Capitulo 25

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-¿Todavia no le has dicho nada?. -jen abrió mucho sus ojos y me miró.

-No he podido, todo lo que ha pasado me ha tenido atrapada. -susurre de vuelta.

Ambas estamos en la cocina de la mansión de Malkon bebiendo un jugo de manzana, mientras que Iahn estaba en el baño. Malkon estaba en su habitación.

-Tienes que decirle, ¿Que esperás?, mañana tienes que abordar un avión a New York, eso no es cualquier cosa....-alguien nos interrumpió.

-¿Te irás?, y no me has dicho nada. -Malkon me miraba desde el marco de la puerta de la cocina.

-Te lo iba a decir, es solo que...-me interrumpió acercándose a mí.

-¿Cuando ya estuvieras yendo?. -se detuvo frente a mí con un su mandibula apretada.

-Los dejó, voy a ver qué está haciendo Iahn. -jen se levantó y salió de la cocina.

Yo mire a Malkon y le tome la mano, jalando su cuerpo entre mis piernas. Al principio puso un poco de resistencia Pero después cedió y se metió entre mis piernas. Yo estaba sentada en el banco de la isla.

-No sabía cómo decirte que antes de venir me dieron una oportunidad en New York. -puse mis manos en sus caderas y jale entre mis dedos el filo de la camisa negra que traía puesta. -Yo acepté. -lo mire a los ojos. -Yo no sabía que pasaría esto entre tu y yo. -el no decía nada, solo le miraba, detallando mi rostro. -Ahora no se que hacer. -el me tomo la quijada con una mano.

-¿Quieres ir a New York?, eso es una gran oportunidad. -me dijo.

-Yo quiero estar contigo. -me sonrió de lado y llevo su otra mano al filo de la isla acercando su cuerpo al mío, dejando mi espalda pegada de la isla.

-Siempre me tendrás para tí. -dijo cerca de mi boca, haciendo la mía secarse por las ganas de besarnos.

-¿Te irias conmigo a New York?, ¿Dejarías todo esto por mí?. -le pregunte mirando sus ojos.

-Si. -me fascinó su respuesta. -Por ti iría hasta al infierno...-y beso mis labios, metiendo su lengua en mi boca, saboreando cada rincón, mordiendo mi labio y haciendo este rebotar.

El beso subió un poco de tono y metí mis manos entre su camisa, sonriendo su piel tibia bajo mis dedos, sintiendo su cuerpo contraerse bajo mi tacto.

En un movimiento me bajo del banco y me subió a la isla, metiéndose entre mis piernas, pegando mi pelvis de su bulto, aquel que estaba duro. Haciendo mi corazón latir.

Sentí sus manos meterse entre la camisa y acariciar mis caderas, mi cintura y mi espalda. Volviendo mi cuerpo un manojo de nervios y sensaciones exquisitas.

Yo enrede mis manos en sus cabellos y profundicé el beso, saboreando cada rincón de su boca, luchando con su lengua por el control, dejando que sus manos tocaran mi piel, que me estremeciera hasta la última fibra que componía mi ser.

Malkon me hechizo con sus toques, sus besos y su olor.

Quien diría que uno podía ser adicto al olor de alguien.

Pero así era, su piel tenía un olor que me encantaba.

Sentí su boca dejar la mía y bajar a mi quijada, mordiendo está y luego bajando con besos húmedos por mi cuello y entre mis senos, chupando y lamiendo.

Dejando que pequeños gemidos brotarán de mis labios.

Sintiendo mi centro húmedo....

-Dios, busquen una habitación. -Solto Jen desde la puerta y yo me separé de Malkon rápido, sintiendo mi pecho subir y bajar acelerado.

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