Capitulo dos: Teorías y secretos

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—Es un gran placer volver a verlo... Teniente Yang.

El teniente Yang no podía apartar la vista del coronel Hwang Hyunjin, cuya presencia imponente llenaba el lugar. A pesar de la tensión que flotaba en el aire, Yang se mantuvo firme, su saludo militar no mostraba ni un ápice de la tormenta que rugía en su interior.

Esa noche, esa noche, ¡ESA MALDITA NOCHE!

Los vagos recuerdos yacían en la cabeza de jeongin está ebrio sin embargo, aún recordaba algunas cosas, incluso el beso de aquella mañana no podía sacarlo de su cabeza.

—El placer es mío, Coronel Hwang — respondió Yang, su voz era un susurro controlado que apenas traicionaba la conmoción de sus emociones.

Minho, el capitán, observaba la interacción con ojos agudos. —Es un honor trabajar bajo su mando, Coronel —dijo con un respeto que resonaba en las paredes de la oficina militar —Sin embargo, no paro de pensar en que no sabía que ustedes se habían visto antes —acoto

El coronel Hwang asintió, su mirada se desvió brevemente hacia Yang antes de volver a Minho. —La noche que pasé con el teniente Yang fue breve, un encuentro fortuito que no se repetirá —declaró, su tono era profesional, pero había una corriente subterránea de algo indefinible —Sin embargo ya en otras ocasiones e tratado con usted capitán lee, así que quiero al teniente yang en mi oficina.

Yang sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. La invitación del coronel a visitar su oficina después de la reunión era una orden que no podía ignorar, y aunque su curiosidad estaba al límite, la mirada inquisitiva de Minho le recordaba la complejidad de su situación.

Cuando la reunión concluyó, Yang se dirigió hacia la oficina del coronel, su mente giraba en torno a mil preguntas sin respuesta. ¿Cómo podría explicarle a Minho, su prometido, la verdad sobre Hyunjin? ¿Y cómo podría enfrentarse a los sentimientos que aún ardían dentro de él por el coronel?

La puerta de la oficina se cerró detrás de Yang, y se encontró solo con Hyunjin, cuya expresión era indecifrable. —Teniente Yang... Tu prometido es Lee, ¿Me equivoco?

—No entiendo como eso es relevante, coronel —Soltó.

—Tienes razón, lo que no es relevante es tu identificación... No te pertenece —sin poder hacer otro movimiento el rubio lo tenía acorralado contra la puerta, su mano suavemente paseo hasta la barbilla parauego bajar hasta el pecho del teniente el cual subía y bajaba con algo de pesadez, su mano tomó aquella placa y sonrió para luego jalarla para acercarlo más a el —Devuelve lo que tomaste Yang.

Fue entonces cuando en la cabeza de jeongin el extraño recuerdo de aquella noche surgió.

Sus labios se movían en perfecta sincronía mientras las estocadas de hyunjin iban de rápidas a lentas, las uñas del menor se aferraban a la espalda de este.

hundió los dedos en el cabello del rubio y lo atrajo hacia el. Cuando lo besó en los labios, Hwang dejó escapar un brazo y la estrechó contra su cuerpo. Jeongin jadeo, pero no intento apartarse de él. Lo besó otra vez, y en esta ocasión hwang introdujo su lengua haciendo gruñir al contrario.

—Hwang —susurró el; por algún motivo, su nombre, aunque fuese un nombre prestado, le parecía ardiente— hwang, hwang, Hwang—repitió mientras jadeaba contra sus labios—Espera un momento —murmuró—. Esto es molesto —Dijo acariciando aquella placa —Asi que si eres militar

—Fue de cuando hice mi servicio—Mintió

—mentiroso... —Soltó mientras le quitaba la placa para colocarse la el... —Ahora si.

Acaba conmigo | hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora