Doble cara

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Capitulo 9

Eddie


Hace un rato que Vivían entro a la habitación. ¿Debería empezar a preocuparme?
El chico rubio está tan calmado, claro, el no sabe nada de Vivian y el trato que le daban sus padres, pero yo si y ya me empezaba a preocupar.

—¿Te ofrezco algo de tomar?—me pregunta el rubio cuyo nombre no se y ni me interesa.

—No, gracias.

Me levanto y me dirijo a la habitación con la intención de sacar a Vivian de ahí.

—¿Que haces?—pregunta el.

—Voy a sacarla de ahí, ¿No es obvio?

—No creo que necesite que la salven.

Enarco una ceja, claramente me está desafiando.

—Conozco a la rojita más que tú, y se por todo lo que sus padres le hicieron pasar. Hazme un favor y no te metas—escupo con furia.

El chico se queda callado por unos momentos, al parecer pensando es sus próximas palabras.

—¿Tu perteneces a una banda, no es así?—vuelve a cuestionar—. Una muy famosa, te he visto a ti y a tus integrantes en el bar.

—¿Y hasta ahora lo estás notando?

—Pues no soy muy fan del metal o de rock como para saber exactamente quien eres, solo he escuchado rumores.

¿No sabe quien soy?
Debería de estar orgulloso que una estrella del rock está pisando su alfombra barata. O si quiera que está manteniendo una incómoda conversación con el.

Ridículo.

—Que tal si me cuentas más sobre tu y Vivian, ¿Te parece?

—¿Que quieres saber?

—¿De dónde se conocen y que relación mantenían?

Me quedo analizando unos momentos. Algo no me daba buena espina de el.

—Fuimos a la preparatoria juntos y tuvimos una relación... es todo—digo, al final de cuentas.

Puedo ver qué me mira confundido, como si no lo creyera.

—¿De verdad?—suelta una risita—. No creo que alguien como ella tuviera una relación con alguien como tú.

—¿Cómo yo?

—No me lo tomes a mal—se apresura a decir—, digo... ustedes no tienen nada en común.

Si, el lo hacía a propósito. Podía ver cómo aventaba la pedrada y escondía la mano. Era increíble la forma en que esconde su doble cara. Pero me ha echo enfadar y lo ha notado. Puedo ver en sus ojos que ha logrado su objetivo.

—Para tu información, no sé necesita tener cosas en común con una persona para amarla. Tu idea del amor es una mierda—esta vez ataco yo, con la diferencia que no escondo la mano al tener mi turno de aventar la piedra para defenderme.

—Entonces tu debes saber mucho sobre el amor—replica.

—No, pero más que tú, si,

El rubio hace el afán de hablar pero no lo hace, ya que Vivian ha salido con sus padres de la habitación. Su madre se está limpiando las lágrimas en los ojos, mientras que el hombre pelirrojo le soba la espalda para reconfortarla.

No creo que haya salido muy bien la conversación.

—He pedido comida a domicilio, no tarda en llegar por si gustan quedarse a cenar—dice el rubio.

Una imperfecta verdad #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora