Junior me metía a una burbuja de cristal en la que solo estábamos los dos, no estaba segura si me estaba enamorando, lo que sí puedo asegurar es que entre nosotros ya se había creado un lazo muy lindo.
Esa mañana fuimos a desayunar a una cafetería, después de eso fuimos dar una vuelta y ya que se llegó la noche fuimos a forum a caminar y a ver qué había de nuevo. La plática fluía sola, no se sentía nada forzado. Mucho menos incomodidad.
— ¿Y no has pensado en conseguir un depa? — pregunta junior curioso mientras caminábamos, metiendo las manos a sus bolsillos.
— A veces, pero sinceramente se me haría muy difícil despegarme de Oscar, quiera o no me hice muy aprensiva a él. Aparte, no se que haría viviendo sola, la verdad — suelto una risilla y me alzo de hombros volteándolo a ver.
— Claro, chula, pero también ten en cuenta que Oscar no siempre va a estar aquí. Ya sabes cómo es esto, se ponen las giras o tours y no es como que nos podamos poner los moños. —
— Ya sé, pero prefiero vivir mentalizada a que son solo unos días. Aún así sean meses, sabes, me sentiría bien culpable si no nos pudiéramos ver por mi culpa, no por la de él como es el caso. Además, así se lo puedo hechar en cara y saco beneficios — me señalo la cabeza en muestra de inteligencia a lo que Antonio solo ríe y hecha su cabeza para atrás, me encantaba su risa burlona.
— ¿Y cómo le vamos a hacer, reyna? Por qué yo no quiero que me hagas esos panchos cuando me tenga que ir, nada de eso. — Junior niega y se para enfrente mío, haciendo que dejáramos de caminar ambos.
— Ay no contigo, ¿sigues con tus sueños guajiros? Túmbate esa idea. — contesto y le volteo los ojos divertida, a lo que el se toca el pecho fingiendo dramatismo.
Eso me hizo reír. Con el nunca me aburría.
— Ya veremos, preciosa, algún día mi labia te va a envolver. Yo lo sé. —
— Ah. ¿O sea que admites que es labia? Que bueno que me dices. — le palmeo el hombro y doy unos pasos hacia adelante, decidida a seguir caminando. Más la mano de junior me detiene agarrando mi brazo.
— No, estás mal. Tú siempre dices que soy un labioso, por eso lo decía. — asegura el acortando la distancia que había entre nosotros, posando sus manos sobre mi cintura de manera discreta — Imagínate, todavía no somos nada y los panchos que me haces, amor. — ríe junior mirándome de forma tan intensa que ni siquiera supe que me quería dar a entender, lo único que sé es que tuve que bajar la mirada de lo nerviosa que me puso este hombre.
— ¿Todavía? Eres muy optimista tú, neta que no te rindes verdad? —
— El que persevera alcanza dijieron por ahí. — se alza de hombros muy seguro, acercando nuestros rostros para tratar de darme un beso, a lo que yo me safe y comencé a reír bajo.
— Pues sigue perseverando, chulo. A ver si alcanzas — me cruzo de brazos, comenzando a caminar lentamente. Junior se me emparejó sonriendo ladinamente, sin dejar de verme.
— Cuando seas mía te voy a hacer burla con esto. —
— Aspiras a mucho. —
— Claro. Como no soy el pendejo del Gabito. — Junior voltea los ojos y yo lo volteo a ver sorprendida.
— Hey, grosero! No le digas así. — le pegó un golpe leve en el hombro a lo que el voltea a verme fingiendo molestia.
— Ándale pues. Ya vete con tu novio. —
— Déjate de cosas, estás maaal — digo queriendo tomar su mano, a lo que el la quita aún haciéndose el digno. Lo vuelvo a mirar sorprendida y me alzo de hombros, comenzando a caminar hacia la salida que ya estaba cerca.
Cuando Junior se dio cuenta que ya no estaba a un lado de él comenzó a buscarme a los alrededores, observándome a lo lejos en la salida.
— Arre pues! Que malvada eres, mami. — ríe junior y corre hasta donde yo, tomando mi mano para salir juntos de el centro comercial. Yo hago lo mismo que él y quito mi mano, a lo que él la vuelve a tomar ahora con más fuerza y me mira divertido.
— No me estés haciendo el feo chula, no trates así a tu próximo wey — dice junior mirándome como si estuviera diciendo la cosa más inteligente del mundo, a lo que yo solo volteo los ojos. — Okay pues, no me hables, pero cuando vivamos juntos tú vas a apagar las luces al último para que te salga el diablo. — me reprocha Junior y yo trato de no reír ante sus ocurrencias — También vas a dormir del lado donde salen los nahuales. —
— Sueñas mucho, ya te dije, no ando con labiosos. —
Junior se detiene en seco y se pone enfrente mío, cruzándose de brazos.
— Vas a ver, te voy a demostrar que lo mío no es labia. Nadie te va a poder amar como yo, chula. Eso tenlo por garantizado. — Junior se acerca y deja un beso en mi mejilla, causando que me ruborizara al instante. Lo empujo levemente para atrás riendo por lo bajo. Llegamos a la camioneta y después Antonio me dejó en mi casa.
Junior bajó junto conmigo de la camioneta para dejarme en la puerta de la entrada, al ver que yo todavía no entraba se acercó a mi, a lo que yo voltee.
— Ya casi empieza la gira, chula. No nos veremos por bastante tiempo. —
Mierda. No había tomado en cuenta eso. Al haberme encariñado con Junior tan rápido y pasármela a toda madre con el se me había olvidado que era artista, y por lo tanto, iba a viajar en cualquier momento.
— ¿Cuando vuelves? — preguntó tratando de ocultar la desilusión que sentía.
— Pronto, reyna. Cuando menos lo creas me tendrás acá. Ya entra a tu casa, no quiero que el Oscar me diga nada. —
Asiento y antes de entrar a la casa, algo dudosa, me acerco para dejar un beso en la comisura de los labios de Antonio. Pude sentir como este sonreia ante la tontería que hice.
— Que atrevida andas. — se burla y me toma del brazo.
— Ni te burles, fue un acto de caridad. — ruedo los ojos y el me acerca hacia su persona, para dejar un beso en mi mejilla.
— Regálame un beso cuando vuelva, ¿si amor? me lo guardas. — me suelta y comienza a caminar hacia la camioneta yo le saco la lengua y el me avienta un beso. Después de eso entré a la casa.
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las noches ; junior h
רומנטיקה¿qué puedo hacer para cambiar esa manera tuya de pensar?