La panorámica actual me está poniendo cada vez más nerviosa. Para entretenerme, acaricio el pelaje del lince que tengo más cerca y por suerte toco a uno que es bastante manso y disfruta de mis caricias. Estamos en el Bosque Mezclado -justo el centro del mapa tradicional de Staciony- rastreando a la princesa, o al menos intentándolo. Para ello hemos usado a los linces de la corona otoñal, sería mucho más fácil si Hazel ya se hubiera vinculado a uno, pero como su lince parece que aún no nace nos toca esperar más y rezar porque esto funcione correctamente.
Esperar es definitivamente lo último que quiero hacer, pero es la manera más confiable y rápida de encontrarla.
En el palacio y sus inmediaciones no había rastro de atacantes y menos aún de nuestra princesa. Se desató un enorme caos del que confieso me alegro no formar parte. El rey estaba llamando a una conversación a todos los que se encontraban en el palacio. Ni siquiera necesitará que digan una palabra para encontrar a los traidores y yo en su lugar estaría aterrada de enfrentar al rey de Invierno enojado, pero la reina ofreció la opción de confesar por propia voluntad y nadie dio un paso al frente.
Yo estoy caminando de un lado a otro, posiblemente parezca una loca.
—Tranquila —Qeemi me jala la mano para que me siente a su lado en el suelo.
Mi ceño se frunce.
—Pídeme todo menos eso —resoplo—. ¿Eres consciente de que cada minuto desperdiciado es una posibilidad más de que esos brutos rebeldes le hagan algo a la niña?
Qeemi también arruga la expresión en su rostro.
—Sé que te cuesta, pero intenta no pensar lo peor. Tal vez solo se la llevaron para negociar con Invierno u Otoño, o quizá con los dos reinos a la vez. Si necesitan negociar no pueden hacerle daño.
Lo pienso un momento, ojalá sea eso. Nos daría más tiempo para actuar y aseguraría el bienestar de la princesa.
—¿A qué habitante de este planeta con un cuarto de cerebro se le ocurre secuestrar a una princesa heredera? Hasta un niño es consciente de la importancia de los herederos al trono. Si le pasa algo a Hazel nos vamos a... —dejo mis palabras a medias y hago el ademán de cortarme la cabeza con la mano izquierda.
—Lo sé. Pero es probable que esa gente no lo sepa o que les de igual con tal de hacer lo que sea que quieren —me dice Qeemi, con desagrado en su voz—. ¿Qué diablos quieren en primer lugar? Espero que al menos tengan un objetivo y no sean solo una pandilla de locos.
Asiento con la cabeza y luego me quedo pensando. ¿Cuál será el objetivo de los rebeldes? Es normal que estén descontentos después de la guerra, supongo, pero qué los lleva a atentar contra su monarquía.
Poco después los linces marcaron la región de Zoress como nuestra meta. Es una ciudad demasiado poblada, llena de misticismo y criaturas con dones de brujería.
¿El problema aparte de que desconfío de las brujas desde la que acudí para saber algo de mis padres? Zoress está catalogada como una de las tres ciudades más grandes de Otoño, eso es mucho perímetro para revisar.
Justo por eso, no tardamos en encaminarnos hacia allá en auto con el resto de los miembros del equipo de búsqueda.
(...)
Estoy en el asiento del copiloto, los ojos se me cierran solos, pero trato de mantenerlos en el camino. Están yéndose los últimos rayos de luz de sol y esta noche no nos tocan lunas. Será una noche oscura, sin duda.
No sabía que Qeemi podía conducir autos. Creo que todavía no hablamos tanto entre nosotros de estos detalles, y no es por falta de tiempo.
—Intenta descansar un poco mientras llegamos —me dice sin quitar la vista de la autopista que debemos recorrer para llegar a la ciudad—. Deberías dormir.
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Protectores
FantasyGaia y Qeemi, dos huérfanos criados por la reina hasta alcanzar la mayoría de edad, se reencuentran para asumir una crucial responsabilidad: proteger a la joven princesa, quien se encuentra en peligro constante de secuestro. Sin embargo, su relación...