Pov Roy
Después de haber concluido con la segunda fase del examen, el presidente Isaac Netero nos había indicado que debíamos subir en el dirigible de la organización para poder llegar hasta el lugar de la tercera fase.
Las indicaciones habían sido muy claras, podíamos hacer lo que quisiéramos en las próximas horas, hasta las ocho de la mañana cuando llegaríamos a nuestro destino, desconocido para nosotros.
Muchos de los presentes estaban agotados por el primer día el examen, después de todo habíamos realizado un maratón de unos cien kilómetros aproximadamente, habíamos jugado a las cocinitas y después saltado al vacío; así que no era de extrañar el agotamiento en nuestros cuerpos. Muchos se acomodaron en los pasillos o salas de espera del dirigible para descansar un poco lejos del tenso ambiente que se había formado en el lugar. Algunos de estos fueron Leorio y Kurapika. Killua, Gon y yo, por el contrario, teníamos la energía suficiente aún para seguir explorando. Y, siendo sincero, tenía muchas ganas. Aquella era la primera vez que estaba en un dirigible, y quería explorarlo hasta el fondo. Nos metimos en todas las salas habidas y por haber del lugar, inclusive nos metimos en las cocinas y robamos un poco de carne, siendo pillados en el acto y sacados a patadas de estas con la clara advertencia de que no volviéramos.Paseamos un poco, riéndonos mientras terminábamos de comer la carne robada. Terminamos en uno de los pasillos del dirigible, con unos grandes ventanales para observar las vistas. Ya era de noche y en aquellos momentos estábamos sobrevolando una ciudad. Nos aceramos para poder ver las vistas.
—Es como si el suelo estuviera recubierto de joyas. —opinó Gon, apreciando maravillado la vista.
—Jamás había visto una vista así. —murmuré, sentándome en uno de los bancos del mirador y sonriendo por la vista.
—¿En tu casa no tienes vistas de estas? —preguntó Killua.
—Oh, si, si, bueno, no así. Si que iluminamos las calles, claramente, pero no con electricidad, sino con antorchas. Desde mi habitación en el templo podía ver las calles iluminadas como si fuesen miles de luciérnagas chispeantes. Mi país es muy distinto a esta parte del continente.
—¿Enserio? —Gon abrió los ojos sorprendido. —¿Y de dónde provienes?
—Nací en el reino de Sarlone, en el continente Begerossé —indiqué.
(N/A: Vale, pequeño guiño. Me eh estado mirando el mapa de Hunter x Hunter, y lo dicho reciente correspondería a al Unión Begerossé, entre ambos continentes. Es un continente no nombrado originalmente y, aunque tiene algo de relevancia en el manga, al no llegar hasta este punto en el anime, entonces me he tomado las licencias creativas para usar este lugar para mi beneficio en este fanfic. Podemos continuar.)
—¿Eh? ¿Enserio? —preguntó Killua. —Ese lugar está muy lejos.
—¿Y como es tu casa? —cuestionó Gon, verdaderamente interesado.
Aparté la mirada un poco incómodo.
—Bueno... —carraspeé un poco. —Es un país bonito. La capital, que es dónde nací, es impresionante. Sin embargo, a medida que nos alejamos del centro, la pobreza va en aumento.De mi mochila saqué un mapa, señalando la isla más grande del continente. Con ayuda de un boli perdido en mi mochila me puse a dibujar las zonas sociales.
(N/A:No os preocupéis, os mostraré al final del capítulo un dibujo de lo que hace Roy para que os situéis un poco.)—Dependiendo de dónde nazcas, determina tu clase social. —indiqué. —Los nobles residen en la parte lujosa del reino, el templo es la edificación más importante, es donde vive la familia real.
—¿Es algo así como un castillo? —preguntó Gon.
Asentí con la cabeza.
—Allí se encuentra la residencia de la familia real, aunque también es común que gente con gran renombre o eruditas residan allí para la educación de las princesas: desde boticarios, guardias o sacerdotes. Residir allí, incluso aunque sea una noche, es sinónimo de estatus y prestigio.
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HUNTER X HUNTER (Killua x oc)
FanfictionCondescendencia, cuanto odiaba esa palabra. ¿Porqué siempre tenían que tratarla como una delicada flor? Especialmente cuando sabía que de delicada tenía poco. Era fuerte, lo sabía de sobra, solo necesitaba probarlo. Por eso se marchó, para trazar su...