La segunda oportunidad de Severus Snape

Capítulo 11: Departamento de Seguridad Mágica

Music 1: Hayloft - Mother Mother
Music 2: Demons - Imagine Dragons

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Cuando Dumbledore se fue, había ido a la casa de Tobías Snape, y un muggle que no podía salir de las cuerdas, se durmió colgando, y así fue como Albus lo encontró. Si fuera otra situación se abría reído a carcajadas pero no, no fue una situación tranquila. Así que con un movimiento con su varita hizo desaparecer las cuerdas y con unos sonidos irritantes Tobías se despertó molesto, iba a decir algo pero no pudo, ya que sus labios estaban sellados mágicamente.

Albus lo miró con desprecio y le dijo:

«Siempre pensé que los muggles eran personas de buen corazón o si es que si hacían algo malo de alguna manera se arrepentían, pero me has demostrado que hay algo en común con el mundo muggle y mágico, es que no importa si tienes poder sino como eres por dentro, y tu muggle», haciendo más énfasis  en la ultima palabra. «No eres para una buena personas, así que te digo: ¡NUNCA... MÁS volverás a TOCAR a SEVeruS! ¿Entendiste?» Dijo eso acercándose más a Tobías, a lo cual él solo asintió rápidamente.

Tobías estaba con miedo ya que la presencia de Albus lo intimidaba de alguna forma, y era aún más cuando le gritó, y le dijo con desprecio. Cuando Albus miró por la ventanita de la puerta se giró para volver a hablar con el muggle.

«Dentro de 10 minutos va a venir la policía y te van arrestar... porque soy consiente que a los muggles no les gusta que un tipo esté golpeando a su hijo, y una pregunta ¿Dónde está Eileen?»

El muggle hizo sonidos de no poder hablar, y luego pudo hablar.

«La perra... esa brUJA, se murió, jajaja... al intentar salvar al pequeño mugroso... ese pedazo de mierda...» Se acobardo cuando se dio cuenta que Albus estaba con cara de querer matarlo «Ella no esta viva... Se suicidó, justo aquí... fue un problema cuando hallé su cuerpo»

Albus apuntó con su varita al muggle y dijo unas palabras extrañas.

«¡¿Qué me estas haciendo viejo?! Ah... ¿Qué fue eso?»

«Eso fue un castigo, cada vez que duermas, siempre tendrás pesadillas por cómo sufrió Eileen y su hijo. Y no va ser fácil vivir con eso... te lo advierto»

Luego hubieron sonidos de policías.

«Oh... Bueno muggle parece que tendrás otra aventura, ¡buena suerte!»

«Queeé... Te parece que esto es otra aventura... TÚ estás loco... mi-»

No pudo terminar lo que iba a decir porque Albus se desapareció y hubieron sonidos de romper la puerta. Tobías ya sabía, era ir a la cárcel, pero esta vez no iba salir de nuevo.

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El directo había regreso de vuelta al hospital st mungo's, justo a tiempo, él caminó por el pasillo y una mujer se acercaba.

«Buenas tardes, director», saludó aquella mujer, tendiéndole la mano.

Albus le sonrió cálidamente, luego tomó su mano y la estrechó cordialmente. "Buenas tardes, querida», y la condujo a los asientos más cercanos.

«Me llamo Romina Rowle y soy del Servicio de Protección de Menores del Ministerio de Magia. Estoy aquí para investigar las acusaciones de abuso contra su alumno Severus Tobías Snape», explicó Romina.

«Ah... sí, la estaba esperando. ¿Cómo va la investigación?» preguntó inocentemente Albus.

«Hace un gran rato me reuní con el sanador Rowu para confirmar con él sobre las heridas de Severus y se afirmó que efectivamente que el paciente Severus fue abusado. Sólo necesito que me des tu versión de los hechos, porque fue usted quién le había informado al Sanador Rowu que el padre de Severus fue quien lo lastimó. ¿Es eso cierto?», preguntó misteriosamente.

Albus suspiró pellizcándose el puente de la nariz, 'Ese muggle... Nunca más tocará a mi hijo Severus' Ni siquiera pensó en lo que había pensado.

«Efectivamente. Cuando llegué a casa de Severus, el chico estaba durmiendo pero él intento antes en sanarse pero aún se veían manchas de sangre, y el padre estaba con una botella que intentaba romper... habían un montón de piezas rotas esparcida por el suelo que sospecho que su padre anteriormente le rompió en la cabeza. Pero fue impactante cuando entré ya que su padre intentó atacarme».

La señorita Romina se llevó la mano a la boca. No podía creer lo que había oído. El chico había sido golpeado de forma muggle. Ella sólo solía tratar con niños maltratados en el mundo mágico, donde los maltratadores solían utilizar la magia.

«Es increíble... Me pregunto ¿Cómo es que no fue un obscurial? Porque generalmente cuando son casos de abusos sucede eso».

«Eso Romina es bastante interesante y a la vez curioso, talvez hubo alguien que si lo aceptaba como era... por su condición, menos mal que Severus ha venido porque no estoy seguro de lo que le pasaría al chico» Albus suspiró pesadamente.

Romina asintió. «Como el padre está en una prisión muggle, y la madre ha fallecido, el niño no tiene tutor por lo que el Ministerio está encargado de enviar al chico al orfanato»

Los ojos de Albus se abrieron de par en par al oír "orfanato". «¿Le queda algún pariente?» preguntó esperanzado Dumbledore.

«No lo he comprobado, pero no tiene parientes por parte de su padre, mientras que su madre fue repudiada, es muy probable que la Familia Prince no quiera nada que ver con la madre o su nieto», respondió Romina. «Pero podría intentar en enviar una carta a la familia Prince, claro si usted quiere, después de todo usted fue quien dijo sobre los abusos».

Albus asintió. Cuando oyó hablar de un orfanato, recordó a un chico en particular que se había criado en un orfanato y se había convertido en un mago tenebroso. No quería que Severus se convirtiera en Tom Riddle. Severus era un chico muy distinto a Tom pero aún así tienen algunas conexiones. Albus salió sobresaltado de sus pensamientos cuando la señorita Rowle habló:

«Supongo que eso es todo, director. Gracias por su tiempo». Romina se levantó y le tendió la mano.

Albus también se levantó y le cogió la mano. «Espera, ¿y si alguien quisiera adoptarlo?».

«Eso es muy amable de su parte. Pero primero tenemos que comprobar los antecedentes de esa persona antes de permitirle adoptar al niño. ¿Sabe quién es esa persona, director?» preguntó preguntó Romina con sus ojos de curiosidad.

Albus rió entre dientes. «Por supuesto querida» 

Romina sonrió. 'Si Dumbledore se le había propuesto a alguien, esa persona tenía que ser buena.' «¿Quién es la persona director?»

«Yo soy la persona, yo lo adoptaré». Romina miró boquiabierta al Director. «No pensará que por mi edad y por cómo luzco no estoy calificado, de hecho me hace sentir que seré el mejor padre para Severus» A lo que Romina asintió felizmente y casi grita por la emoción porque nunca pensó que el director sería un padre, y estaba seguro que sería el mejor. 

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«Hola Severus, soy el sanador Rowu, ¿Cómo te encuentras ahora?» preguntó sonriendo genuinamente a su paciente.

«Bien», respondió secamente Severus. Se sentó, ayudado por Rowu que luego le estaba haciendo un chequeo. Le tomó el pulso y le hizo un encantamiento.

«No tienes que preocuparte por tu padre. El director Albus me informó que ahora está en una prisión muggle», dijo Rowu.

Severus jadeó al oír aquello. Esta vez era realmente diferente. Nunca pensó que alguien tomaría medidas contra su padre, mucho menos que sería Albus. Se quedó mirando al sanador.

«Lo declararon culpable de abuso sexual de menores y lo condenaron a veinte años de prisión» dijo Rowu sacudió la cabeza mientras informaba. Severus se alegró de que encarcelaran a su padre. Ahora estaba libre de aquel hombre.

«Mantén la calma. El ministerio encontrará a alguien que sea tu tutor», dijo Rowu mientras tocaba la cabeza de Severus para cambiarle la venda de los ojos.

Severus frunció el ceño y miró al sanador. «¿Qué quieres decir con guardián? Puedo cuidarme solo, lo hice desde que tengo 12 años o antes de eso. No necesito un guardián».

Rowu abrió la venda. «Severus, como aún eres menor de diecisiete años estas obligado a tener un tutor y si no encuentran a alguien adecuado podrías estar en un orfanato», le dijo suavemente para no alterara al muchacho.

Severus abrió la boca para protestar pero fue interrumpido por Rowu. «Mi orden es que estés tranquilo, muchacho. Sólo hasta que cumplas diecisiete estoy seguro de que podrás arreglártelas sin un tutor».

Severus miró al sanador con el ceño fruncido y casi iba a decir algo por impulso pero se detuvo. Tenía treinta y ocho años, bueno mentalmente, pero no era un chico normal de dieciséis, aunque debía aceptar que a veces las hormonas de su cuerpo lo hacían actuar como un adolescente rebelde.