Epilogo: Tartarus

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PLANETA X-60

Mientras Lira y Raing Savage observaban los seis cristales que representaban los estilos bestias del planeta X60, una sensación de reverencia llenó el aire. Cada cristal irradiaba una energía única y poderosa, un testimonio del legado de los guerreros que habían venido antes que ellos y habían dominado esos estilos ancestrales.

—Son hermosos, ¿verdad? —murmuró Lira, su voz llena de admiración mientras contemplaba los cristales con reverencia.

Raing Savage asintió, sus ojos brillando con una mezcla de asombro y respeto.

—Sí, son realmente impresionantes —respondió él con solemnidad. —Cada uno de estos cristales contiene la esencia misma de los estilos bestias que han protegido nuestro planeta durante generaciones. Son un recordatorio de nuestra historia y nuestra herencia, y debemos honrarlos y protegerlos a toda costa.

Lira asintió con seriedad, su expresión seguridad mientras se acercaba a los cristales y los contemplaba con atención.

—Debemos asegurarnos de que estos cristales estén a salvo, Raing Savage —dijo ella con firmeza. —Son nuestra conexión con el pasado y nuestra esperanza para el futuro. No podemos permitir que caigan en manos equivocadas.

Raing Savage asintió con decisión, mientras se unía a su amiga frente a los cristales.

—Estoy de acuerdo, Lira —respondió él con solemnidad. —Protegeremos estos cristales con nuestras vidas si es necesario. Son nuestra herencia y nuestra responsabilidad, y no descansaremos hasta asegurarnos de que estén a salvo de cualquier amenaza que pueda surgir.

Un escalofrío recorrió la espalda de Lira y Raing Savage cuando escucharon un susurro siniestro detrás de ellos. Giraron lentamente para encontrarse con la figura ominosa de Diav, su presencia envuelta en una oscuridad que eclipsaba incluso la luz de los cristales.

—¡Diav! —exclamó Lira, su voz llena de sorpresa y confusión al verlo allí, vivo y en pie frente a ellos.

Raing Savage apretó los puños con tensión, sus sentidos alerta mientras observaba a su antiguo compañero con cautela.

—¿Cómo... cómo es posible? —murmuró él, su voz apenas un susurro mientras luchaba por comprender lo que veía ante sus ojos.

Diav no perdió tiempo en responder. Con un movimiento rápido y certero, desató un poderoso rayo de energía que cortó el aire con un zumbido ominoso, apuntando directamente hacia Lira y Raing Savage.

El corazón de Lira se detuvo por un momento cuando vio el rayo acercarse rápidamente hacia ellos. Instintivamente, se lanzó hacia adelante, interponiéndose entre el rayo y Raing Savage, dispuesta a proteger a su amigo a cualquier costo.

Raing Savage gritó su nombre en advertencia, pero fue demasiado tarde. El rayo de energía golpeó a Lira de lleno, enviándola tambaleándose hacia atrás con un grito de dolor mientras la energía la envolvía.

Raing Savage se lanzó hacia adelante, desesperado por ayudar a su amiga, pero fue arrojado hacia atrás por la fuerza del impacto. Observó impotente mientras Lira caía al suelo, su cuerpo inerte y vulnerable ante la oscuridad que se cernía sobre ellos.

—¡Lira! —exclamó él, su voz llena de angustia y desesperación mientras corría hacia ella, sus ojos llenos de temor por lo que había sucedido.

Diav observaba fríamente desde la distancia, su rostro una máscara de indiferencia mientras contemplaba el caos que había desatado. Sabía que su traición había causado un gran sufrimiento, pero no sentía remordimiento alguno. Para él, todo era parte de un plan más grande, un camino hacia el poder y la venganza que había jurado buscar a cualquier precio.

Raing Savage®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora