Tuelve.

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Rubius había invitado a Quackity a pasar el rato en los prados verdes de las afueras de su reino.

Los últimos días se habían vuelto muy cercanos, podría decirse que hasta mejores amigos, ahora se encontraban contando anécdotas divertidas.

—Entonces quiso robarme los peces de mi gente y me transformé y le mordí el trasero, no volvió a aparecer.

Quackity soltó una carcajada sonora ante la anécdota del oso, creía que estaba lleno de seriedad, pero desde el día que apareció desnudo frente a él, sabría que sería lo contrario.

—Al menos protegiste lo que era tuyo por los tuyos, es algo chingón de admirar.

Rubius iba a mencionar algo más, pero un ruido los alertó.

Al asomarse sobre unos arbustos, se encontraron a Vegetta rodeado de sus guardias, leyendo uno de sus libros.

—Ese hombre no sale a que le dé el sol, seguramente está tomando un descanso después de haber recorrido una mitad de los reinos, maldito gilipollas...

Quackity miró sorprendido al oso por sus palabras.

—¿Te cae mal el principe Vegetta?

El Rubio lo miró con indignación, está seguro que a Quackity le falta mucho por aprender.

—¿Príncipe? No, pato, él ya es un rey.

El azabache juraba que la boca se le caía al suelo de la impresión.

¿Vegetta? ¿Un rey?

—Cuando uno de nosotros se convierte en rey, puede tener influenza sobre nosotros. Vegetta a demás de ser rey del universo, mantiene a los demás reinos al margen, yo lo llamaba “don perfecto”.

—¿Eras amigo suyo?

Rubius se encogió de hombros ante la pregunta del azabache, solo se limitó a negar.

—Teníamos una relación a escondidas, el tenía muchas responsabilidades y casi no había tiempo para vernos, así que cada cierto tiempo nos escapábamos por la noche...

Parecía ayer cuando recorrían el bosque entre risas, Rubius corría más rápido al final Vegetta lo encontraba, haciéndolo sonreír.

—...Pero el día después que fue coronado rey me dejó. Nuestro romance no salió a la Luz porque él se encargó de silenciar a la gente y no lo volví a ver, solo en las coronaciones nos damos ciertas miradas melancólicas.

El oso suspiró con melancolía, viendo como Vegetta se levantaba de su lugar dispuesto a irse con los guardias tras él.

A Quackity le llegaron las palabras de Luzu a la mente.

—Ya veo, Luzu me comentó que era amigo suyo y paso lo mismo, se distanció de él.

Rubius alzó la mirada y entrecerró los ojos.

—¿Hablas con él? ¿No te lastimó en el intento?

Quackity alzó una ceja ante sus palabras.

—No, ha sido amable conmigo en las últimas veces que me lo encontré.

Rubius se sentó en el pasto nuevamente, apoyando los brazos sobre el suelo.

—¿Quieres que sea sincero contigo, Quacks? Luzu no me agrada desde...

—Si, desde que uno de sus pueblerinos quemó tu bosque, él me lo dijo...

—Así es, su reino es una amenaza para los nuestros, Ni si quiera sabe mantener un orden, por eso Auron hace lo que quiere con él.

A Quackity le llamó la atención lo mencionado, ¿Qué tenía que ver el ex de Luzu aquí?

—¿A qué te refieres?

—Auron siempre alardea que sigue teniendo encuentros con Luzu, ¿Que esperabas de un príncipe que ni respeto se tiene?

Esas palabras hicieron hicieron que Quackity hiciera una mueca, no le gustó que Rubius se refiera así de su amigo, se levantó.

—Escucha, yo sé que Luzu está haciendo un buen trabajo como príncipe, aunque su poder sea peligroso, sigue siendo humano como tú y como yo, él también siente dolor, no es bonito que te expreses tan culero de alguien.

Escucharon unos pasos por detrás, y se encontraron con un peliblanco quien parecía no ver, pues sus ojos se encontraban cerrados pero mantenía su paso recto.

—Rubius, ¿Qué quedamos sobre esparcir chismes, tío?

El oso solo rodó los ojos al reconocer a Willy y solo se limitó a bufar, cruzándose de brazos.

—Que no debemos decir nada sobre ellos sin fuentes confiables.

—Y menos al nuevo que está empezando a relacionarse con nosotros. Quackity, ¿No? Yo soy Willy, es un gusto conocerte.

...

Por otro lado, Luzu se encontraba cabizbajo. Su cuerpo temblaba, no tenía más que una sábana cubriéndolo mientras Auron se encontraba de pie, acomodándose su camisa pues debía irse lo más pronto posible.

—No creas que porque van a asignarte una pareja vas a librarte de mí fácilmente.

Dijo Auron, mirando de reojo al castaño, quien no se atrevía a mirarlo a la cara.

—Nos vemos, Luzu, mi niño.

Y besó su mejilla, yendo directo a la puerta pues Luzu tomó una almohada y la aventó a su dirección una vez salió de la habitación.

Odiaba no poder pararlo cuando comenzaba a insinuársele, odiaba no poder pararlo cuando ya se encontraba entre sus piernas.

Pero más se odiaba a sí mismo por permitirlo y no poder hacer nada al respecto.

Pero, lo merece, cree que merece ser tratado así, como un juguete que solo sirve para satisfacción.

Mañana sería publicada una noticia, su comppromiso con Reborn, el príncipe del reino Espora.

Era un chico dulce y algo tímido, lograron llevarse bien y sabe que Reborn está enamorado de él, pero no corresponde a sus sentimientos de igual manera.

Esta seguro que nuevamente será señalado.

Solo esperaba que Quackity no lo mirara mal después de todo.

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Actualizando nuevamente, espero que les guste, está medio cursado.

Los tqm, Alu. :]

El Príncipe De Fuego Y El Príncipe De Hielo. [Luckity M-Preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora