6. Un error lo comete cualquier ángel.

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Capítulo 6: "Un error lo comete cualquier ángel".

—Creo que soy el mal tercio —murmuró. —Yo puedo regresar a casa so...

—No, Hyein, ¿qué dices? Quédate, ¡nosotras te iremos a dejar!

Hanni no podía permitir que Hyein las dejara solas. Con Minji las cosas estaban lo suficientemente tensas como para darle más libertad y se sentía bastante avergonzada a esas alturas del día.

—Sí, Hyeinie, ya estamos cerca —dijo Minji, sonriente y con sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

A veces Hanni creía que las situaciones que aparecían en su vida eran un chiste. Es decir, ¿cómo pasó de discutir a muerte con esas dos chicas y ahora estar caminando con ellas por la calle como si nada hubiera pasado? Eso sin contar la invitación repentina de Minji al baile.

Quizás el destino funcionaba de formas muy extrañas.

—Fue un buen debate el de la otra vez —dijo Hyein, y rompió el silencio.

Hanni volteó su mirada porque supuso que eso iba dirigido a ella.

—Perdimos con Haerin... —murmuró —. Para ustedes fue un buen debate.

—Pero ustedes no lo hicieron mal —insistió Hyein. —Sus argumentos fueron buenos de todos modos. Que Yunjin unnie haya decidido lo contrario... Bueno, no tiene que rebajar su esfuerzo.

Era sencillo para Hanni sentirse molesta y una fracasada mientras supiera que había perdido contra dos porristas que tenían todos los encantos habidos y por haber en el mundo, pero como Hyein decía las cosas y era dulce genuinamente, no terminaba por enojarse al el cien por ciento.

Porque le sonrió con sinceridad y le estaba diciendo que lo hizo bien a pesar de haber perdido. Eso era bastante maduro de su parte y hasta Hanni se sentía infantil enfrente de una chica que era dos años menor que ella.

—Gracias, Hyein —dijo en un tono de voz bajo.

Ella sonrió.

—Tú igual deberías decir algo —Hyein empujó levemente a Minji, la cual volteó extrañada. —No seas engreída.

—Pero si gané, ¿acaso tengo que lamentarme por su pérdida? —apuntó a Hanni.

Por supuesto que la actitud de Minji no cambiaría con facilidad... o bueno, nunca había cambiado y menos con una invitación al baile de por medio.

—Eres una tonta, unnie —se quejó Hyein. —Solo dile algo bonito y será suficiente. A veces eres tan dura, Dios...

Hanni confirmó eso con una expresión, pero apenas Minji volteó a mirarla su sonrojo volvió y tuvo que alejar la mirada para que el contacto visual no fuera otro problema.

La presencia en el medio de Hyein era lo mejor. Agradecía que ella las alejara indirectamente.

—Bueno... —suspiró con fuerza —, supongo que hiciste un buen trabajo. Casi me convenciste —dijo con sarcasmo —, pero de verdad fue bueno. Como todo lo que haces.

—Ah, por Dios... —Hanni resopló —, no finjas que te importa.

—No finjo.

—No me tienes que decir algo bonito tampoco —sus mejillas seguían rojas. —S-Solo lo hiciste porque Hyein te dijo.

—Sí, obvio —se encogió de hombros. —Aunque lo que dije salió de mi corazón.

—Deja de ser así de cursi —murmuró. —¡Cómo sea! ¿Ya estamos cerca, Hyein?

kang haerin y sus deseos mal hechos | daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora