Alas Rotas ✔️

Capitulo 16

En lo que resto del día no volví a saber más de Malkon, Rocío me había contado en la tarde que Malkon la llevo a conocer la mansión y ella estaba contenta porque el fuera a tener su independencia, que aunque le daba miedo de dejarlo solo, debía respetar su decisión y apoyarlo.

Yo quería ir a la mansión y hablar con el, Pero también supe que no estaba porque según Rocío no iba a estar en esos dos días.

Yo pensé que solo eran excusas para que yo no fuera a verlo.

Volvió a ser el mismo idiota de siempre.

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El día de mi cumpleaños llegó y Rocío me despertó con una torta de chocolate y una velita, me despertó cantando cumpleaños feliz y eso me entristeció un poco. Mi madre siempre hizo eso en mis primeros años, aunque era muy chica podía recordar el último cumpleaños que ella me celebro.

Y la extrañaba mucho.

Me dió un vestido de regalo y le agradecí.

—Te espero abajo para desayunar, te hice tus hotcakes favoritos. —me aviso y salió de la habitación llevándose la torta.

Yo salí de la cama y me fui al baño dónde me di una ducha de agua tibia y me vesti con un pantalón azul oscuro y una camisa de mangas gris, me coloque mis Vans y me deje el cabello suelto.

Baje y desayuné con Rocío, supe que Logan tuve que irse temprano pero que me dejaba las felicitaciones y en la noche me traería mi regalo.

Mi teléfono sonó con mensajes de iahn, Jen y Ivonne, que no se cómo obtuvo mi número.

Jen me dijo que a las seis vendría por mi, que íbamos a alejarnos un poco de la ciudad a una disco para celebrar mu cumpleaños.

Seríamos iahn, Jen, Ivonne y yo.

Me dijo que Ivonne y iahn estaban ligando, yo me alegre por el, pues sabia que el, le gustaba mucho ella.

Después de desayunar me subí a mi habitación y me deje caer en la cama, Rocío se fue a la fundación y me quedé sola, dejando mi mentes pensar en lo que estaría haciendo con mi madre en este momento. Cada día la extrañaba mucho, una idea paso por mi mente y me levanté de la cama, dejando que el impulso de la triste me guiará.

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—Buenas tarde señorita adelante. —el vigilante del cementerio donde se encontraba mi madre sepultada. No venía desde mi verano pasado y sentía un nudo en la garganta, necesitaba hablar con ella.

—Gracias. —aprete el mano de flores de girasol en mis manos y me encamine a su tumba, pasando entre otras que estaba con flores de todo tipo.

Llegué al frente de su lápida y me deje caer de rodillas sobre el sespe de su alrededor, pasando mi mano sobre la superficie de cemento y retirando algunas hojas secas. Mi corazón se agito un poco y no pude evitar dejar la mano en la superficie quieta y sentir las primeras lágrimas abandonar mis ojos, los cuelas apreté y dejé brotar un sonsollo suave de mis labios.

—Te extraño tanto. —solte bajo y dejé los girasoles sobre la superficie. —Quisiera estar hoy contigo en este día. —baje mi cabeza y mire mis dedos sobre la superficie de cemento. —Quisiera contarte lo que me ha estado pasando. —mas lágrimas corrieron por mis mejillas. —Me gusta un chico. —hice una pausa sintiendo mi pecho contraerse. —Pero eso no puede ser, el...—deje otro sonsollo escapar de mis labios. —Siento que no puedo con esto, con lo que siento, te juro que no lo planee, solo paso y no me di cuenta. —Mire su lápida y sentí mis mejillas llenas de lágrimas. —Tengo miedo. —me limpie las mejillas. —Solo se que me tengo que ir, no puedo quedarme, no estando cerca de el, lo siento tanto madre. —deje otro par de lágrimas correr por mis mejillas y me las limpie, levantandome del sespe y mirando el lugar donde mi madre pasaría el resto de su vida, una vida que no pudo compartir a mi lado.