HUNTER X HUNTER (Killua x oc)

CAPÍTULO 2: LAS PRUEBAS DE LA COLINA

Pov Roy

Tal como nos dijo el capitán, nos dejó en el puerto del pueblo más cercano al lugar del examen: el puerto Dolle. Allí habían los autobuses que llevaban directamente a la ciudad en la que se iba a realizar el examen de cazador. Así que a partir de aquí podíamos continuar nuestro camino.
Gon se estaba despidiendo del capitán, parecía haberle caído bastante bien al navegante. Leorio y Kurapika estaban ya en tierra firme, hablando de nuestro siguiente paso, ahora era mi turno de desembarcar. Miraba todo el lugar impresionado. Mi lugar de origen era muy diferente a este sitio, así que me encontraba fascinado. Tan absorto estaba que casi estuve a punto de caerme de la escalera y caer al mar. Por suerte no fue así.

Me reuní con los chicos pocos segundos después, y Gon no tardó en venir con nosotros, chillándole al capitán despedidas. Cuando nos hubimos despedido del señor y empezamos a caminar para salir del puerto y dirigirnos a la estación de autobuses, Gon nos confesó que el capitán le había dado una información especial.

—¿El cedro de la colina? —repetí, ladeando la cabeza confusa.

Gon asintió con la cabeza.
—Si. Me dijo que en lugar de ir a la estación de buses debíamos ir al cedro que está en lo alto de esa colina. —indicó, señalando al enorme árbol que coronaba la cima de una de las colinas sobre la ciudad costera, justo en dirección contraria. —Me dijo que era un atajo hacia el sitio del examen.

—¿Estas seguro? —preguntó Leorio. —Si vamos hacia el cedro nos alejaremos aún más de la ciudad Zaban, donde se hace el examen.

—Yo iré al cedro. —aseguró Gon.

Kurapika se posicionó al lado de Gon y yo también. Había algo en este chico que despertaba demasiado mi curiosidad, quería averiguar más de él. Era como luz, y yo me sentía como una polilla atraída hacia esa luz. Leorio, por el contrario, decidió ir a la estación de buses. Ambos nos separamos, sin embargo en menos de un minuto Leorio volvió corriendo hacia nosotros, asegurando que le íbamos a echar de menos si ya no iba con nosotros.

Salimos de la ciudad y avanzamos montaña arriba. Durante todo el camino me sentí ciertamente incómodo. Después de casi una hora llegamos a un pueblo que parecía ser abandonado. Estaba medio ruinoso, pero había algo que me inquietaba de sobremanera de aquel lugar. Sentía los ojos de miles de personas clavados en mi.

—Que grima este pueblo fantasma... —opinó Leorio, mirando a su alrededor.

—No, hay muchas personas. —confesó Gon.

—¿Qué? ¿Enserio? —pregunto Leorio sorprendido. —¿Y cómo lo sabes?

—Escucho sus respiraciones. —dijo Gon.

—Escucho sus ropas se rozarse. —añadió Kurapika.

—Siento sus ojos clavados sobre nosotros. —dije esta vez yo.

Ya sabiendo que sabíamos de su presencia, las puertas del garaje de una de las casas se abrieron. En mitad de la calle principal se interpuso un escenario móvil dispuesto con los habitantes de aquel pueblo. Eran bastante siniestros, vestían con túnicas blancas y máscaras con pelucas de distintos colores. Sin lugar a dudas no me gustaría encontrármelos a las tres de la mañana, me moriría del susto. En el escenario se encontraba una vieja que nos miraba de manera sospechosa.

—Emocionante...—murmuró la vieja, dejándonos en suspense. —¡Hora del emocionante test de opción múltiple!

Miramos a la señora con cara de poker.

—Si han escogido este camino, entonces es porque se dirigen al cedro de la colina, ¿verdad? —preguntó la vieja, nosotros asentimos. —Entonces tendréis que atravesar este pueblo, pero no os daremos el paso a menos que superéis mi prueba. Debéis responder a la pregunta que os haré, tendrán cinco segundos para responder, si acertáis entonces podéis continuar; sino, seréis descalificados.