Soy el jefe, si no estoy temo que cunda el caos.

Una suave risa resonó contra las paredes del austero pasillo. También le gustaba mucho aquella risa.

- Son mayorcitos y buenos trabajadores. Además, seguro que Sakusa los mantendrá a raya.

- Tienes razón.

En el rostro de Daichi apareció una sonrisa socarrona al tiempo que anclaba uno de sus brazos en la cintura de Sugawara, lo que hizo que este último tiñera su rostro de un fuerte sonrojo. El hombre de pelo claro miró frenético a sus alrededores, verificando que nadie se encontrara rondando por el lugar, para luego dedicarle un puchero a su pareja.

En la sala de reuniones, un frustrado Hinata se encontraba leyendo por cuarta vez las informaciones que habían recopilado del caso hasta el momento. Realmente deseaba ser de ayuda para sus compañeros, pero bien sabía que no tenía las capacidades deductoras de sus superiores.

Una vez más, se había topado con el perfil de ese tal Yosuke Haru. Había prestado atención a todo dato que aparecía en su perfil en caso de que por algún milagro (o desdicha), a sus compañeros se les hubiera pasado algo. Estaba tan enfocado en su tarea que no notó como su compañero se sentaba a su lado, un poco demasiado cerca para los que se consideraban solo un par de amigos.

- Si lees durante mucho tiempo vas a acabar mareándote.

- Me da igual.

- Boke... ¿Qué esperas encontrar leyendo tanto? Nosotros lo único que tenemos que hacer es esperar a que nos llamen cuando tengamos al asesino.