Amor Real (Yugioh Fanfic BL)

Capitulo 8

Capitulo 8

Joey estaba muy extrañado, desde hacía un tiempo para acá su marido estaba siendo muy amable con él. Y no solo amable, si no también simpático. Joey se preguntaba si el cambio era sincero y eso significaba que Kaiba no estaba ya molesto como el o si hay había trampa. Sinceramente no lo sabía.

En ese momento la puerta de la habitación de Mokuba se abrió y por ella entró el objeto de sus pensamientos. Seto Kaiba. Se acercó a la cuna en la que estaba el bebe y lo tomó con suavidad en sus brazos. Luego se volteó hacia Joey con una sonrisa y lo besó.. en una mejilla.

Joey se sonrojo ante tan inocente gesto de su marido.

-Te buscaba-Le dijo Seto.

-¿Eh... para que?

Reacciono Joey.

-Averigüe lo que le pasa a tu adorado hermanito Ryu. -Dijo Seto y Joey le presto toda su atención-Correctamente no lo averigüe si no mas bien mi primo Marik me lo confeso.

-¿Y que pasa?

-Marik esta interesado en el... y antes que nada sus intereses son serio, me lo aseguro y al parecer los sentimientos de Marik son correspondidos por tu hermanito. Ambos están enamorados y Marik quiere hacer lo correcto y decírtelo para pedirte permiso de cortejar a Ryu.

Le explico Seto volviendo a dejar a Mokuba en su cuna. Joey estaba impresionado por la noticia. No sabia como reaccionar, no sabia si alegrarse por esta o ofenderse. Al final opto por lo primero, Marik era un buen hombre, al menos Ryu había conseguido alguien bueno. Pero que ni soñaran con que se casarían pronto. Seria un compromiso largo, muy largo, asta que Ryu fuera mas grande, se dijo así mismo Joey, entonces levanto sus ojos conectándolos con los de Seto y le sonrió agradecido.

Seto le devolvió la sonrisa. Permanecieron unos segundos en silencio.

-Bajas conmigo... a dar una vuelta a los jardines.

Joey volvió a sentir avergonzado que sus mejillas se coloreaban, pero asintió sin poder reprimir una sonrisa boba.

***

A diferencia de Joey a quien la vida le sonreía, a Yugi mas bien le daba la espalda. Desde que recibiera la confirmación de su embarazo, Yugi simplemente se había vuelto un muñeco, un títere sin voluntad. Había dejado de hablar con todos. Había dejado de sonreír, de llorar, de sentir. Simplemente había dejado de reaccionar. A tal punto que Yami se había asustado y había llamado a un medico.

El medico le había explicado que Yugi estaba en un estado de depresión, de autismo pero que con el tiempo reaccionaria.

Yami así lo esperaba, sinceramente Yugi paresia un muñequito, había que ordenarle comer o bañarse o ni siquiera eso hacia. Y eso no le gustaba a Yami, no le gustaba ver a su pequeña luz tan apagada.

Lo que peor le sentaba al rey era saber que el era el responsable de ese estado. Pero aun así se decía a si egoístamente, prefería a Yugi en ese estado que no tenerlo.

Yugi, aquel hermoso niño de ojos violetas, con un destino incierto, embarazado contra su voluntad y atrapado en el efímero amor de su majestad. ¿Reaccionaria algún día a su realidad?¿O simplemente había escapado de ella para siempre?

***

El ultimo castigo que Bakura le había dado a Malik, había dejado a este tal y como el albino le gustaba, sumiso y obediente.

Malik no se atrevía ni a respirar sin que Bakura le diera permiso por miedo a volver a sufrir otro castigo, que le impidiera levantarse de la cama por varios día como había echo el ultimo.

Bakura cuando quería podía ser bastante sádico, de eso se había dado cuenta Malik hacia tiempo. Pero lamentablemente el de cabellos rubios cenizos, nunca duraba mucho tiempo en ese estado sumiso, asustado y obediente. Bueno asustado si duraba, sumiso y obediente no... simplemente era mas fuerte que el. Después de todo Malik era un chiquillo rico a quien su familia siempre había consentido todos y cada uno de sus caprichos. Por lo que no le sentaba nada bien, tener que obedecer a alguien.

Eso lo sabia Bakura, y también sabia que no pasaría mucho tiempo antes de que su hermoso y dulce Malik volviera a hacer algo que le costara otro castigo.

Y el albino no se equivocaba. Por que mientras Bakura trabajaba con su tio-hermano su majestad, el rey Yami. Malik después de haberse armado de valor, había escapado de sus habitaciones y se había metido a las de Yugi.

Lo encontró sentado en una confortable silla, mirando a la ventana como una estatua. NI siquiera se movió cuando oyó entrar a Malik en la recamara.

Malik sintió un escalofrió al ver el estado del pequeño tricolor.

-¡Yugi!

Le hablo tímidamente acercándosele. Pero Yugi no lo miro, no hablo, ni siquiera pestaño.

Malik se acercó a él y se arrodilló a su lado y con una mano temblorosa le toco el rostro, haciéndolo mirarlo con suavidad.

-Oh, Yugi, mi hermoso Yugi-Dijo al ver la tristeza en los ojos del tricolor-¿Que te han hecho amigo de mi alma?-Se lamentó.

-Lo mismo que te harán a ti, si no escapas de esto a tiempo.

Susurró el tricolor levantando sus pies hasta que se pudo abrazar las rodillas y de nuevo con su mirada vacía volvió a mirar por la ventana inmutable. Malik se levantó acariciando su cabeza.

-Ellos se arrepentirán de esto, Yugi, lo aran.

Susurro Malik.

Continuará...