Sanctuary

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joji

XI

Una vez más, miércoles por la tarde, salida del colegio, las manos en el manubrio, el camino de tierra que daba una sensación de imperfección pura, el viento en la cara y los árboles bajos pegando rápidamente en nuestro rostro. Hay simplemente momentos del día que amaba y este era uno de ellos. A veces, vivir en el campo tenía sus ventajas, sobre todo si el día estaba tan bonito como hoy.

Así que sin más, en el principio de la rampa, que anteriormente había tenido que analizar para no entrar en crisis de si era buena idea o no lanzarse por ella, doblé el manubrio sin dudarlo, sabiendo que detrás mío, Karina, Jungwon y Yeji también habían hecho lo mismo.

Los cuatro comenzamos la bajada con risas y gritos para frenar unos segundos antes del río.
Me saqué el abrigo que llevaba en ese momento, los zapatos, las medias y desaté mi cabello para lanzarme al agua y quedar completamente mojada en el medio del río y con un fuerte dolor en el cuerpo. Si, parece la descripción de algo que nadie con suficiente cordura haría, pero créanme que esa sensación tan potente de estar viva se siente contable veces y este era uno de esos momentos. Al fin y al cabo, todos estábamos acostumbrados al barro, el viento fuerte, el cambio de clima y las piedras odiables en medio del río. Nos habíamos criado ahí, incluso Karina que llegó unos años tarde.

Apoyé mis manos en una de las piedras más grandes que decoraban los costados del río y me subí con todo el peso que pude sacar de mis propios brazos. Me senté con las manos detrás de mí espalda y como soporte a mí cuerpo, mientras Karina se lanzaba al agua y salpicaba una buena cantidad de la misma hacía mí lado.

Unos minutos después, Karina tomaba asiento a mí lado con una sonrisa decorando su rostro. Era una persona nueva y no podía ponerme más feliz saber que no había dolor en su mirada. Esa era la Karina que yo había conocido.

Por otro lado, Yeji se mantuvo en el agua mientras Jungwon se subía a la piedra vecina. Esas eran tardes que valían la pena y nos hacían sentir diferentes, sobre todo cuando salíamos de una evaluación dónde, según la mayoría, les había ido bien.

Nos quedamos unos minutos más ahí hasta que Ningning, Giselle y Soobin detuvieron sus bicicletas en el costado de un árbol y se acercaron a nosotros. Soobin y Ningning se sacaron la ropa y en unos segundos ya estaban nadando al lado de Yeji. Definitivamente no parecían tener dieciocho años cada uno.

Giselle tiró la misma manta de siempre en el suelo y se acostó allí a leer un libro. Jungwon fue el primero en molestarla, acercándose a ella totalmente mojado y acostándose encima suyo.
Giselle se dió la vuelta totalmente indignada por la actitud del menor y lo lanzó lejos de ella mientras Jungwon reía a carcajadas y huía de la mayor por todo los alrededores del bosque.

—¡Giselle, ven al agua un rato! —Exigió Soobin, alzando los brazos sobre su cabeza y llamando a su amiga. La rubia le miró con una ceja levantada mientras se rendía en su persecución por el menor y daba por hecho que él era más rápido.

—No, gracias. Estoy bien aquí. —Habló Giselle, volviendo a sentarse en su manta blanca y mirando amenazante a Jungwon, quien levanto las manos en señal de inocencia y luego se lanzó al agua dónde todos sus otros amigos se mantenían.

Pero antes de que Giselle pudiera tomar una vez más el libro, los brazos de Ningning rodearon su cuerpo y solo tardó unos segundos para enviar directo al agua a la mayor y poder escucharla decir todo tipo de groserías en el aire.

—¡Ning Yizhuo! —Se quejó la rubia, mirando toda su ropa mojada y sacando su mojado pelo de la frente.—¡Estás muerta, idiota!

Giselle intentó salir del agua pero Soobin la detuvo por atrás abrazándola con sus fuertes brazos e impidiendo que pudiera seguir caminando, por un momento, creí ver qué Ningning sacaba la sonrisa de su rostro y bajaba la mirada como si aquello la entristeciera. Pero estaba segura de que era mí imaginación, ¿Porque Ning habría de ponerse triste?

The Color Violet | WinRinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora