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Una vez que salió de su sorpresa, ya era demasiado tarde.

Max ya se había ido.

Por su cabeza, solo se repetían consecutivamente las palabras del rubio.

"Esto queda entre nosotros"

¿Que precisamente?

Sergio lo había anudado y marcado, ¿Se refería a eso? ¿O al hecho de que, realmente, Max era un Omega y no un beta como todos pensaban?

¿Por qué lo ocultaba?

¿Por qué no decía la verdad?

¿Que hará ahora?

¿A qué se refería con esas últimas palabras?

No comprende la situación, definitivamente no y siente que de repente su vida está fuera de sus manos. 

Lo único que tiene claro es que tiene un Omega y ese es Max.

Max es su Omega, él lo marco, entonces, ¿Que se supone que debe de hacer ahora?

Frustrado, Pérez suelta un largo y profundo suspiro mientras aprieta el puente de su nariz.

Esa había sido precisamente la única razón del porque nunca había marcado a un Omega.

No después de saber lo complicado que era, lo problemático y confuso que era.

No después de...

No.

Esa peligrosa línea de pensamientos y recuerdos se corta ni bien se termina de procesar.

Eso ya está en el pasado y no piensa volverse a enfrascar en ello. No lo quiere. Fue bastante difícil en su momento y no quiere volver a vivirlo.

Sin embargo, ahora tiene un Omega.

Casi se ríe por la ironía.

Toda una vida huyendo de ese lazo para que, en el primer momento en el que su polla pudo, fue y se metió en el único lugar que no debía y ahora está metido en un confuso embrollo.

Carajo.

La vida debe de odiarlo o algo por el estilo.

Nada le sale bien nunca y las cosas solo se ponen peor conforme más lo piensa. 

La cague —dice para si mismo.

Vuelve a suspirar y decide que no tiene caso seguirse lamentando en ese cerrado espacio que, para variar, está bañado del delicioso aroma de su Omega.

Su Omega al que acaba de follar y marcar.

Sus pupilas se dilatan cuando repara en ese hecho y sus feromonas se tiñen con un toque de preocupación.

Maldición. Maxie debe de estar incómodo. Literalmente se lo follo en el baño de la gala de la FIA y lo marcó. La marca nunca es facil de llevar en los primeros intentos, y aún cuando la piel ya se ha acostumbrado, es ligeramente incómoda.

No imagina como debe de estar pasándola ahora el rubio.

No debió dejarlo ir.

Tuvo que insistir y luego mimarlo y cuidar de él, tiene que bañarlo con su aroma para que se sienta cómodo y tranquilo y pueda ser más llevadero para él llevar la marca.

Y como si se tratara de un robot, sus pies se mueven en automatico mientras intenta seguir el rastro de esa dulce fragancia que para su suerte es fácil.

Las feromonas de su Omega están altamente dispersadas por casi todo el lugar, como si no tuviera un control de ellas.

Su Alfa se remueve molesto, claramente en desacuerdo con la idea de que otros puedan oler esa exquisita fragancia que destila su Omega excitado y sus instintos se disparan nuevamente en todas direcciones.

Tu Fragancia (chestappen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora