Enormita

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El sol brillaría como siempre, Utena se despediría de Sayo y Magenta antes de entrar a su casa sin esperar la fúnebre vibra que le esperaría. En la mesa se encontraría sentada su madre con varias boletas —¡Utena Hiiragi! ¡Puedes explicarme por qué  estas notas son tan bajas? — Utena quedaría en shock, quedando mirando a aquellas calificaciones — "He dedicado tanto tiempo peleando como chica mágica que olvidé estudiar... "—. Pensaría Utena mirando a las notas con aquella mirada triste —L-lo lamento, me esforzaré más —. Expresaría en un tono sincero, a lo que su madre respondería — Más te vale. O si no...  —. En un tono estricto, la madre miraría a Utena con severidad en su mirada, traduciéndose también en su tono — ... O si no tiraré tu colección de chicas mágicas —. Esto se sintió como un golpe fulminante hacia Utena quien no reaccionó del todo más que abriendo más sus ojos, hubo silencio por un par de segundos mientras Utena reaccionaba a aquella noticia — ¡Por favor no! ¡Hace nada me pude permitir esas figuras edición limitada! ¡Me esforzaré pero no las tiras! —. En un tono de súplica, imploraría a su madre, sollozando antes de subir a su habitación, pronto tocarían el timbre cuando la madre se encontraba a punto de salir — Oh. Sayo, Haruka, un gusto verlas por aquí —. Hablaría en un tono gentil, cálido mientras las recibía — Sabemos que el desempeño de Utena ha bajado un poco, así que vinimos a ayudar —. Hablaría Haruka en su tono enérgico de siempre, seguido de el tono calmado de Sayo — Así es, creo que hemos ocupado más tiempo del que deberíamos y venimos a contribuir a rescatar el estudio perdido —. Ante las palabras, la madre de Utena les despediría y daría la bienvenida a su casa una vez más.
Las tres se encontrarían en la habitación de Utena, quien soltaría un grito de frustración — ¡Pero de qué me sirve todo esto! Reflexión, refracción, fricción... ¡No sirve de nada! —. Rendida contra el suelo, Sayo y Haruka le consolarían — Solo es un examen... Luego podemos salir a patrullar si quieres —. Como si algo hiciera "click" en la mente de Utena, esta tomaría su dispositivo de transformación y lo contemplaría  — ¿Y si me convierto en chica mágica a tiempo completo...? No tendría exámenes que hacer... —. Su tono parecía obsesivo, determinado a realmente cometer lo que decía, sin embargo, antes que pudiera hacer otra cosa, aquel corazón sería arrebatado por Sayo en un ágil movimiento — Y tampoco tendrías colección de chicas mágicas... ¿Has pensado en lo que diría tu madre si un día desapareces y ya? Debes ser más sensata —. Utena cambió su expresión a una más decaída, sin embargo, el triste momento fue cortado por el celular de Haruka sonando, una alarma programada para esa hora con el título "Niñas del parque" — ¡Oh! ¡Lo había olvidado! Chicas, lo lamento, tengo que cuidar y jugar con las chicas en el parque.. Sayo, te encargo a Utena —. Esto último dicho en un tono casi maternal, Utena se quedaría junto con Sayo, ambas solas en la habitación de la primera.

Mientras tanto, en otro lugar:

Una luna creciente se cernía sobre aquella fortaleza de estructura cúbica, algunos truenos retumbaban en el lúgubre cielo del lugar, una voz algo aguda hablaría — Ha habido un cambio de planes. Parece que alguien se adelantó a lo establecido —. Una voz madura mencionaría ante aquel inconveniente — Venalita... Hemos retrasado nuestros planes por tus maquinaciones ¿Y ahora sales con esto? — una figura igual a Vatz se revelaría, poseyendo estrellas doradas donde vatz tenía corazones y cambiando el blanco por un negro profundo — Nada es perfecto, Lord Enorme... Tu deberías saberlo bien. Sin mencionar que no es más que un inconveniente, aún puede sernos útil —. Mencionaría la mascota mientras apreciaban algunos videos de Magia Purpura haciendo su trabajo como chica mágica. — Dices que se llama... ¿Magia Purpura? No parece mejor que las otras que hemos cazado—. Mencionó la pelinegra mientras tiraba un par de aquellos objetos de transformación, un corazón color marrón y uno color gris, ambos mostrando grietas a lo largo de ellos — ¿En serio son las únicas que quedan? Supongo que nuestros planes pueden ser adelantados —. Agregó pisando aquellos corazones mientras se apartaba de la pantalla, dando el frente a aquella legión de villanas — Loco Musica, Leberblume, Sister Giant... Preparen todo. Conquistaremos el mundo hoy mismo —. Aquella mascota interrumpiría a la mujer — Lord Enorme... De hecho hay una nueva adición que me gustaría presentar, aun si es una adición menor, puede tener un peso significativo —. Haciéndose a un lado, revelaría a aquella chica de chaqueta militar — Ella es Leopard. La única adición que puedo presentar antes de su ataque —. Ante esto, la chica de cabello castaño y rayos celestes en su cabello, vistiendo un traje de Idol que dejaba su sostén a la vista — ¿Eh? Ella tiene como... cero estrellas... ¿Qué tan fiable es? — La chica de corto cabello azulado, vistiendo una capucha celeste mencionaría en conjunto — Déjala, Loco. Al menos servirá como carne de cañón —. La imponente presencia cesaría el conflicto con un firme azote de su látigo — ¡Suficiente! Si la aceptaremos en nuestras filas... Deberá pasar una prieba. ¡Sister Giant! ¿Por qué no le das la bienvenida a la nueva? —. Una mujer de grandes pechos en vestimenta de monja no tardaría en saltar del lado del trono de Lord — ¿Uh? ¿Enserio crees que ella será...? —. Con una sonrisa confianzuda hablaría, pero sería interrumpida y su sonrisa borrada de su rostro al ver como una gigante versión de la monja quebraba el piso al aterrizar — Adelante —. Mencionaría Lord Enorme mientras tomaba asiento en su trono — Es tan triste...  Morirás aquí y ahora... No puedo contener mis lágrimas... —. En un tono que reflejaba el pesar de quien posaba cual coloso contra la pequeña artillera — Tsk... No moriré aquí, ¿Oíste Madre Sota, o como te llames? —. Sacando aquella imitación de una Remington Modelo 95 con una estrella, disparando varias veces e invocando su arsenal contra la monja gigante, quien cruzaría sus brazos buscando defender su rostro — Esto no me hace nada... Qué patético... —. Avanzando lentamente, siendo mínimamente ralentizada por los constantes disparos, daría un puntapié a Leopard, quien saldría disparada contra una de las paredes, no teniendo tiempo de recuperar la consciencia antes de recibir un puñetazo que no solo quebraría la pared sino que lanzaría a la recluta fuera del edificio — Buuu... Que tristeza... Apenas pude golpearla... —. Mencionaría mientras miraba los escombros en el piso, mismos que habrían enterrado el cuerpo de Leopard — Oye, Leopard...  —. La voz de Venalita hablaría, casi intentando revisar su bienestar, pero sería interrumpida por un destello seguido de una explosión — ¡¡Oye perra!! —. La voz de Leopard se manifestaría en un tono más salvaje, su cabello suelto por los impactos y sus guantes abriendo su chaqueta y revelando aquel par de pechos, aunque más importante, revelaría un trio de estrellas sobre de estos, mismas que liberarían una espesa humareda negra que envolvería a la chica de cabellera rubia ceniza, mostrándose una nueva apariencia de la misma, con grandes patas felinas como brazos y piernas, con afiladas garras en extremidades superiores e inferiores — ¡¡Esto acaba cuando yo lo diga!! —. Con ferocidad en su voz, se abalanzaría contra la monja, tirando bombas de aquel humo espeso que explotarían por toda la base Natch, hiriendo a la coloso — Ugh... ¿De donde...? —. La risa de Leopard se haría presente conforme avanzaba en aquel bombardeo — Un consejo, Madre Sota o como te llames... ¡¡No digas que matarás a alguien si no piensas hacerlo!! —. Aprovechando que la gigante estaba aún en pose defensiva, aprovecharía un acercamiento más salvaje y feroz, rasgando los brazos de la pelirrosada — ¡Para! —. Usando su mano daría un revés a la chica de aspecto feral, mandándola a volar, sin embargo, esta no solo lograría desacelerar sino que también frenaría y miraría con ira a la mujer, no, le miraría con una evidente sed de sangre — ¡¡Yo voy a matar a esas perras!! ¿¡Te queda claro!? —. Acelerando, parecía sufrir, juntando sus garras delanteras y lanzando un potente ataque que fallaría por poco — Parece que te cansaste... ¿No te queda poder mágico? Es tan triste... Todo para nada... Ni siquiera lo lam... — Un crack fue audible, una sonrisa burlona se mostraría en Leopard mientras la gigante daba un paso en dirección a la chica para rematarla — ¿Eh? —. De la garra de Leopard, una pequeña bomba caería a sus pies, explotando y haciendo colapsar el suelo de aquella fortaleza, colapsando y haciendo caer a Sister Giant — ¿Pero qué...? ¡Tu...! —. Con incredulidad, la monja hablaría mientras forzosamente recibía a Leopard sobre sus grandes pechos — ¿Y bien...? ¿A donde se fue esa fachada triste? —. Apuntaría con su dedo, asemejando un arma — Voy a dejarte que te disculpes, convénceme y no te mataré —. Con un tono arrogante y mostrando su colmillo agregaría — ¡Cinco... CUATRO! —. La monja apenas se inmutaría, mirando a Lord Enorme esperando que cesara todo — ¿Crees que caeré en este blufeo? Déjate de tonterías... —. Pese a sus palabras, su voz mostraba cierto nerviosismo — ¡¡Tres... DOS!! —. Cuándo la rubia ceniza bajó la cuenta, cinco misiles listos para disparar se harían presentes, todos apuntando al gigante objetivo — Vamos... Déjate de bromas... No lo harías... —. Los nervios se harían más presentes al igual que las llamas que se preparaban para detonar en el rostro de Sister —¡¡UNO!! ¿Recuerdas lo que dije...? No digas que acabarás con alguien si no estás dispuesta... Cero... —. Con frialdad en su tono, los cinco misiles serían disparados, siendo detenidos por cinco criaturas hechas de un slime negro las cuales absorberían las explosiones, prácticamente anulándolas — He visto suficiente... Parece que tienes potencial, Leopard — La voz de Lord Enorme sería quien detendría el combate, poco después, Sister se encogería y tomaría un portal lejos de ahí y casi inmediatamente, Leopard se colocaría a 4, vomitando sangre y mostrando el problema principal de esa transformación, un desgaste severo en su cuerpo — Tienes problemas controlando ese poder... Bastante destructivo, me gusta. No dudo que serás una gran adición a Enormita una vez controles ese explosivo poder... Tendremos que postponer nuestros planes mientras tu cuerpo se acostumbra a esa forma—.  Finalizaría mientras posaba imponente en su trono, posando su mirada en la nueva integrante.

Volviendo con Utena...

— ¿Lo vez? No es tan complicado cuando prestas atención —. Sayo finalizaría su explicación, en la habitación habría un plato, un hielo, varias hojas de papel y lápices de colores diferentes así como plumones  que habrían dejado varias marcas en las hojas, algunas sin sentido aparente — Y eso sería todo, creo... —. Sayo finalizaría su explicación ante una Utena fascinada con ánimo en sus ojos — ¡Muchas gracias Sayo! ¡Pude entenderlo todo! —. Utena tomaría su tarea y la miraría con ánimos, una mirada que reflejaba tanto su gratitud como la ilusión de conservar aquella colección que había costado varias mesadas — Mi colección está... —. Utena intentaría ir cual niña a saludar nuevamente a su colección, mas uno de los tantos lápices le haría tropezar y caer sobre Sayo, coronando la escena, entraría la madre de Utena, mirando a su hija sobre aquella recién conocida — Oh... Utena... ¿No se suponía que...? —. La madre parecía impactada pues su hija posaba sobre la chica de cabellera azul cerceta y un desastre en la habitación —¡M-Mamá! ¡No es lo que parece! —. Sayo respondería intentando apartarse algo avergonzada — ¡Le aseguro que no es nada de eso... Señora Hiiragi—. La mujer, son hacer mucho caso, se retiraría lentamente y agregaría — Si ese era el caso, me hubieras avisado para tomarme las compras con calma —. Al mismo tiempo, ambas adolescentes gritarían —¡¡M-Mamá!! —. Por parte de Utena, mientras que por parte de Sayo se oiría —¡¡Señora Hiiragi!!—.
Los exámenes de recuperación habrían pasado, Sayo y Haruka esperaban fuera del salón, Utena saldría cabizbaja con sus notas, Haruka intentaría darle confort pero antes que esto sucediera, Utena exclamaría — ¡Funcionó! — Con sus exámenes con calificaciones casi perfectas, Sayo y Haruka expresarían su alegría ante aquel suceso, festejando y llenando a Utena de Alegría

Mi sueño de chica mágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora