...Alguien que defiende lo que ama

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Una fuerte explosión de energía se manifestaría en el campo de batalla, sin poder detenerse, Sister Giant seguiría con su ataque, siendo detenida en seco por un trio de hexágonos púrpuras manifestándose y disipando la densa niebla de humo con un simple golpe de su escudo, se mostraría la nueva heroína, levantándose junto a los primeros rayos del alba y siendo el amanecer de una nueva esperanza, posando su dorada mirada sobre el trio de villanas — ¿Magenta tu también...? —. Azul interrogaría, mirando a la fundadora del grupo, quien asentiría — Si, mi poder y energías... No están del todo repuestas pero estoy mejor que antes —. El par miraría a su compañera, luciendo un blanco vestido sobre una armadura de su distintivo color, con dos pares de alas angelicales, finalmente les voltearía a ver, esbozando una cálida sonrisa envuelta en los matinales rayos del madrugador sol — Lo siento, mi mente estaba en otro lugar, ¡Pero ahora estoy lista para dar todo lo que tengo! —. Los hexágonos, que habían contenido y desviado el ataque de la monja, habrían creado un impacto en dirección contraria con dicho golpe de escudo, haciéndola caer de espaldas sobre la ciudad y justo frente la vista de Lord Enorme — ¿Uh? ¿Qué...? —. La líder de Enormita giraría y posaría sus ojos en el renovado trio, sobre todo en la nueva transformación de Magia Purpura — Tu nombre era Lord Enorme ¿No? — Interrogaría mientras sujetaba su hacha, ahora más grande que antes, levantándola en dirección de la villana y apuntando hacia esta  con una mirada llena de decisión — ¡Vas a caer! —. Sentenciaría mientras Magenta y Azul asumían su pose de batalla. Lord, por su parte, giraría intrigada y azotaría su látigo contra el suelo, creando más monstruos mientras Sister Giant se levantaba — Enormita, ¡Ataquen! —. Leopard, llena de entusiasmo, se volvería a transformar y no demoraría en lanzar su ataque insignia — ¡¡Bomba muere de una puta vez!! —. Azul, al ver esto, intentaría crear una barrera de hielo y reforzar a Purpura, pero esta última solo le miraría con confianza antes de clavar su escudo en el piso, manifestando una nueva barrera creada por hexágonos púrpuras, mismos que absorberían sin problema los ataques de Lord y Leopard, al levantar su escudo, Purpura volvería a dar un golpea al aire con su escudo — ¡Parry! —. Los hexágonos en contacto directo con los ataques, envolverían estos y crearían esferas de energía que serían lanzadas hacia las dueñas originales de los golpes; Lord Enorme se cubriría con más de aquella viscosa sustancia, pero Leopard sería impactada de lleno por su ataque, Purpura comandaría el grupo con inesperada confianza — ¡Chicas! ¡Sepárense! Yo me encargaré de Lord Enorme, ustedes vayan por las otras dos —. Ambas asentirían, Azul yendo por Sister Giant y Magenta por Leopard. 

La calle en los rayos matinales sería atacada por la colosal mujer, oponente de Magia Azul — Piensa Azul... ¿Cómo puedes vencerla? —. Inmersa en sus pensamientos, la chica mágica no pudo evitar un ataque de la monja, quien parecía ser demasiado rápida para su tamaño — ¿Enserio crees que puedes contra mi? Es tan patético... —. Dicho en el condescendiente tono de siempre, Azul no se daba por vencida, su mente maquinaba las posibles debilidades de la coloso, viniendo a su mente la respuesta que tanto anhelaba — Tan débil... —. La monja hablaría, golpeando y azotando a la chica mágica contra varios edificios sin ningún problema, causándole un gran inconveniente pues esta soltaría la espada gélida vital para el plan que deseaba ejecutar, cayendo esta directo hacia el suelo— ¡No! —. Intentaría tirarse de picado pero sería lanzada calle abajo, por un puñetazo de la villana — Eres tan débil... Matarte será... ¿Uh? —. Al intentar acelerar, esta tropezaría mientras Magia Azul le miraría con confianza, sonriendo y acercándose volando a donde yacía la enorme mujer — ¿Por qué no miras bajo tus pies? —. Al ver al suelo, las zonas adyacentes a la espada de Azul revelarían estar cubiertas de una densa capa de hielo pulido, sometiendo contra el suelo a la enorme mujer — T-tu... —. Sister Giant le miraría con rencor que pronto evolucionaría a enojo — ¡Tu! —. Con furia, intentaría levantarse solo para que sus dedos le traicionaran y cayera de cara nuevamente sobre la congelada superficie — En superficies sin fricción, es imposible que pies y manos desnudas tengan el agarre suficiente para moverse apropiadamente —. Explicaría observando desde el aire, tomando su varita y esbozando una victoriosa sonrisa contra la monja — Me tomó tiempo descubrirlo, pero cuando un pie está a punto de aplastarte, es fácil recordar el detalle. Suerte levantándote, Sister Giant —. La espadachín se apartaría, dejando a la coloso forcejeando para levantarse en aquella helada superficie.

Mi sueño de chica mágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora