4. Zoo (parte 2 final)

258 25 158
                                    

Tw: violencia

Aunque no pareciera ya eran más de las nueve. Exacto, el cuarteto había estado en aquel lugar por más de cinco horas. Por esa razón ya estaban artos, cansados y asoleado. Parecía exagerado, pero las horas se habían pasado volando.

Los tres se habían dispersado, una forma de entretenerse.

Alvin siguió recorriendo al rededor de ahora animales dormidos. No cambio mucho de la primera vez, pero ahora hasta eso mismo le aburría. Por lo menos ya no tenía frío gracias a la poca amabilidad del pequeño Musso. Era bastante cálida la maldita, con razón a Ricardo le gustaba y no tenía otra.

...

—¿No es raro no haber visto ningún empleado? Tipo, un guardián. Tengo entendido que todos los zoológicos tienen por lo menos uno. Tampoco hemos vuelto a ver a mi hermano.

—Sí, también se me hace vacilón, pero quién sabe. De Roberto, menos idea, se habrá metido en algún lugar y se habrá encerrado por accidente.

—Mmh, ¿Dónde se habrá metido esta vez aquel imbécil?

Conversaban despreocupadamente.

Aunque alguien les mirase desde al rededor sin ellos saberlos.

Acercándose a ellos, algo los había estado siguiendo. Lentamente. Trasladándose por los puntos ciegos de cada uno sin hacer el mínimo ruido, pequeños gruñidos inevitables escapaban de su babiante mandíbula con múltiples dientes afilados, siendo levemente mostrados inconscientemente.

Caminaron hasta que pasaron al frente del más bajito, cambio de presa rápidamente al ver lo fácil que sería por su distracción y aislamiento.

Ser racional en ese momento no era una opción. Su estómago rugía, imploraba un bocado, estaba aburrido de los típicos sabores del zoo.

Desde que probó a su único amigo, nada le satisfacía su feroz apetito. Necesitaba carne no animal. Al frente de él había alguien bastante bajo, no tanto como su antiguo amigo, pero talvez.

Sabría igual.

Oh, Álvaro... Graves problemas en los que te has metido... Cuáles ignoras como si fuera de magnitud de una hoja seca cayendo al frente de tus ojos...

Hoc primum audivi. Ignorare, negligere. Denique hoc backfired. quindecim annos natus et ipse ab eo ademptus est...

Alvin como era de esperar, se privó de su alrededor mirando fijamente a los habitantes del lugar. Aunque esta vez esto jugaría en su contra,

Por qué no se dio cuenta del peligro que tenía al rededor.

Un gruñido intenso se hizo presente a la derecha del Pintos, un felino cada vez se acercaba al hombre desde la oscuridad. A paso lento. Lo había estado acechando desde un pequeño tiempo atrás.

Alvin seguía hipnotizado, totalmente. Cegado.

Tanto que tardo en procesar cuando un fuerte cuerpo se lanzó encima, cayendo al piso junto a él.

Abrió totalmente los ojos y encima de él lo único que pudo sentir fue el caliente aliento de una mandíbula de animal a punto de morderle con sus afilados colmillos.

Olía mal.

Los ojos fueron cerrados con fuerza mientras sentía que la adrenalina comenzaba a correr por sus venas.

El peso que tenía fue quitado de repente, la sensación de estar libre la recuperó inmediatamente. Una gran estocada fue absorbida por su boca.

Levantó el torso y sentado un gran mareo lo invadió. Todo su mundo dio vueltas repetidas veces hasta que fuera claro poco a poco de nuevo. Aunque seguí viendo el mundo retorcerse y tener deformaciones notorias.

Los Superhéroes de TajoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora